Estoy plenamente de acuerdo con este punto de vista, sobre todo porque hace más fácil la adaptación de cualquier persona en un país extranjero. Claro, las raíces, las costumbres y la esencia de lo que uno es no deben perderse por nada del mundo. Ser activo en el país que nos ha abierto sus puertas, pero dejando las puertas del alma siempre de par en par y de cara a la tierra que nos vio nacer.