Artículo de Joshua Goodman, AP.
31 de enero de 2014
Los mejores y más brillantes de Venezuela abandonan su patria en grandes números. En medio de la búsqueda desesperada de oportunidades en el extranjero, Irlanda aparece como un escape ideal.
Venezolanos acampan en las aceras
- Para MeQuieroIr.com esto no es como las anteriores olas. El interés en la salida del país parece más sostenido, menos emocional, ya que la gente entiende que la crisis que vive el país es estructural.
CARACAS, Venezuela — Los ciudadanos de la revolución socialista de Venezuela han crecido acostumbrados a hacer largas filas para todo, sea para comprar pan o un automóvil.
Sin embargo, Daniela Rodríguez, de 26 años, tiene confianza en que esta sea su última fila.
Al igual que otros 50 estudiantes y graduados universitarios, Rodríguez ha hecho una larga espera en los últimos tres días en la acera de un concurrido distrito de oficinas en Caracas para recibir un sello consular con la esperanza de que sea su boleto hacia un futuro mejor.
Destino Irlanda
¿Su destino? Irlanda, un país del que no sabe casi nada, pero eso es lo de menos.
Rodríguez dijo que iría a ciegas a donde fuera, ante la imposibilidad de encontrar un empleo como periodista desde que se graduó en 2010 de la universidad, en lugar de trabajar como empleada de ventas en una tienda de ropa.
La joven dijo que en Venezuela se trabaja duro y no se logra nada, pero fuera del país el esfuerzo reditúa en un par de años.
Esta idea es ampliamente compartida entre los mejores y más brillantes de Venezuela, que abandonan su patria en grandes números en vez de esperar una mejora en la situación frente a una severa crisis monetaria, inflación de 50% y escasez sin precedentes.
No todos huyen de las dificultades
Sin embargo, no todos huyen de las dificultades. Algunos venezolanos se hacen pasar por estudiantes y recurren al mercado negro ante la escasez cada vez mayor de divisas a la tasa oficial de cambio para pagar sus estudios en el extranjero.
En medio de la búsqueda desesperada de oportunidades en el extranjero, Irlanda aparece casi como el escape ideal.
Por mucho tiempo este país ha atraído a estudiantes de idiomas de todo el mundo y los venezolanos no necesitan visa para ingresar en la Unión Europea, a diferencia de si viajaran a Estados Unidos, Canadá y Australia.
España, que fue durante años el destino preferido de los emigrantes latinoamericanos, tiene ahora un desempleo superior a 50% entre los jóvenes, mientras que la economía de Irlanda registra una firme recuperación tras la crisis financiera en Europa.
Venezolanos que ya estudian en Irlanda
Los venezolanos que ya estudian en Irlanda dicen que es fácil encontrar empleo, lo cual permiten las leyes locales que son amigables hacia los inmigrantes.
Seda College en Dublín dijo que recibió 7.640 visitantes únicos de Venezuela en su sitio web, en enero, asimismo provinieron de este país un tercio de las consultas totales durante todo el 2013.
MeQuieroIr.com, un sitio web venezolano que proporciona información a las personas que buscan emigrar, también informó de un tráfico récord este mes, el doble de los niveles normales.
Tan popular se ha convertido Dublín entre la juventud de Venezuela que el sitio web satírico “El Chigüire Bipolar” bromeó recientemente diciendo que se había convertido en la ciudad más segura de Venezuela – una referencia a la delincuencia violenta que invade las calles del país, otro factor que impulsa a la gente hacia el extranjero.
El interés en la salida de Venezuela parece más sostenido
«Esto no es como las anteriores olas que vimos después de las elecciones», dijo Esther Bermúdez, fundadora de MeQuieroIr.com, quien se mudó a Montreal en 2007 debido a que los controles de divisas hacían imposible hacer negocios con los anunciantes y proveedores en el extranjero.
«El interés en la salida del país parece más sostenido, menos emocional, ya que la gente entiende que la crisis que vive el país es estructural», dijo Bermúdez.
Esa desilusión puede sentirse fuera del Consulado Honorario de Irlanda en Caracas, donde durante los últimos seis meses, y más intensamente desde que la economía dio un giro para lo peor, el pasado noviembre, los estudiantes se reúnen todos los días antes del amanecer.
A veces la fila es de 200 personas, forzando las quejas de los pasantes, trabajadores de las oficinas aledañas, y obligando a los jóvenes a mantener una vigilia de 24 horas para que nadie se salte su lugar cuando el consulado, que opera fuera de una oficina de abogados, termina su horario de atención.
Están todos allí con el mismo objetivo: obtener un sello que certifique su carta de inscripción enviado desde Irlanda.
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Publicado el 31 de enero de 2014