australianos

Australia es un país formado por gentes de muy diversos entornos. La versatilidad multirracial se ha convertido en un ejemplo excelente de su identidad nacional y en uno de sus más importantes rasgos culturales.

Emigrar a Australia – ¿Cómo son los australianos?

A esa diversidad han contribuido las culturas indígenas, los primeros asentamientos europeos y las sucesivas olas de inmigrantes de todos los rincones del mundo. Esa característica de la sociedad australiana es fuente de ventajas competitivas, enriquecimiento cultural y estabilidad social.

El estilo de vida australiano es, por lo tanto, multicultural y privilegia el derecho de todos los ciudadanos a expresar y compartir las tradiciones, las creencias y los hábitos culturales de sus raíces.

Sin embargo, esta sociedad dinámica, que valora la diversidad cultural y se enorgullece de su entramado social multiétnico, exige a sus ciudadanos el compromiso de respetar las leyes australianas y unos principios y valores sociales de base que constituyen el fundamento de su gentilicio.

Valores de los australianos

Los valores australianos son los siguientes:

El respeto por la igualdad

Todos los australianos son iguales ante la ley. La constitución y las leyes federales prohíben la discriminación en base a raza u origen étnico, sexo, edad, estado civil, discapacidad o religión.

Las instituciones gubernamentales y los tribunales deben tratar a todos los ciudadanos de manera equitativa. Los hombres y las mujeres tiene los mismos derechos y por lo tanto pueden ejercer las mismas profesiones y desempeñar los mismos cargos, como prestar servicio en las fuerzas armadas o ejercer cargos públicos.

Los australianos vigilan celosamente el cumplimiento de este valor nacional y cuentan con un cuerpo de leyes que protegen la dignidad de la persona y la igualdad ante la ley.

De hecho, existe una Comisión de Derechos Humanos e Igualdad de Oportunidades (Human Rights and Equal Opportunity Commission) que investiga y gestiona las denuncias ciudadanas sobre el incumplimiento de las leyes que protegen el principio de la igualdad.

La libertad de culto y el gobierno laico

La libre práctica religiosa es un principio de la sociedad australiana, siempre y cuando la religión y sus ritos no infrinjan las leyes australianas. Además, los ciudadanos australianos son libres de no practicar ninguna religión.

El gobierno australiano es laico y no existe ninguna religión oficial ni del Estado. No existen leyes religiosas reconocidas ni con estatus jurídico en Australia. Todos los ciudadanos son iguales ante la ley, sin importar su religión.

La libertad de expresión

Todos los australianos son libres de decir y escribir lo que piensen sobre cualquier tema, incluyendo el gobierno, la política y la sociedad. La libertad de expresión individual, sin embargo, tiene ciertos límites: no puede fundamentarse en declaraciones o alegaciones falsas ni que obstruyan la libertada de expresión de los otros; y no debe poner en riesgo la vida de otras personas.

Este principio se aplica también a los medios de comunicación social. La libertad de expresión permite que las personas se expresen, discutan y disientan. El debate libre de las ideas constituye, por lo tanto, un principio social y político fundamental de la sociedad australiana.

La defensa de la democracia parlamentaria y del estado de derecho

Australia es una democracia parlamentaria participativa, lo que significa que los ciudadanos se involucran en las decisiones fundamentales del país y en la administración de la ley.

El estado de derecho garantiza que en Australia es la ley la que manda y ningún ciudadano se halla por encima de la ley. Todos los ciudadanos deben contribuir a la permanencia de la estructura democrática participativa del país y a defender los principios del estado de derecho.

La paz social

Los australianos rechazan el uso de la violencia como manera de resolver los conflictos sociales. Para los australianos los cambios sociales o políticos deben lograrse por la vía del debate democrático y la participación ciudadana. La paz constituye un valor social que hay que preservar.

El modo de ser australiano

Resulta difícil definir a los australianos. En la identidad australiana conviven la herencia británica, el multiculturalismo actual, la estrecha relación cultural con Estados Unidos y la influencia de pertenecer a una nación-continente que constituye una especie de portal a la región Asia-pacífico.

