Carlos72

Pido disculpas por la interrupción, al parecer se cayó la conexión y se envió automáticamente sin terminar…
Para los que tenemos un poquito de orgullo profesional y queremos hacer un mínimo aporte en nuestra especialidad, y ayudar a formar a otros, tener un poquito más de dinero no es la felicidad. Así que todo depende en gran medida de cuál es la definición de felicidad de cada cual. Quizás, para el que venga pensando ya directamente en el potencial futuro de sus hijos, es más plausible. Pero aún así, no nos dejemos tampoco engañar con las cosas. La educación pública de aquí, en lugar de ser superior a la de nuestros países, es incluso, comparada con la de algunas naciones latinoamericanas (Argentina, Uruguay, Chile, Cuba, no sé en el caso de Venezuela), inferior a la nuestra. Conozco varios casos de cubanos que han llegado con sus hijos adolescentes aquí, y al ser evaluados para su incorporación a la escuela canadiense, resulta que están uno o dos años POR DELANTE del que les corresponde, sobre todo en ciencias. De hecho, habrá cosas que aprendieron en Cuba, como educación general, y que aquí no recibirán nunca más, a menos que hagan carrera en eso específicamente. Por supuesto, les falta el nivel del idioma, que se adquiere más en la práctica que en clases. Pero esto es muy llamativo. ¿Cómo es que un país tan desarrollado y de Primer Mundo como Canadá, con todos los recursos imaginables a su disposición, tiene una educación pública inferior en escolaridad a la de varios países latinoamericanos, que están repletos de pobreza material? Supongo que eso tiene que ver con un diseño prefabricado de educación, pero eso es tema para otro tipo de foro, no para este. Este es para inmigrantes, reales o potenciales. Entonces, Luis Covas, estoy de acuerdo contigo. Pero no esperemos que quienes estimulan esta inmigración selectiva digan la verdad, porque no lo van a hacer. El sistema está diseñado para eso. Nuestro elevado nivel educacional, o científico (y sí es ELEVADO, sin dudas y con mucho orgullo) es solamente una garantía de que los nuevos GENERAL LABOURERS no serán potenciales delincuentes, y que Canadá podrá poblarse con una selecta provisión de universitarios que trabajarán como obreros para el resto de su vida, intentando asegurar el futuro de sus hijos, si es que vale la pena. Y de paso, asegurar la producción de bienes materiales, sostenida por los inmigrantes, para mantener el nivel de vida de las élites y un cierto nivel de tranquilidad social en la fuerza laboral que ya es canadiense. Lo otro, es propaganda, y confieso que me tragué una buena parte. Quienes tenemos que decir la verdad a los potenciales inmigrantes somos nosotros. Al final, una buena cantidad, aún sabiendo EXACTAMENTE a qué se enfrentarán, vendrán, por diversas razones: seguridad (muy plausible y lógico), más dinero, automóvil (a crédito), casa (pequeña y a crédito para que terminen de pagarla los hijos…). Que conste, no hablo para el 100 %, pero sí para la abrumadora mayoría. Hay un pequeñísimo porciento que tenía los contactos claves (muy difíciles, por cierto) y otro más ínfimo aún, que tuvo una SUERTE LOCA. Pero unos pocos muy afortunados no hacen la estadística. Esa la hace la mayoría, y la mayoría vendrá a trabajar como mulos, a pesar de tener un nivel profesional para defender. Si las cosas buenas que pueden lograr concretamente en Canadá, superan la muy probable frustración profesional y espiritual para el resto de su vida, FELICIDADES. Si no, piénsenlo MIL VECES antes de lanzarse a esta aventura, en la que renuncian a familia, amigos y cultura nacional (o regional), alimentados durante su vida en su país y ciudad.

No vale la pena continuar la discusión. Simplemente lo más probable es que efectivamente, me regrese a Cuba. Saludos.

@Emv, con respecto a lo de la tranquilidad, en comparación con Venezuela, no dudo que tengas razón. Yo no soy venezolano, sino cubano, y aunque en Cuba la pobreza material es galopante, no hay los niveles de violencia que todos dicen que existe en Venezuela, y sobre todo de Caracas. En Cuba hay bastante tranquilidad, y por eso yo no siento tanto la diferencia en ese aspecto.

Sin embargo, a favor de Canadá hay que decir algo que en Cuba sí está muy mal, y es el transporte. En Cuba el transporte público es un caos, un verdadero desastre, con ómnibus (allá les decimos guaguas) atestados de gente hasta los bordes y que pasan en horarios anárquicos. Aquí en Canadá los ómnibus llegan a su hora y lo más que se atrasan son dos tres minutos, si se atrasan. Realmente, el transporte público, aunque es BASTANTE CARO, es muy bueno y muy exacto. Si uno se planifica bien, llega a todas partes a tiempo, a pesar de las enormes distancias.

