Trump declara la guerra a la inmigración ilegal

Donald Trump ordenó la construcción del muro divisorio en la frontera con México.

El presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva para iniciar cuanto antes la construcción del muro en la frontera con México. También suprimirá los fondos federales de las llamadas «ciudades santuario», como medida para castigar la protección que estas urbes brindan a los ciudadanos sin papeles.

Presidente Trump declara la guerra a los inmigrantes ilegales

Una de las más polémicas promesas electorales de Donald Trump se concretó este 25 de enero de 2017, cuando el mandatario de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva para comenzar la construcción del muro en la frontera con México.

“Un nación sin fronteras no es una nación. A partir de hoy los Estados Unidos de América recuperarán el control de sus fronteras”, declaró el mandatario en la ceremonia oficial que se celebró en el Departamento de Seguridad Nacional (DSN).

La cerca, según la orden firmada, será “una pared física contigua u otra barrera física igual de segura, paralela e infranqueable”.

El presidente de Estados Unidos también dijo que reforzaría la seguridad fronteriza con la contratación de unos 5 mil guardias, una medida que está sujeta a la aprobación presupuestaria por parte del Congreso.

La procedencia de los fondos para construir el muro aún no está clara. Sin embargo, en una reciente entrevista a la cadena estadounidense de televisión ABC, Trump aseguró que «México reembolsará todo», en caso de que los contribuyentes tengan que costear la inversión.

Castigo a las ciudades santuarios

Trump, firmó también hoy la orden ejecutiva que niega los fondos federales a las llamadas “ciudades santuarios”, donde los ciudadanos sin papeles gozaban de cierta protección, como la prohibición expresa a la policía local de preguntar por el estatus migratorio de cualquier persona.

Con esta medida, ciudades como Los Ángeles, Nueva York, San Francisco, Chicago y Seattle, entre otras, serían castigadas si se niegan a proporcionar a las autoridades federales información sobre el estatus migratorio de sus habitantes.

Sin embargo, varias autoridades locales de estas «ciudades santuario» han declarado, desde que Trump ganó la presidencia del país, que no van a cambiar sus políticas locales y no piensan ceder ante las presiones del gobierno federal.

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