Sin embargo, de modo general, puede decirse que los australianos suelen ser joviales, cordiales, francos e informales en su comunicación y trato.

Con relación a este último rasgo, suele destacarse el gusto por vestirse de manera muy cómoda. Tanto que en muchos restaurantes, hoteles y clubes, existen normas sobre el vestuario para evitar que la gente se presente trajeada de forma excesivamente informal.

Los australianos conforman una sociedad sin grandes diferencias entre clases, en la que el trabajo honesto se valora más que el éxito rápido y fácil. Los australianos comparten un gran respeto por la gente de otras culturas, por lo que su hospitalidad con los extranjeros es cálida y sencilla.

No obstante, aunque los australianos a simple vista pareciera que no se enorgullecen de su propio país, no aceptan de buena gana las críticas que les hagan los visitantes.

Rasgos culturales de los australianos

Los rasgos culturales más característicos de los australianos son los siguientes:

Igualdad

Los australianos creen en la igualdad social, jurídica y política de todos los ciudadanos, y la constitución y las leyes australianas protegen esos derechos. La mayoría piensa que los otros son sus iguales, sin importar el oficio que desempeñan o cualquier otra condición.

En tal sentido, prefieren ser tratados como individuos, en igualdad de condiciones con sus semejantes, en lugar de como representantes de una cierta clase o grupo.

Este rasgo explicaría por qué tienen un excesivo desagrado por la presunción y el esnobismo. A ellos no les gusta el elitismo, demuestran una profunda inclinación por el igualitarismo y suelen perdonar a aquellos individuos honestos que reconocen sus errores.

Como una extensión del rechazo a la pedantería, aparece entre los australianos el llamado “Tall Poppy Syndrome” (Síndrome de la Amapola Alta) que pudiera describirse como un cierto gusto por desacreditar a la gente que exhibe una excesiva vanidad por sus propios logros, aunque estos logros sean genuinamente meritorios.

A pesar de esta tendencia, si alguien es tremendamente exitoso y no alardea de ello, asegurará una profunda veneración de parte de los australianos, llena de buena voluntad y admiración.

Estas ideas refuerzan entre los australianos la creencia de que no existes países o culturas superiores a otros. Cada nación tiene valores dignos de apreciar. El orgullo patrio nada tiene que ver con alardear. Por eso está mal visto entre los australianos expresar ideas que tiendan a enaltecer lo propio en detrimento de lo ajeno.

El espíritu “a fair go”

Proveniente del acentuado aprecio por la igualdad, surge entre los australianos los que se conoce como el espíritu “a fair go”, que puede traducirse como la oportunidad equitativa o el trato justo.

Los australianos valoran la igualdad de oportunidades, la creencia en dar a todos y a todo el trato justo. Esto conlleva una apreciable valoración por el talento y el trabajo.

Para los australianos lo verdaderamente importante es lo que una persona logre en su vida como consecuencia de su esfuerzo personal y no de la herencia o de la suerte. La riqueza fácil no es bien apreciada en Australia.

Asimismo, el espíritu igualitario de los australianos los lleva a rechazar la trampa, el juego sucio. Por el contrario, respetan las reglas claras y el trato justo.

Actitud relajada e informal

La sociedad australiana tiene fama de valorar el estilo de vida de las “no preocupaciones” (“no worries”), estableciendo una cultura relajada e informal, generalmente conocida como “laid-back attitude”.

Puede ser que a las personas acostumbradas a vivir en el carril rápido que imponen las grandes urbes, les resulte difícil la adaptación al modo australiano de llevar la vida, donde lo que no se pudo hacer hoy, queda para mañana y no hay problema.

Sin embargo, es preciso aclarar que esta llamada actitud relajada nada tiene que ver con pereza o con poca motivación al logro. Por el contrario, en Australia, la cultura del trabajo tiene un fuerte arraigo en la identidad colectiva.