Si hablamos de salarios, los de Cuba deben ser probablemente los más bajos del hemisferio, y entre los más bajos del mundo. Los salarios en Cuba son simplemente risibles, irrisorios. Lo que sucede es que la vida en Cuba no se puede contabilizar sólo por los salarios. Es cierto que con el salario mínimo aquí uno por lo menos se alimenta, aunque esté condenado a vivir en un walking-closet, o en un apartamento del tamaño de un cucurucho, porque uno de los grupos que más dinero hace es el de los inmobiliarios, que tienen un negociazo tremendo y cuyo principio es ser IMPLACABLES. Por eso uno ve a cada rato gente en el Metro de Montreal pidiendo limosna (yo los veo TODOS LOS DÍAS, y eso no lo puede negar nadie), porque han perdido su casa. Sobre todo inmigrantes que se quedaron sin trabajo y los desahuciaron de donde estaban. Yo sé que los hay que prefieren pedir limosna antes que trabajar duro, y por eso yo he trabajado y sigo trabajando duro, pero esos no son los más. La mayor parte de los que piden limosna están de verdad quebrados por el modo de vida canadiense, que promete que no hay pobreza ni miseria, y NO ES CIERTO.

Si lo que buscan muchos venezolanos es huir de la violencia, lo comprendo. En eso no puedo discutir. Solamente quisiera decir algo, y es que la mayor parte de la gente le echa la culpa de esa violencia al gobierno bolivariano, dejándose abrumar por la constante propaganda de la derecha venezolana, que está dirigida desde el norte. Y una buena parte de la violencia es intencionalmente introducida en Venezuela, financiada desde el Norte, precisamente para generar ese descontento y esa inseguridad tan grande que hay. Y desgraciadamente, a diferencia de Cuba, en Venezuela mucha gente puede tener armas de fuego, lo que en Cuba está estrictamente prohibido para casi todo el mundo, y esa prohibición ayuda bastante a que haya más seguridad.

Pero quien ame su profesión (lo cual es muy probable en el caso del odontólogo) y sienta que la felicidad no es sólo tener un poco más de dinero, que lo piense mil veces, de verdad. En mi caso, yo ni era gerente, ni pretendo ser gerente aquí. Yo soy un investigador, y pretendo, si me dejan, trabajar incluso como técnico (lo que está por debajo de mi nivel y mis estudios) en algo que esté mínimamente relacionado con algo científico o incluso de servicios que tengan algo que ver con eso. Y para la inmensa mayoría, no sólo para mí, resulta prácticamente imposible vincularse a algo siquiera cercano a lo suyo, supuestamente por el asunto de la EXPERIENCIA CANADIENSE.

Por favor, dejémonos de ponerle toallas de algodón al asunto: el mecanismo de la supuesta experiencia canadiense es para mantener al inmigrante marginado, confinado por años y años a trabajos productivos, porque lo que quiere Canadá, como gobierno imperialista, despreciativo de los inmigrantes del Tercer Mundo, es importar mano de obra barata y altamente calificada, para la PRODUCCIÓN. Que quede claro, yo respeto absolutamente a todo aquel que trabaja duro. Pero uno no estudia una carrera universitaria ni hace una maestría, con un excelente nivel además, para pasarse después la mitad de la vida laboral cargando piedras o cortando alambres. Y el sistema de Skilled Workers pide profesionales precisamente para mantener o incluso mejorar esa tranquilidad que tú mencionas como de lo mejorcito que hay aquí, pero no porque pretendan facilitarle ni un milímetro la verdadera «integración» a la sociedad canadiense. Tener francés y/o inglés fluido (yo tengo los dos) tampoco ayuda mucho si no tienes la famosa EXPERIENCIA CANADIENSE, que es la trampa que le agarra la pierna al inmigrante. Por eso hablo del racismo solapado, porque el sistema de Skilled Workers, que debería llamarse Skilled Slaves, es un gran engaño si pretendes retomar tu vida profesional alguna vez. Tus hijos, si estudian aquí, quizás tengan otras oportunidades, y cuidado, porque sus apellidos los van a perseguir toda la vida (y tengo ejemplos de eso, del mismo Montreal). Pero el que viene para acá, de primera generación, viene como obrero común, y sin muchas esperanzas, a menos que pase muchas necesidades incluso aquí y esté dispuesto a VOLVER A ESTUDIAR LA CARRERA QUE YA HIZO, como si los estudios en nuestros países no tuvieran calidad, como si no sirvieran de nada. Y créanme, la preparación general, anterior a la universidad, en la mayoría de nuestros países es incluso superior a la canadiense, por lo menos muy superior a la educación canadiense pública, que tampoco es completamente gratuita ni mucho menos. Entonces, me reafirmo: los que aman su profesión, los que pretendan hacer en la vida algo más que comer bien o tener más ropa, y más aún, los que son menos egoístas y piensan también un poco en los demás, PIÉNSENLO MIL VECES ANTES DE VENIR A CANADÁ.

En mi caso, casi estoy contando los minutos para regresar a mi Cuba pobre y con problemas de transporte. Pobre económicamente, pero millonaria en humanismo, cosa que aquí escasea de mala manera. Y una nota final: lo que quiere el gobierno bolivariano es combinar el desarrollo económico con el humanismo. Han cometido y probablemente cometerán aún bastantes errores, pero aún así, lo que persiguen, cuando dicen Socialismo, es el Humanismo. Los gobiernos anteriores no cometían «errores», simplemente tenían al pueblo olvidado y asfixiado, para enriquecer una casta mínima y regalar un país riquísimo en recursos al Norte. Probablemente, si se lograra controlar esa enorme violencia actual, partiendo de controlar a los que viven llenos de odio y desprecian al pueblo, Venezuela, y sobre todo Caracas, pudiera convertirse, poco a poco, en una sociedad mucho más acogedora y sobre todo humana.

Saludos.