La pandemia está afectando a los países que necesitan inmigrantes

La disminución en la recepción de inmigrantes tiene un impacto negativo para el desarrollo económico de los países industrializados.

Mientras las fronteras permanecen cerradas, el ingreso de extranjeros restringido y los trámites de visas detenidos, los países que dependen de la inmigración como una estrategia para suplir sus necesidades laborales y poblacionales comienzan a ver los efectos negativos en sus objetivos de captación de trabajadores calificados.

Reducción de inmigrantes por la pandemia afecta a los países desarrollados

Nacionales de países en vías de desarrollo se convierten con frecuencia en inmigrantes calificados que los países industrializados captan y aprovechan para apalancar su economía.

Desde marzo de 2020 una cantidad considerable de inmigrantes han visto sus procesos detenerse de golpe, sin mayores expectativas de cuándo podrán ser retomados.

Esto, evidentemente, afecta los planes de adultos profesionales y trabajadores, y de familias enteras que contaban con el avance de esos procesos para dar el paso por el que probablemente llevan años trabajando: ir en busca de mejores oportunidades en un nuevo país.

Pero esta paralización de trámites de inmigración también perturba el desarrollo de los países de destino, que requieren de manera inminente esta mano de obra, calificada o no, para impulsar sus economías.

Disminución de tasas de inmigrantes legales

Es el caso de buena parte de los países europeos, así como de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, entre otros.

En el año 2000, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas hizo una simulación para tratar de ver cuántos inmigrantes serían necesarios para contribuir con las poblaciones de 65 países desarrollados.

Lo que encontraron es que, si no hubiera inmigración, la población de Europa disminuiría en un 17% para 2050, con un descenso del 30% en el sector de la población en edad de trabajar.

Según la simulación, para mantener sus números a flote, la Unión Europea necesitaría más de 800 mil inmigrantes al año y, para mantener la población en edad laborable, 1.5 millones por año.

La entrada de inmigrantes significó un aumento de 47% en la fuerza laboral en Estados Unidos y un 70% en Europa entre 2004 y 2014, según cifras de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD, por sus siglas en inglés).

Entre las ventajas que se atribuyen a la inmigración, está el hecho de que los inmigrantes contribuyen a satisfacer tanto los sectores en crecimiento rápido, como los que están declinando; contribuyen a la flexibilización del mercado de trabajo y tienden a aportar más en impuestos que lo que reciben en beneficios.

El cierre de las fronteras, las restricciones de viaje y la suspensión de todos los trámites migratorios considerados como no urgentes está teniendo ya un impacto en las tasas de inmigrantes legales que los países desarrollados esperaban recibir en 2020.

El impacto en Canadá, Australia y Nueva Zelanda

Canadá recibió menos del 40% de los inmigrantes que había ingresado para el segundo trimestre del año pasado. La mayoría de estos 34 mil nuevos residentes permanentes se encontraban ya en territorio canadiense y simplemente recibieron la aprobación de sus visas de residencia.

Un informe reciente del Royal Bank of Canada indica que, en un escenario optimista, el país habrá recibido 30% menos de los 341 mil nuevos residentes que se había planteado como meta para este año.

Australia

En el caso de Australia, un país cuya economía depende mayoritariamente de la inmigración, a pesar de las restricciones impuestas por las autoridades para combatir la pandemia, también se ha exhortado a quienes pensaban aplicar por una visa para ese país que no detengan sus procesos.

En mayo de 2020 el Primer Ministro australiano, Scott Morrison estimó el total de inmigrantes ingresando al territorio en apenas 34 mil para lo que resta del año, cuando las estimaciones pre COVID-19 eran de unos 270 mil.

Nueva Zelanda

En Nueva Zelanda, preocupa especialmente la partida de una cantidad significativa de trabajadores temporales tras la pandemia, éxodo que podría ser devastador para la economía.

Desde que comenzaron las medidas de confinamiento, Nueva Zelanda ha visto salir a más de 462 mil personas.

Entre las industrias que ya se están viendo más afectadas por el descenso en el número de entradas de trabajadores temporales o especializados están los sectores tecnológico, de la construcción, agrícola y manufacturero, todos muy urgidos de mano de obra.

Antes del COVID-19 la entrada de nuevos residentes a Nueva Zelanda era de 50 mil personas al año. Y aunque se estimaba que esa cifra caería a 30 mil para 2025, el problema es que ahora esa meta luce cuesta arriba.

Estados Unidos, un caso aparte

Es notorio el caso de Estados Unidos, donde la pandemia parece haber servido de excusa para que el gobierno endurezca aún más sus políticas frente a la entrada de inmigrantes.

En este país se dictó una ley (que, en principio, tendría vigencia hasta el 31 de diciembre de 2020, pero cuya validez podría extenderse) que suspende la entrada a ciertos inmigrantes que, se supone, amenazarían las oportunidades de empleo para los ciudadanos estadounidenses que han quedado desempleados como consecuencia de la pandemia, así como a los trabajadores extranjeros no residentes que tienen una visa de empleo.

Al mismo tiempo, las autoridades han estado deteniendo a inmigrantes ilegales y recluyéndolos en instalaciones que no cumplen con las medidas sanitarias suficientes, además de deportar a muchos otros a sus países de origen o a un tercer país, lo que en las condiciones actuales los expone a todo tipo de amenazas.

Estados Unidos no escapa de los efectos devastadores que traerá el declive en la inmigración, tanto legal como ilegal, pues las industrias que generalmente dependen de esos inmigrantes se verán seriamente afectadas.

Inmigración ha descendido considerablemente en USA

En Estados Unidos la inmigración ha descendido considerablemente en los últimos cuatro años. De un millón de inmigrantes en 2016, bajó a 60 mil en 2019.

Según un estudio de la National Foundation for American Policy, la reducción en 30% del número de inmigrantes que se estima habrá ocurrido durante el gobierno de Trump reducirá en un 35% el crecimiento de la fuerza laboral en ese país.

Los economistas citados en este estudio coinciden en que admitir a menos inmigrantes impactará negativamente el crecimiento económico.

Impacto a corto y largo plazo

Los países aquí mencionados son solo algunos de los afectados. Los efectos de este problema podrían ser mucho más graves de lo que un análisis a corto plazo pudiera estimar.

Lo cierto es que en plena segunda ola de contagios, no se vislumbra una fecha de flexibilización de las restricciones fronterizas y las implicaciones que esto tendrá a mediano y largo plazo, no serán pocas.

Incluso con una vacuna en las manos, va a ser difícil que los países industrializados retomen sus cifras de inmigrantes pre-pandemia, y va a pasar un tiempo considerable antes de que puedan hacerlo.

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Publicado el 11 de noviembre de 2020.