Maru, teleoperadora, desde España

Galicia

«He disfrutado de libertad de expresión, paz y tranquilidad. No vivo con miedo de que le pase algo a mi hijo o a mí».

Profesión: teleoperadora
Edad: 41 años
Ciudad/ País de origen: Caracas, Venezuela
Fecha de salida: julio de 2002
Ciudad/ País de destino: Galicia/ Málaga, España

Testimonial de migración Maru, teleoperadora, desde España

¿Por qué te fuiste de Venezuela?

Me fui de Venezuela cuando me di cuenta de que tenía que ocultar la bandera para evitar que me asesinaran. A ese atropello se agrega que empecé a sentirme rechazada por ser hija de españoles y hasta me llegaron a decir: «Vete a tu país, española de m…». Por ello, sufrí y lloré muchísimo.

Además, era incapaz de proveer comida para mi hijo y comíamos en casa de mi mamá. Asimismo, llegué a un punto en que tuve que mudarme con mi madre, pues no podía cubrir el colegio ni el alquiler. En fin, mi cerco cada vez se estrechaba más y más.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

Lo más difícil fue determinar un lugar donde llegar. Incluso el día antes de mi partida, con boleto en mano, aún desconocía a dónde iría a parar. Las motivaciones fueron numerosas, ya que se trataba de empezar de nuevo y conseguir todo aquello que había perdido.

De hecho, lo logré: al principio, viví en una casa prestada que estaba en venta y, al año, alquilé un piso por mi cuenta con mi sueldo. También he disfrutado de libertad de expresión, paz y tranquilidad.

No vivo con miedo de que le pase algo a mi hijo o a mí. Con mi esfuerzo, pagué los estudios de mi hijo, mi propio alquiler y la comida, sin depender de nadie.

¿Por qué seleccionaste el país o ciudad de destino?

Escogí España por mi nacionalidad española. Mi madre, que es madrileña de nacimiento, vino conmigo, me ayudó y cuidó al niño mientras yo trabajaba, sobre todo por las noches. Después, ella volvió a Venezuela, pues no quiso quedarse.

Opinaba que España no era la que dejó y que se hallaba más a gusto en Venezuela, con todo y como está la situación. Sin embargo, últimamente se ha arrepentido de haber pensado así.

Describe los primeros tiempos

Como lo mencioné, al llegar habité una casa en venta en una aldea gallega. Resultó demasiado difícil, dado el cambio brusco que significó: después de residir en una gran ciudad, pasar a vivir completamente apartada del mundo.

Al principio, pareció conveniente, puesto que buscaba paz…pero no tanta ¡claro! Luego me mudé al pueblo (una mejora, sin duda) y alquilé un piso. Por otra parte, los empleos constituyeron una dificultad. De forma que, si emigras, debes estar consciente de que no te dedicarás a lo que acostumbrabas.

A los dos años de mi llegada, me trasladé a Málaga y acá sigo. He hecho de todo: limpieza interna de casas donde me han tratado fatal y ni me han pagado; oficios de camarera, limpiando y cocinando hasta la madrugada; reponedora y cajera de supermercado; ventas en la calle, puerta por puerta, día y noche.

En suma, he laborado de diez a catorce horas seguidas y les aseguro que ha sido muy duro. No obstante, mi gratificación se resume en haber conseguido lo que vine a buscar.

Describe tu situación actual

Mi situación actual se describe en una breve expresión: me siento estancada. España no es la misma de años atrás, se encuentra bastante mal, el sueldo sigue siendo igual y cada vez me alcanza menos.

Lamentablemente, mi hijo dejó los estudios, ya que quería ayudarme; pero lleva cuatro años bregando sin éxito por una ocupación, pues el desempleo es brutal. Yo soy teleoperadora y, si todavía estoy empleada, es pura suerte, porque cada mes echan gente de mi trabajo.

Me inscribí en la universidad, pero solo asistí por un año, debido a mi imposibilidad de costear la matrícula. Estimo que, con lo que he luchado y trabajado, debería avanzar y voy hacia atrás, tal como sucedía en Venezuela antes de venirme.

Por esa razón, quiero otra oportunidad y deseo establecerme en Estados Unidos, dispuesta a luchar y trabajar en lo que sea, ya que no le temo al reto. De hecho, sé ser inmigrante y, aunque cuente con nacionalidad española, soy una «panchita» y punto.

En realidad, me anoto entre los que se van. Considero absurdo que, con doce años de tesón y constancia, no haya podido siquiera (ni lo veo cerca) comprarme un coche, cuanto más una casa. ¡Y anhelo progresar, alcanzar la meta!

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

No me arrepiento e insisto en que conseguí lo que me propuse cuando emigré. De manera que sí repetiría la experiencia.

Sin embargo, creo que llegó el momento de avanzar, en vista de que, si te vienes a España o permaneces en ella, necesitas dinero suficiente para adquirir coche y piso y, además, para montar un negocio que conozcas y en el que te vaya bien. De lo contrario, ¡no vengas! ¡Elige otro destino!

¿Piensas volver a tu país?

Pienso -como dije antes- irme a Estados Unidos, donde tengo varias amigas que me esperan con los brazos abiertos. Sé que habrá mayores oportunidades y estaré mejor que en España, principalmente por el apoyo de ellas.

Lo anterior lo digo con fundamento, puesto que acá ya no se puede vivir, el dinero rinde menos y, encima, hay un loco seudosocialista a quien el gobierno del actual mandatario venezolano le financia la campaña y se va a lanzar a la presidencia.

Eso significaría que pasaría por lo mismo de nuevo. De modo que, antes de que ocurra esa catástrofe, me marcho.

Testimonio publicado el 26 de agosto de 2014.

 

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