José Arnaldo, ingeniero venezolano, desde Oviedo, España

Oviedo

«La atención sanitaria ha sido buena, la seguridad personal, excelente y un curso de técnico administrativo – contable ayuda, pero…»

Profesión: Ingeniero
Edad: 47 años
Ciudad/ País de origen: Valencia, Venezuela.
Fecha de salida: agosto del 2007
Ciudad/ País de destino: Oviedo, España.

Testimonial de migración José Arnaldo venezolano desde Oviedo, España

¿Por qué te fuiste de Venezuela?

Soy hijo único y mi mamá es una enferma crónica cardiovascular, pensionada del Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI) de la seguridad social española. Conseguir las medicinas que le hacían falta en Venezuela se volvía cada vez más difícil.

Lamentablemente, no podía costear la atención médica para ella, por más que hiciese el esfuerzo, porque necesitaba darles de comer a mi esposa y a mis dos hijos.

Debimos cerrar nuestro negocio, una prestigiosa librería con cincuenta años en Venezuela. No conseguía un empleo que me permitiese proporcionarles un nivel de vida medio decente.

Además, sentía que las condiciones legales no eran las más propicias para instalar una nueva empresa. En efecto, las regulaciones legales asfixiaron la pequeña compañía que nos pertenecía.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

Dejar a mi esposa y a los hijos. Me siento culpable de dejarlos en Venezuela. Claro, tenemos la vivienda pagada allá (a Dios gracias), pero me siento muy mal. Aunque les mando dinero y estoy en contacto con ellos, la incertidumbre de no verlos me hace mucho daño.

No los quiero traer porque vivo en un sitio barato, que, a pesar de que no es malo, lo soporto yo por ser sufrido. Sin embargo, no quisiera que viviesen aquí. Mal que bien, mi esposa (Lic. en Química) da clases en bachillerato y con lo que envío se mantienen razonablemente.

¿Por qué seleccionaste Oviedo como ciudad de destino?

Mis padres son españoles y tengo pasaporte de la Unión Europea. Culturalmente, yo creía que estaba asimilado (craso error), pero quince años sin venir a España es demasiado. De modo que el golpe frente a la actual realidad española me desquició bastante.

Además, para aumentar las dificultades, vivo en una de las zonas con mayor población anciana e industrialmente desertizada, pese a todo lo que digan los políticos de la comunidad.

Describe los primeros tiempos

Al principio, los primos (no me quedan ni tíos ni abuelos) te ayudan, pero no se te ocurra pedirles dinero. Menos mal que uno tenía sus ahorritos, ya que, cuando se dan cuenta de que no viniste de indiano (ricacho), te empiezan a evitar y se hacen los vikingos, no vaya a ser que les pidas algo de dinero.

Quizá sea su forma de ser. Recordemos que uno con la distancia tiende a idealizarlos y, cuando chocas con la realidad, es muy doloroso. Ya entiendo por qué aquello del conde del Guácharo: «Con familia 31 y sancocho».

Describe tu situación actual

Estoy desempleado. Cobro una prestación por desempleo del INEM de 410 euros. En la Consejería Laboral de Caracas, me habían dicho que cobraría 710 euros y cuál fue mi sorpresa: en España no se vive con menos de 1.000 euros y no hablo de lujos, sino de la línea de sobrevivencia.

La falta de información que deben suministrarte los organismos de recepción al emigrante es desconsoladora. Asimismo, el Librito del Emigrante Retornado, de la señora Consuelo Rumi, se queda corto al respecto. También, la comunidad autónoma que me ha tocado deja bastante que desear.

A mi edad, salvo que montes un negocio, no vas a encontrar empleo. Por supuesto, es diferente si vienes con un contrato de trabajo. De lo contrario, olvídalo.

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

Si y no. Esta respuesta me obliga a matizar. La atención sanitaria ha sido buena, la seguridad personal, excelente y el hecho de estar haciendo un curso de técnico administrativo-contable ayuda, pero…, parafraseando la última película de Bardem, «No country for old man», yo podría decir «No country for old emigrant».

De cierta edad para arriba, desaconsejo de todo corazón que se les ocurra salir de Venezuela. Te recomiendo que te busques un socio y montes un negocio o escoge un país culturalmente más cercano, pues aquí es increíble, pero el castellano que nosotros hablamos no es el que los españoles comprenden.

Es necesario que, cuando llegues, trates de contactar venezolanos ya instalados. Con seguridad, te van a orientar. Además, el sistema de contratos para empleo en España es un verdadero acertijo para nosotros, por la multiplicidad de formas existentes.

¿Piensas volver a Venezuela?

Sí y no. No vine de excursión a España y no voy a volver derrotado a Venezuela, no les voy a fallar a los míos. Quizá me tocó la mala suerte cuando llegué a España en el inicio de la crisis inmobiliaria (en la actualidad, hay 2.345.000 desempleados).

Así que buscar trabajo «decente» en la madre patria es particularmente difícil (más fácil es acertar un pleno de la bonoloto).

Testimonio publicado al 23 de abril de 2009

 

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