La mascota es un miembro muy importante de la familia. Cuando se decide emigrar, surgen muchas dudas sobre el traslado del animal al nuevo país.
Emigrar con la mascota – Antes de partir
La conveniencia o no de emigrar con animales de compañía es una decisión enteramente personal. Muchos factores influyen, por ejemplo, si hay niños en la familia para quienes la mascota resulta un compañero fundamental.
Adultos solteros o parejas sin hijos también establecen vínculos estrechos con sus mascotas.
En general, toda persona que posee un animal de compañía entiende los lazos emocionales profundos que establecen los seres humanos con sus mascotas. La idea de partir a otro país sin el animal puede convertirse en un elemento de angustia adicional a la ya estresante tarea de preparar un proceso de emigración.
Una mascota puede ser un factor muy favorable para la adaptación
Por otra parte, una mascota puede ser una ayuda para el establecimiento en el nuevo país, particularmente en el caso de personas que emigran solas. La compañía del animal será una herramienta efectiva para combatir la nostalgia o la depresión en ciertas etapas de la adaptación intercultural.
Las personas que deciden dejar a sus mascotas en el país de origen deben emprender con mucha anticipación la tarea de conseguirle un nuevo hogar al animalito. A veces, el proceso puede ser difícil, si no se cuenta con familiares o amigos que deseen hacerse cargo.
Es posible contar con la ayuda de organismos sin fines de lucro que pueden adoptar a la mascota hasta reubicarla con un nuevo dueño. Algunos parques zoológicos podrían aceptar ciertas mascotas, pero generalmente esta opción es muy poco segura por el carácter restringido de la admisión.
Bienvenidas las mascotas
En Norteamérica, Europa y en muchas otras regiones del llamado primer mundo, las mascotas ocupan un lugar en la sociedad. Existen leyes que protegen a los animales y la convivencia entre humanos y mascotas está claramente reglamentada, sobre todo en las grandes urbes.
Una gama de servicios se ofrecen para el cuidado de las mascotas (pensiones, tratamientos de salud y belleza, cuidadores y hasta “paseadores”) e incluso existe infraestructura especialmente dedicada al esparcimiento de los animales de compañía.
Controles en el cuidado de los animales
En ciertos países, la tolerancia en la convivencia entre humanos y animales llega al punto en que las mascotas pueden ser admitidas en restaurantes. Sin embargo, los controles en el cuidado de los animales pueden ser más estrictos.
Por ejemplo, si un animal se pierde, las autoridades pueden encerrarlo y esterilizarlo (en caso de que no tenga pedigrí), y si el animal no es reclamado por su dueño, puede ser sacrificado.
En algunas ciudades, los dueños que pasean a sus perros sin correa pueden ser multados y el uso del bozal es obligatorio en ciertas comunidades. En algunos condominios se prohíben los animales. Las autoridades pueden ejercer una estricta vigilancia en grupos familiares donde conviven niños pequeños y mascotas, generalmente perros.
Emigrar con la mascota es factible
De modo general, puede afirmarse que las mascotas son bien acogidas en los países receptores de inmigrantes.
Los propietarios, sin embargo, deben estar dispuestos a invertir importantes sumas de dinero (dependiendo de la mascota y del país de destino, entre 2 mil y 5 mil dólares) para el traslado y establecimiento del animal en el nuevo país.
Perros y gatos son los típicos animales de compañía cuyo traslado a otros países está, generalmente, estandarizado. Otras mascotas como roedores, aves, peces, tortugas o animales exóticos (como serpientes) o mascotas atípicas (como caballos) resultan más difíciles de transportar por los controles extremos que aplican los países de importación.
Algunas razas caninas están prohibidas
En ciertos países, algunas razas no están permitidas. Es el caso de los perros Pit Bull Americano, cuya entrada está vedada en Australia, Canadá, Estados Unidos, y varios países de Europa.
Los trámites básicos para el traslado de mascotas a otro país incluyen la obtención de un certificado de vacunación, de un certificado de salud internacional y de un permiso de exportación.
Además, el interesado debe cumplir con las normas y procedimientos zoo-sanitarios de cada país de destino, a fin de garantizar así el éxito del traslado del animal.
Los animales deben ser revisados por médicos veterinarios
Casi siempre se exige que los animales sean revisados por médicos veterinarios, deben estar vacunados contra la rabia y otras enfermedades y en algunos casos deben ser sometidos a cuarentenas al llegar al puerto de entrada del país de destino.
Australia, Canadá, España y Estados Unidos exigen trámites específicos para permitir la entrada de animales domésticos en sus respectivos territorios.
Por otra parte, cada línea aérea tiene sus propias normas para transportar animales. Conviene conocerlas antes de comprar los billetes de avión.
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