«Montreal es como yo quisiera que fuera el Uruguay»
Profesión: Analista Programador – Técnico en Informática.
Edad: 49 años.
Ciudad/ País de origen: Montevideo, Uruguay.
Fecha de salida: 18 de junio de 2000.
Ciudad/ País de destino: Montreal, Canadá.
Testimonial de migración Gabriel Silva desde Montreal, Canadá
¿Por qué te fuiste de Uruguay?
Las deterioradas condiciones económicas y por la decadencia tanto política como del pueblo. Por la incertidumbre de no saber qué va a pasar al otro día, con qué nos vamos a levantar, que nos va a deparar el día. Me sentía agotado de la apatía política de Uruguay.
¿Qué fue lo más difícil de la decisión?
La decisión de emigrar, ya que significa dejar todo lo que realizamos en la vida para ver como vas en otro mundo y con otras costumbres, con otras leyes, con otras formas de ver el mundo. Vivir en otro país no es una decisión que debe tomarse a la ligera, es muy difícil decisión.
Da un poco de miedo, no se conoce lo que hay detrás del muro. Uno va con las residencias, pero es como tener que derribar un muro con las manos. Te dan guantes para que uno se proteja, pero el muro hay que derribarlo y no se sabe cómo.
¿Por qué seleccionaste Montreal como ciudad de destino?
Canadá, y sobre todo Québec, fue seleccionado por mi por dos cosas muy importantes. Primera, me daban la oportunidad de entrar con todos los papeles de residencia por mi profesión.
Me los dieron ya que desde el principio yo dije que venir acá como demandante de refugio jamás, ya que nunca se sabe que va a pasar con mi futuro y el de mi familia. Al menos así están seguros todos (con las residencias).
La otra razón fue que yo fui al Liceo Francés y el francés se me hace fácil y acá hablan francés. Un francés muy diferente, pero francés al fin. Canadá está considerado el mejor país para vivir. Se me dio ese regalo de las residencias permanentes.
Duró el trámite más de un año y costó muchísimo, pero es mejor así ya que estamos seguros acá.
Describe los primeros tiempos
Los primeros tiempos, o sea ahora, la adaptación es muy, pero muy difícil. Y no porque acá sean racistas, todo lo contrario son de lo mejor. Tienen lo que le falta a nuestro pueblo: humildad. Pero la adaptación es muy difícil por el idioma. Aunque ya sabía francés, acá tienen un acento muy particular.
Conocer dónde estás parado, dónde queda el Norte, Sur, Esto y Oeste fue muy difícil, tanto así que me puse un mapa de Montreal en la pared y lo miraba todas las veces que podía para ubicarme, primero dentro de mi cabeza y luego en la región.
Es muy difícil la adaptación y dura más o menos de 3 a 4 años. Y eso que acá hay de todo para la incorporación y es todo dado por el gobierno, pero venimos con formación de otros países y otras orientaciones y eso es lo que cuesta.
Describe tu situación actual
Yo recién termino de hacer una reestructuración y en este momento estoy buscando trabajo en lo mío. Es muy difícil, pero no imposible. Ya tuve varios llamados, pero no se concretan. Hay que tener paciencia, mucha paciencia. El mundo cambió y nosotros dentro de él.
Lo bueno es que el gobierno te ayuda para que puedas sobrevivir mientras realizas tus búsquedas de trabajo.
¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?
El otro día hable con una tía mía, que es como mi madre, y le dije “tía, no vuelvo más a Uruguay”. Montreal es como yo quisiera que fuera el Uruguay. Es una ciudad limpia, ordenada, silenciosa, con respeto el uno por el otro. Montreal es un lugar seguro para vivir. Acá me siento seguro y protegido.
La salud no se paga directamente, así que a donde vaya, con sólo mostrar una tarjeta, se entra a la consulta médica. Yo me operé de una hernia y no pagué nada. Se paga indirectamente, o sea con los impuestos. Es la mejor decisión que tomé para mi y mi familia. Claro está, cuando me fui de Uruguay la gente me criticaba.
¿Piensas volver a Venezuela?
No, no voy a volver a vivir. Claro, cuando consiga trabajo voy a ir a visitar a mi gente en mi ex trabajo de la Presidencia de la República, a mi familia y a mis amigos, con quienes estoy en contacto diario por la Internet, pero me hace falta abrazarlos. Pero volver a vivir de nuevo en Uruguay, no, jamás.
Aunque se arregle el país, cosa que jamás voy a creer. Yo, como ya dije, me siento seguro y protegido acá y mi familia también. Es una provincia (Québec) donde los intereses económicos están a favor del pueblo. Ya pedimos la ciudadanía canadiense. Mis hijos no tienen que hacer el examen, pero mi señora y yo sí.
Testimonio publicado al 24 de enero de 2004
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