Leer las noticias en estos tiempos implica encontrar prácticamente a diario estas tres palabras: asilados, refugiados y migrantes. La rapidez con la que se suceden los hechos y la cantidad de personas y países afectados nos impide a veces detenernos a entender las diferencias. Pero en el momento que presenciamos es clave comprender de qué se tratan.
Asilados, refugiados y migrantes
En 2018, la población mundial de desplazados forzosos aumentó en 2,3 millones. Al final del año, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, reportó que había 70,8 millones de personas en esta situación; entre los cuales 25,9 millones eran refugiados, y 3,5 millones eran solicitantes de asilo.
A esto se suman los desplazamientos internos. Se estima que ese año un total de 37.000 personas vivían desplazamientos forzosos en un día. Y la cifra sigue creciendo.
La situación que se vive en varias fronteras entre países alrededor del mundo, nos confronta con una realidad que es necesario comprender: de qué hablamos cuando hablamos de asilo, refugiados y migrantes.
Migración humana fenómeno social
La migración humana es un fenómeno social complejo, natural e intrínseco a la condición humana y está consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, donde se establece el derecho inalienable a la movilidad en sus artículos 13, 14 y 15.
Asilo, refugiados y migrantes: definiciones y diferencias
Las tres condiciones tienen un origen común: la imposibilidad de vivir en el país de origen y la búsqueda de protección en otra nación. Sin embargo, en algunos casos los riesgos de regresar al país del que se ha salido son mayores o de naturaleza diversa.
El asilo es un derecho. Está contemplado en la Declaración de los Derechos Humanos y establece que toda persona puede buscar residencia y protección fuera de su país de origen.
La persona que busca asilo viene huyendo de un conflicto o persecución que pone en peligro su vida, por razones de índole religiosa, de raza, sexo, orientación sexual, inclinación política, nacionalidad o pertenencia a un grupo social.
Un solicitante de asilo no puede regresar a su país de origen, debido a un temor fundado de represalias o persecución.
También existe la posibilidad de que una persona sea sustraída de su país como consecuencia de una acción del Estado que le ofrece el asilo.
El término tiene su origen en el griego “asylos”, que significa templo inviolable o sitio donde nadie puede ser molestado.
Asilo político
Aunque generalmente los términos “asilo” y “asilo político» son utilizados como sinónimos, no lo son.
El asilo político es el que se concede a una persona por haber huído de su país de origen por motivos exclusivamente políticos. Se trata de gente que es perseguida por ser contraria a un régimen y que busca protección en otro país.
Refugiados
En cuanto a la condición de refugio, ACNUR ofrece la siguiente definición, “Las personas refugiadas son un grupo específicamente definido y protegido en el derecho internacional, porque la situación en su país de origen les imposibilita el regreso a sus hogares”.
Un refugiado es la persona que, llegada a otro país para solicitar protección, permanece allí bajo el principio de no devolución, establecido en la Convención de Ginebra de 1951 y que establece que las personas refugiadas no deben ser devueltas al país del que han venido escapando, pues existe un riesgo real para su vida.
Los migrantes
En cuanto a los migrantes, no existe una definición jurídica para este término, que parece agrupar a todas las personas que se desplazan de un país a otro.
Un migrante es una persona que se mueve por voluntad propia, no porque sufre de una persecución o amenaza de muerte, sino porque busca una mejora en su calidad de vida.
A diferencia de los refugiados, los migrantes en general, siguen recibiendo protección de su país de origen, y podrían regresar si así lo quieren.
Las razones por las que los migrantes se desplazan son variadas, y ciertamente en muchos casos implican riesgos reales para estas personas en sus países. Sin embargo, un desplazamiento motivado por una hambruna, pobreza extrema, o un desastre natural, no es considerada en muchos casos como causa para la solicitud de refugio.
Otro término que ha hecho su aparición es el de movimientos mixtos, que hace referencia a los grupos de personas que viajan juntas, generalmente de manera irregular, por las mismas rutas y utilizando el mismo medio de transporte; aunque los motivos por los que se desplazan son diferentes.
Algunos han sido expulsados de sus países de origen. Otros han huido de un conflicto armado o una crisis y van en busca de mejores posibilidades de vida.
Según ACNUR “las personas que viajan como parte de movimientos mixtos tienen diferentes necesidades y pueden incluir personas solicitantes de asilo, refugiados, apátridas, víctimas de trata, niños no acompañados o separados, y migrantes en situación irregular”.
La importancia de entender los desplazamientos humanos
No se trata únicamente de ser empáticos (aunque esto, por supuesto, es fundamental). En un mundo en el que millones de personas sufren a causa de estos desplazamientos, los prejuicios y la difusión de información falsa o inexacta son caldo de cultivo para la discriminación.
Las personas refugiadas o migrantes han pasado por momentos muy duros, en sus países de origen y durante sus viajes y lo que menos necesitan es ser recibidas con racismo, xenofobia y maltratos.
La realidad es que los desplazamientos continuarán y mientras mejor entendamos las circunstancias en las que se dan estos movimientos, mejor llegaremos a la verdadera dimensión del problema: la humana.
Más información en nuestras secciones sobre el refugio y asilo en cada país:
- Refugiados y asilados en Australia »
- Refugiados y asilados en Canadá »
- Refugiados y asilados en Estados Unidos »
- Refugiados y asilados en España »
- Refugiados y asilados en Nueva Zelanda »
- Refugiados y asilados en Panamá »
Publicado el 2 de septiembre de 2019.