De hecho se calcula que los australianos trabajan semanalmente entre 40 y 44 horas a la semana, aunque legalmente la semana laboral australiana es de 38 horas para un empleo a tiempo completo.

Sin embargo, para los australianos el trabajo no puede ser entendido como una carga. Se dice que los australianos trabajan para vivir y no lo contrario. El disfrute del tiempo libre para compartir con la familia o para hacer deportes y entrar en contacto con la naturaleza es una parte esencial en la vida cotidiana de los australianos.

De allí, quizás, la tendencia a tomarse los asuntos laborales de manera relajada y a no preocuparse excesivamente por los contratiempos del día a día.

Sentido del humor irreverente

Los australianos tienen un buen sentido del humor y a menudo lo utilizan como un recurso para ser amigables con los demás.

Sin embargo, el humor australiano puede ser irreverente y muy irónico, tanto que algunos podrían interpretarlo como cruel. Se trata de un humor que encuentra sus raíces históricas en las colonias de convictos británicos, quienes recurrían a las bromas para enfrentar con buen ánimo las situaciones más adversas.

En tal sentido, el humor australiano es tosco y burlón. Puede valerse de situaciones o de personas para generar bromas contra estas. Por ejemplo, los chistes pueden dirigirse contra aquellas personas que dan la impresión de considerarse superiores.

Los australianos también se utilizan a sí mismos como objetos de humor. Un conocido comediante australiano, Steady Eddy, sufre una parálisis cerebral y utiliza su discapacidad como material para sus rutinas humorísticas.

Los australianos de origen étnico también utilizan este tipo de humor muy eficaz, empleando sus propias tradiciones multiculturales para realiar bromas y chistes.

A menudo se dice también que el humor australiano es negro. En los medios de comunicación –televisión, radios y prensa escrita- pueden escucharse a menudo ocurrencias graciosas sobre situaciones semitrágicas del país que afectan a todos.

Mientras que en muchas culturas se considera de mal gusto hacer bromas sobre las circunstancias difíciles, los australianos tienden a destacar el lado ligero de las situaciones más desfavorables; pero para ellos es una manera de sobrellevar la carga o el duelo.

Para ejemplificar esta característica del humor australiano se cuenta la anécdota del nombramiento de un centro de natación, en Melbourne, en memoria de Harold Holt, un primer ministro australiano que desapareció en 1967 mientras nadaba en el océano.

Uso de voces y expresiones malsonantes

Los australianos son famosos en el mundo anglosajón por utilizar en su hablar diario palabras y giros que pueden ofender los oídos de algunas personas. El modo de hablar australiano es llano, directo y muchas veces emplean expresiones de uso cotidiano que pueden considerarse obscenas.

Incluso los altos funcionarios del gobierno los emplean públicamente.

Como ejemplo de esta aseveración, se menciona la controversial campaña publicitaria titulada “So where the bloody hell are you?”, que fue lanzada por Turismo Australia, en el año 2006, para promocionar el país como destino turístico.

El comercial para la televisión de la campaña muestra a los australianos preparándose para recibir a los turistas visitantes. Se inicia en un bar del “Outback” con el barman diciendo: «Te servimos una cerveza.»

Sucesivamente va mostrando diversas escenas típicas del país, como un joven disfrutando de la playa y comentando: «Tenemos a los tiburones en la piscina»; y a una multitud disfrutando de los fuegos artificiales en el puerto de Sydney mientras una chica afirma: «Hemos encendido las luces».

El comercial termina con la conocida modelo australiana Lara Bingle, en bikini en una playa australiana, preguntando: “Entonces, ¿dónde diablos estás tú?»

La campaña fue muy difundida en prensa y televisión en varios países y despertó gran atención, pero en el 2007 fue prohibida en el Reino Unido por la expresión final empleada. En Canadá provocó un efecto similar y también fue prohibida.

