«Hay que venir a hacer lo que nos toque, siempre con la mejor actitud y disposición para lo que salga».
Profesión: Bachiller
Edad: 19 años
Ciudad/ País de origen: Mérida, Venezuela
Fecha de salida: 28 de julio de 2016
Ciudad/ País de destino: Santa Marta, Colombia
¿Por qué te fuiste de tu país?
Nací y crecí en Mérida, Venezuela, y emigré apenas cumplí dieciocho años, en el 2016, con el mayor dolor y tristeza del mundo.
Testimonial inmigrante venezolano desde Santa Marta, Colombia
Me vine por las razones ya conocidas por las que la mayoría se va de Venezuela: inseguridad, economía crítica, escasez. En fin, no hay mucho futuro y mis mejores amigos se fueron del país o se disponían a salir en los próximos meses.
Así que me quedé prácticamente solo. Me encontraba estudiando en un instituto, ya que la Universidad de Los Andes estaba de paro, y cursaba el segundo semestre de la carrera.
Nunca había trabajado en nada ni tenía ánimos de hacerlo, pero últimamente quería plata y me iba a tocar ocuparme en algo. Cuando decidí irme, pensé hacerlo por pocos meses, para trabajar, reunir dinero y regresar a gastarlo en Venezuela.
¿Qué fue lo más difícil de la decisión?
Creo que me dolió más ver como mis compatriotas se marchaban que tomar mi propia decisión. Sin embargo, no estaba construyendo un futuro para mí ni nada productivo. De modo que simplemente resolví partir.
Todo fue increíble, parecía mentira y no percibí la magnitud de la decisión hasta aquella madrugada del día en que salí de mi casa y dejé a mis padres.
¿Por qué seleccionaste el país o ciudad de destino?
Escogí Santa Marta, en Colombia, porque aquí vivía una tía lejana que tenía años sin ver; pero fue la única que me dijo que podía darme posada mientras conseguía un empleo.
De manera que acepté, consciente de que iría a su casa a ocasionarle gastos y de que, siendo solo bachiller, quizás me costaría un poco encontrar trabajo.
Describe los primeros tiempos
Salí por Cúcuta y me eché dos días de viaje por varios inconvenientes. Menos mal que traía algunos ahorros por si acaso. Varios años antes había visitado esta ciudad, aunque en la segunda ocasión, no la vi con los mismos ojos que cuando estuve de vacaciones.
Apenas llegué, lo primero que me pegó fue saber que desde ese momento tendría que soportar el clima cálido diariamente, ya que Santa Marta es una zona playera, mientras Mérida, mi ciudad en Venezuela, goza de un clima templado de montaña.
Otro aspecto al que no me he acostumbrado después de un año es la gente, tan distinta de nosotros, los merideños.
En mi opinión, los costeños colombianos son como los maracuchos venezolanos, de los cuales los gochos nos diferenciamos demasiado. Así que convivir con ellos resulta complicado.
Por otra parte, sigo aprendiendo las palabras que usan aquí, que no son las mismas de mi tierra, a pesar de que en ambos lugares se habla español.
Describe tu situación actual
Aunque un buen número de venezolanos ha hecho cosas malas en Santa Marta, y por ellos pagamos todos, no tuve problemas para hallar trabajo en esta ciudad y les explicaré el porqué.
Hay muchos que se enfocan en lo que no deben. Por ejemplo, si se desempeñaban como presidentes de trasnacionales en Venezuela, quieren un puesto igual en su nuevo destino y eso no es posible.
Por el contrario, hay que venir a hacer lo que nos toque, siempre con la mejor actitud y disposición para lo que salga.
Por eso, con un simple bachillerato y a pesar de recibir innumerables negativas mientras buscaba, logré un empleo fijo.
Cabe resaltar que vender en la calle, lo que sea, en poco tiempo aunque con menos seguridad, representa casi lo mismo que un sueldo mínimo, con el cual se puede pagar alquiler en un sitio medio bajo, comer y reunir dinero.
¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?
A veces dudo, pero esto ocurre cuando se me olvida el porqué de haberme venido. De manera que si lo recuerdo me vuelvo a motivar.
Lo único que haría distinto sería apurarme en buscar trabajo, ya que se me fueron alrededor de dos semanas creyendo que estaba paseando y casi no me moví.
Algo que importa mencionar es que me emplearon siendo apenas un bachiller, en un país donde, según sus habitantes, es muy difícil, hasta para profesionales, conseguir un puesto y donde supuestamente hay pocas oportunidades.
Otra cosa de la que me he dado cuenta es que emplearse no produce tanta plata como la labor por cuenta propia.
¿Piensas volver a tu país?
Con el tiempo me gustaría volver a Venezuela, así sea de visita. Por ahora se ve difícil, a pesar de que tengo demasiadas ganas de hacerlo, para ver a mis padres y algunos amigos que me quedan por allá.
Mientras espero mi regreso, estoy seguro de que el gobierno venezolano actual va a caer y los emigrantes volveremos felices a nuestra patria y nos reencontraremos.
Testimonio publicado el 12 de marzo de 2018.