Campaña de ACNUR para ayudar a las madres migrantes y refugiadas venezolanas

“El viaje que nunca termina / Valientes gestantes”. (Créditos fotos: Gregg Segal para campaña Somos Panas Colombia de ACNUR).

Todos los días mujeres, niñas y niños venezolanos abandonan su país escapando de la crisis humanitaria. Viajan en condiciones muy difíciles y no siempre reciben la atención que necesitan. Una campaña busca crear conciencia sobre su situación y recabar fondos para ayudarlos en el tránsito.

Madres y niños migrantes y refugiados venezolanos retratados para ACNUR

A través de la iniciativa El viaje que nunca termina / Valientes gestantes, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y su campaña Somos Panas Colombia, busca sensibilizar sobre la difícil situación que atraviesan cientos de madres venezolanas que cruzan a diario la frontera hacia Colombia, para huir de la emergencia humanitaria compleja que afecta a su país.

Para las madres la necesidad de proteger a sus hijos está primero que cualquier otra. Incluso si, para satisfacerla, tienen que recorrer cientos de kilómetros, a ratos a pie; atravesar una frontera insegura y viajar con una mochila y los pocos objetos que pudieron cargar en ella. Incluso si durante días se trasladan en medio de la angustia y de peligros para los que no están preparadas, mal nutridas y muchas veces incluso embarazadas y sin los cuidados necesarios.

Realidad que viven a diario muchas mujeres venezolanas

Esta es la realidad que viven a diario muchas mujeres venezolanas de distintas edades y con diferentes niveles socioeconómicos y educativos, que han emprendido ese viaje sin final, en busca de mejores condiciones para ellas y sus niños.

El viaje que nunca termina / valientes gestantes

El fotógrafo estadounidense Gregg Segal se encargó de fotografiar a varias de ellas para la campaña «El viaje que nunca termina / Valientes gestantes».

Una iniciativa de ACNUR y su campaña  Somos Panas Colombia para concientizar sobre el drama de la migración venezolana, ayudar a prevenir la xenofobia contra los refugiados y recabar fondos para una unidad móvil de atención en salud que recorrerá los municipios del departamento del Atlántico, donde muchas de estas mujeres requieren atención inmediata. Se calcula que en esa provincia se alojan más de 135 mil venezolanos.

La realidad de las migrantes

Estas madres viajan con lo que pudieron cargar. En su equipaje no hay más que unas pocas prendas de ropa, algo de comida (que generalmente no alcanza para nutrirlas bien ni a ellas ni a sus niños) y algún objeto muy preciado: el juguete favorito de ellos, un papel con la dirección donde esperan llegar en el otro país, una biblia.

Uno de los niños eligió llevar la última tarea que le dieron en la escuela y su libro para aprender a leer.

Según datos proporcionados por ACNUR en el contexto de la campaña, en un estudio conducido en Barranquilla y La Guajira encontró que menos de 50% de las mujeres embarazadas había recibido control prenatal. Entre las encuestadas en Barranquilla, 51% tenía anemia, 86% sufrió violencia psicológica y 32% mostraba síntomas de depresión.

En palabras de Rocío Castañeda, Oficial de Información Pública de ACNUR en Colombia: “la construcción de la unidad móvil es una necesidad palpable para miles de madres colombianas y venezolanas ubicadas en el departamento del Atlántico y a través del trabajo con Gregg Segal queremos sensibilizar a la opinión pública frente a esta situación”.

En Agosto de 2019, Migración Colombia compartió la cifra oficial de 1,4 millones de venezolanos en ese ese país, de los cuales la mayor parte (más de 742 mil) estarían en situación irregular, mientras 78.510 tenían visa o cédula de extranjería, 66.297 se encontraban en el país dentro del tiempo del ley establecido y 597.583 tenía Permiso Especial de Permanencia.

Las historias de la campaña:

Josiahanny y sus dos pequeñas

Créditos fotos: Gregg Segal para campaña Somos Panas Colombia de ACNUR.

Yosiahanny salió de Venezuela con sus dos hijas y un bebé en camino. Su recorrido la llevó primero por la frontera de Maicao y desde ahí partió hacia Bogotá. Para el camino, preparó 12 arepas y reunió lo suficiente para comprar la fórmula láctea de sus hijas. En su maleta, empacó unas cuantas mudas de ropa, su biblia y el oso de peluche que la abuela le regaló a sus hijas de despedida.

Erika y su hija Nathalia

Créditos fotos: Gregg Segal para campaña Somos Panas Colombia de ACNUR.

Erika y su hija Nathalia, salieron de Barquisimeto hacia Bogotá. Primero llegaron a Cúcuta y desde ahí con la ayuda de otros refugiados lograron encontrar transporte para cruzar los fríos páramos hasta la capital colombiana. Entre ambas empacaron dos maletas: una grande y una más pequeña. Trajeron ropa, un libro de historias bíblicas, cobijas y una hoja con una dirección a dónde llegar. Durante su viaje, se alimentaron de pan, arepas, agua, galletas, colombinas y café.

Arianny Torres y sus hijos

Créditos fotos: Gregg Segal para campaña Somos Panas Colombia de ACNUR.

Arianny inició su recorrido con sus dos hijos, 976 kilómetros desde Maracaibo hasta Bogotá. Luego de varios días de viaje, entre aventones y autobuses lograron llegar a su destino. Durante el camino, los tres se alimentaron a punta de pan, arepas, café y agua. En la maleta, Arianny empacó ropa para los tres, un par de juguetes, medicamentos, el tetero de su hija, fotografías de sus familiares y una biblia.

Michel y sus dos bebés

Créditos fotos: Gregg Segal para campaña Somos Panas Colombia de ACNUR.

Michell, con 19 años y dos bebés, realizó dos veces el viaje desde Venezuela hasta Bogotá. El primero le tomó 7 días, el segundo 16. Durante el recorrido, solo se alimentaron de pan, leche, aguapanela y agua. En el único bolso que sus fuerzas soportaron cargar, empacó unas pocas mudas de ropa y nada más.

Yudith y su hijo Williams

Créditos fotos: Gregg Segal para campaña Somos Panas Colombia de ACNUR.

El viaje de Yudith y su hijo Williams comenzó en los Valles del Tuy y duró más 1.069 kilómetros. Durante el recorrido, solo se alimentaban de pan, algunas frutas y mucha agua. En el bolso tricolor empacaron algunas mudas de ropa y en el morral de peluche Williams empacó la última tarea que hizo en su antiguo colegio.

 

Cómo colaborar

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#ElViajeQueNuncaTermina
#ValientesGestantes

También puede vincular a la empresa en la que trabaja o lidera con esta iniciativa, escribiendo a [email protected]

 

Publicado el 22 de octubre de 2019.