Los australianos reaccionaron con sorpresa e indignación y acusaron a sus detractores de poseer una doble moral. Finalmente, la campaña fue retirada, pero las críticas no fueron entendidas ni aceptadas. Podría calificarse este episodio como un gran malentendido cultural.

Otras consideraciones sobre el modo de hablar australiano en la sección Idioma.

Contacto con la naturaleza y la playa

Al poseer una geografía variada y plena de riquezas naturales, los australianos guardan una relación muy especial con el medioambiente. Disfrutan de la vida en contacto directo con la naturaleza y suelen ser consecuentes defensores de las causas ecologistas.

A los australianos les encanta caminar, es una de las 10 actividades físicas preferidas durante el tiempo libre. A menudo las caminatas se realizan en las montañas o llanuras próximas a los centros urbanos. Se trata de una manera de integrar el deporte con el contacto con la naturaleza.

La playa es el lugar preferido de los australianos. Más de 80% de los australianos habitan en la costa y la cultura playera se ha convertido en parte integral de su vida.

La mayoría de las familias no conciben una vacación lejos de la playa e innumerables australianos planean su retiro en términos de refugiarse en alguna playa tranquila con mucho sol.

Algunas personas van a la playa sólo por el sol y el surf. Otros van para realizar deportes de vela, parapente, pesca, y buceo. Las playas también atraen a los australianos para celebraciones como la Navidad, la víspera de Año Nuevo y el Día de Australia.

Las multitudes acuden a la playa para apreciar los fuegos artificiales y las diferentes actividades familiares que se organizan para el entretenimiento del público asistente.

Deporte

Los australianos otorgan mucho valor al deporte, las figuras deportivas son consideradas héroes y las retransmisiones de distintas disciplinas copan los primeros lugares en prensa y televisión.

Resulta normal ver cada fin de semana miles de personas practicando sus deportes favoritos en los espacios públicos. El deporte es visto en Australia como un modo de convivencia y camaradería, una forma de pasar el tiempo entre amigos.

Se practican todo tipo de deportes. El que más espectadores atrae es el Rugby League, una variante del rugby tradicional con algunos cambios en las reglas para hacerlo más espectacular. Los partidos son seguidos por miles de aficionados cada semana.

Un deporte auténtico del país es el fútbol australiano, una mezcla entre rugby y fútbol que se juega en un estadio ovalado.

Otros deportes preferidos son el cricket, el fútbol y el baloncesto.

El surf también es muy popular, especialmente entre los jóvenes, quienes consideran el surf como su deporte preferido. Lo practican para disfrutar del tiempo libre en armonía con el océano y la naturaleza.

Orgullo por el “Outback”

Lo que se conoce como “outback” o despoblado es la extensa región australiana árida y semidesértica que se extiende desde el centro y el sur de Australia Occidental, pasando por la parte sur del Territorio del Norte, la mayor parte de Australia del Sur, y las regiones del extremo oeste de Queensland y Nueva Gales del Sur, hasta la parte noroccidental de Victoria.

Muchos mitos y leyendas australianas tienen como marco el “outback”. La conquista de este espacio ha sido percibida en la historia australiana como un reto para el hombre, debido a las duras condiciones que la naturaleza impone en esta zona.

El “outback” ha sido evocado en la narrativa costumbrista siempre relacionado con temas de lucha y supervivencia personificado en los cuentos a los aventureros arriesgados, los asaltantes de caminos y las mujeres y los niños perdidos en la región.

También ha estimulado la valoración de los pueblos aborígenes de la zona y de sus creencias religiosas y habilidades artísticas tradicionales, así como especialmente la apreciación de sus habilidades de rastreo y de dominio del medioambiente.

La referencia a una mujer europea con un vestido largo en capas en medio del outback se ha convertido en una de las imágenes icónicas del folclore australiano. Los encuentros de las primeras colonas europeas con los aborígenes australianos del outback son un tema familiar en muchos de los cuentos populares australianos.

Toda esta imaginería colectiva hace que los australianos sientan orgullo y respeto por su “outback” y lo valoren y aprecien como uno de los principales íconos nacionales.

