Respuestas de foro creadas

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  • en respuesta a: MITOS Y REALIDADES DE LA EMIGRACION: excelente articulo #384899
    renata
    Miembro

    Hola, Panameñista:

    Sí, lo sé. Tengo familiares muy cercanos viviendo en Panamá. Por cierto, todos con estatus migratorio legal y con trabajo en sus áreas profesionales. Emigraron a Ciudad de Panamá hace más de tres años y están totalmente adaptados a la vida en ese país, felices y agradecidos.

    Sin embargo, sé que la nueva oleada de inmigrantes venezolanos (de un año y pico para acá) no ha sido bienvenida. Y entiendo totalmente las razones. Lo sé porque mi familia me cuenta. Ni ellos tratan con esa clase de venezolanos (mal educados, arrogantes, ilegales, y algunos con mucho dinero en los bolsillos, dinero del chavismo).

    Me gustaría precisar estos puntos:

    1. No todos los venezolanos son iguales. Es un error meterlos a todos en el mismo saco.

    2. La xenofobia no resuelve nada. Al contrario, exacerba la situación y complica todos los análisis. De paso, la población (presa de ese estado de rechazo a los extranjeros) puede ser fácilmente manipulada por partidos políticos y políticos, en general, buscando votos fáciles, a costa de los sentimientos de la gente.

    3. La emigración es un fenómeno natural, tan viejo como el hombre sobre la Tierra. Lo que quiero decir es que no la pueden evitar. Lo que sí pueden hacer, y están en su total derecho, es establecer qué tipo de extranjeros quieren recibir en su territorio.

    Todas las naciones desarrolladas del planeta lidian con el problema de la inmigración; pero el asunto lo han resuelto (o lo tratan de resolver) fijando qué tipo de inmigrante quieren: nivel de educación, ocupación, edad, etc., y estableciendo leyes de inmigración claras, estructuradas y transparentes.

    La sociedad panameña tiene que iniciar un debate constructivo y realista sobre la emigración y exigirle a sus gobernantes respuestas. Por ejemplo, exijan el establecimiento de una visa de turista para todos los latinoamericanos. Eso es completamente legítimo y realista.

    No es «odiando» a los venezolanos que van a resolver el tema. El problema no se les ha ido de las manos, hay maneras de solucionarlo. Cacen esa pelea bien cazada.

    Saludos cordiales.

    en respuesta a: MITOS Y REALIDADES DE LA EMIGRACION: excelente articulo #384691
    renata
    Miembro

    En verdad es muy bueno. Se lo estoy mandando a unos familiares que ya tienen su maleta lista para irse a Panamá como turistas, y allá van a ver qué hacen. Como que si eso es así tan fácil.

    A mí me asombra como muchos venezolanos se están tomando el tema de la emigración a la ligera. ¿Qué será inmadurez, desesperación?

    Rescato esta frase: «emigrar es un proceso de altísima implicación individual, que exige disciplina, paciencia y organización.»

    Me parece exacta y no es eso lo que estoy viendo en muchos nuevos inmigrantes. Veo impaciencia y cero planificación. No creo que así lleguen muy lejos.

    en respuesta a: Hola soy Panameño y Quiero irme a Venezuela! #335165
    renata
    Miembro

    Rdawkins, he leído tus post con profunda tristeza. Es difícil digerir una crítica tan áspera hacia mi gentilicio. Soy venezolana y no vivo en Panamá, pero tengo familiares allá. He visitado ese país encantador varias veces y siempre me he sentido bien recibida y acogida.

    Mi familia pertenece a esa «minoría grande» que mencionas de venezolanos que se sienten agradecidos de encontrar paz social y seguridad personal en Panamá. Cuando hablo con mi mamá por teléfono, después de algunas quejas sobre el calor (difícil de tolerar para los que provienen de Caracas) me dice: «me tienen ganada los panameños, son tan gentiles, tan amables. Me siento tan bien aquí». Esas frases son constantes en su conversación y las menciono simplemente para mostrar cuan agradecida y privilegiada se siente de vivir en Panamá.

    Quisiera creer que así piensan y sienten la mayoría de los venezolanos inmigrantes en tu tierra. Quisiera pensar que se comportan de la manera honrada y digna que se corresponde con nuestros valores. Sin embargo sé que no todos exhiben un comportamiento ejemplar. Lo sé porque los he visto y oído. Sé que son insoportables. Dignos ejemplares de lo que Chinook llama «cierta clase media arrogante». Yo diría más: nuevos ricos que han prosperado a la sombra del viciado sistema económico-político venezolano y emigran con los bolsillos llenos para no padecer las penurias que se viven a diario en nuestro país.

    Para tu conocimiento, no sólo son rechazados por los panameños, sino también por muchos venezolanos que desaprueban semejante conducta y simplemente no comparten la misma visión de la vida.

    Rdawkins, estoy convencida de que esos venezolanos «malos» y «feos», para usar tus palabras, son una minoría; pero tan escandalosa y molesta que todo el mundo termina metido en el mismo saco. Suele pasar.

    Aunque tu bien estableces algunas diferencias basadas en «oleadas migratorias». Es probable que tengas razón, pero no todos los que hayan llegado a Panamá recientemente o sigan llegando van a ser inmigrantes desagradecidos y desagradables.

    Sin ánimo de justificación y sólo para darle contexto a la crítica que estás formulado, me gustaría comentarte que la crisis venezolana, más allá de ser política y económica, es fundamentalmente una crisis de valores.

    El «chavismo» con sus corruptelas y perversidades ha sacado lo peor de los venezolanos; ha removido vicios y defectos que estaban anquilosados, y los ha exacerbado, promovido y estimulado. Con total impunidad se cometen en Venezuela las peores atrocidades que se hayan vivido en nuestra historia democrática. Corrupción, abuso de poder, mentiras, crimen, violencia y capitalismo salvaje (a pesar de que se hable de un sistema socialista) han ido permeando todos los estratos sociales del país.

    De ese lodazal muchos venezolanos tratan de huir a través de la emigración. Un pueblo que no sabía emigrar, que sólo había recibido extranjeros durante decenios de su historia moderna, ahora es un pueblo en el éxodo.

    La mayoría de los venezolanos emigrantes son gente digna: profesionales honrados, dispuestos a trabajar y a esforzarse por integrarse de la mejor manera a la sociedad que los acoja. Muchos entienden el privilegio que significa poder empezar otra vez en una sociedad en paz. Saben que hay que adaptarse y respetar las leyes y costumbres del país de destino. Se muestran agradecidos.

    Desgraciadamente, otros no. Algunos escapan con sus vicios a cuesta, incluidos delinquir (como los clonadores de tarjetas de crédito, triste ejemplo) y comportarse del modo más pretencioso, despreciando el privilegio de ser inmigrante.

    Estos casos son más evidentes en la migración en América Latina, porque como bien dice Chinook, cuando se emigra a países como Estados Unidos, Australia, Canadá y naciones de Europa, es mucho más difícil tener conductas criminales o ser arrogante.

    No tengo conclusión, como tú, lo único que puedo decir es que la emigración es un gran aprendizaje. Mucho aprende el que se va, pero también el que recibe. Tolerancia, respeto, adaptabilidad, autoconfianza y saber vencer los prejuicios se impone de lado y lado.

    Espero que en tu camino te encuentres más frecuentemente con los inmigrantes buenos.

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