Compañerismo, solidaridad y voluntariado

Australia tiene una fuerte tradición de solidaridad, de ayudarse los unos a los otros; y especialmente a las personas que se encuentran en una situación difícil.

Un compañero o “mate” puede ser la pareja, un hijo, un hermano, un sobrino o un amigo; pero también puede ser un extraño, un voluntario que presta servicio desinteresadamente a alguien que lo necesita.

El concepto de “mateship” o compañerismo se remonta a los primeros tiempos de la colonia. El ambiente hostil en el que los convictos y los nuevos colonos se encontraron promovía a la vez un espíritu de compañerismo.

Hombres y mujeres vecinos confiaban entre sí para todo tipo de ayuda. En Australia, un “mate” (compañero) es algo más que un amigo. Es un término que implica un sentido de experiencia compartida, de respeto mutuo y de ayuda incondicional y desinteresada.

Durante esos primero años del establecimiento de los colonos, la palabra “mate” se hizo intercambiable con “digger”, otro vocablo con profundas raíces históricas en la larga tradición de compañerismo australiano.

El “digger”

El “digger” surgió durante los años del descubrimiento del oro en Australia, a partir de 1850. Los trabajadores de las minas (inmigrantes británicos y chinos) desarrollaron ciertos principios de compañerismo, ayuda mutua y confianza.

Las historias de esos buscadores de oro fueron retratados en la literatura costumbrista de la época y en ellas destaca el “digger” o compañero.

Durante la Primera Guerra Mundial el vocablo “digger” también se utilizó para describir al soldado valiente, estoico y buen compañero.

Así se consolidó en la imaginaría colectiva la idea del “Aussie digger”, el buen compañero australiano, un hombre para quien el compañerismo, la amistad, la tolerancia y un fuerte sentido del valor constituyen sus rasgos humanos esenciales.

En la actualidad, estos conceptos se traducen, en gran medida, en el fuerte espíritu de voluntariado de los australianos. A los voluntarios no se les paga por sus servicios.

Ellos brindan su tiempo y sus conocimientos y habilidades en beneficio de la comunidad. Se trata de una decisión personal de cada quien, no es un mandato ni una obligación.

Las actividades de voluntariado están bien organizadas en Australia. Los voluntarios cuentan con infraestructura física y servicios que les permiten planificar de la mejor manera la ayuda que prestan.

Para los recién llegados puede ser muy útil participar en actividades de voluntariado. Aunque no reemplaza el trabajo pago, puede servir para conocer gente y brindar una experiencia laboral necesaria para obtener posteriormente conseguir un trabajo.

Algunas organizaciones que se pueden contactar para realizar voluntariado son:

Go Volunteer

Web: govolunteer.com.au

Volunteering Australia

Web: www.volunteeringaustralia.org

El sueño australiano

Muchos australianos estén obsesionados por ser propietarios de su vivienda y esa convicción está tan arraigada que los mismos locales la describen como: el sueño australiano.

Esta ambición se inició luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando el país recibió una oleada de inmigrantes europeos desplazados por la guerra. Al principio “el sueño” era bastante modesto: una vivienda de 2 dormitorios, con un patio trasero para hacer la parrilla y para que los niños jugaran.

Pero entonces estalló la población, los suburbios se fueron poblando y creciendo y “el sueño” se adaptó a los nuevos tiempos.

Hoy en día la ambición es de poseer una casa al menos dos veces más grande del tamaño de aquella del modelo de la posguerra en los años 50.

Antes era posible comprar una casa por tres veces el salario anual, ahora es nueve veces. Además, la casa también puede ser un símbolo de estatus y prosperidad.

“El sueño australiano” resulta imposible de pagar para muchos.

En el foro de discusión ¿Cómo es la vida de un inmigrante en Australia? hispanoparlantes de diversos países comparten preguntas, opiniones y experiencias sobre el procesos de emigración a Australia.