Quien se robó mi Quebec?.

Hace poco me visitó acá en Toronto mi buen amigo Québécois, Sergio. Aunque parezca mentira él nunca había venido a Toronto, así que aprovechó que yo vivo ahora aquí para visitarme y de paso conocer la ciudad. Paseando por el downtown se quedó loco con los edificios y el progreso y la única frase que repetía y repetía era “esto lo hicieron todo con nuestra plata, esto lo hicieron todo con nuestra plata”. Le pregunté a que se refería y me contó la siguiente historia que me ayudó a entender de donde vienen muchos de los problemas que pasan los nuevos inmigrantes que llegan por aquí.

Me dijo: Tú sabes que Quebec era una colonia francesa muy prospera por allá por 1800 y algo. En algún momento los ingleses entraron en guerra con los franceses y sencillamente ganaron y tomaron el control de la provincia. El resultado fue: un pueblo francés dominado por un pequeño grupo de ingleses. Desde entonces han pasado 200 años. Muchos ingleses, franceses e inmigrantes se mezclaron y formaron, bajo la tutela inglesa, una comunidad próspera. Sin embargo, muchos franceses, que yo llamo Québécois (ya que Francia se olvidó de ellos) no se integraron y fueron formando una comunidad cerrada y negada a olvidar sus raíces a la de sus gobernantes ingleses. Este grupo, no soporta verle la cara a la reina en el billete de 20 dólares y habla solo francés tomó con los años forma y fuerza política e impulsó un movimiento independentista y nacionalista.

En 1980 Quebec, que era una de las provincias mas prospera, se vio envuelta en un referéndum entre sentimientos nacionalistas e ideas de separación y los integracionistas. Los nacionalistas decían que querían ser libres y los integracionistas les preguntaban: libres de que?. La respuesta era: queremos ser libres políticamente (¿?), queremos nuestro propio país con nuestras propias leyes…. nosotros somos diferentes (?¿).

Frente a la incertidumbre de separarse o no, las grandes compañías empezaron a planificar su movida a otras provincias. Los capitales de inversión y las grandes compañías generadoras de empleo no han visto nunca con buenos ojos los ambientes políticos separatistas, revolucionarios o independentistas. Esas palabras son igual a fuga de capitales; ellos sencillamente quieren ser canadienses y hacer billete. Es así empezó el empobrecimiento de Quebec.

Aunque los separatistas no ganaron en 1980 se prepararon mejor y lograron convocar un segundo referéndum en 1995 (revisen Youtube). En esta oportunidad la cosa estuvo mucho más cerrada y las encuestas daban empate técnico. Esto ocasionó que las pocas compañías que aun quedaban por ahí terminaran de dejar el pelero y se radicarán en otras provincias. El papá de mi amigo perdió su trabajo por que la constructora para la cual trabajaba se mudó a Toronto y su mamá corrió la misma suerte pero en la industria manufacturera.

El resultado del referéndum del verano de 1995 fue nuevamente en contra de la separación. Los separatistas volvieron a perder pero esta vez por menos del 1% de diferencia. 49,5% contra 50,5%. Esta da como conclusión que el pueblo Québécois está profundamente dividido en relación a si integrarse abiertamente o encerrarse y separarse. Mientras este rollo sigue prendido, los capitales se establecieron en tierras más tranquilas, como por ejemplo Toronto y Vancuver, y sin amenazas de de cambios de leyes y constituciones dejando a las ciudades de Quebec sin el motor industrial que tenían. De allí la frase de que “Toronto fue hecha con dinero Québécois”.

Para los inmigrantes que llegan a Quebec todo este rollo se traduce en una gran ironía y en una contradicción ya que por un lado el gobierno (integracionista) promueve la inmigración y la igualdad pero por el otro lado gran parte de la población en la calle (49,5%) no desea integrarse sino más bien separarse. Entendamos que nosotros somos la mejor arma del gobierno en contra de la separación ya que mientras más inmigrantes lleguen y se queden mayor será las probabilidades de seguir unidos. Por esa razón el Québécois separatista no nos quiere ya que sabe que los que llegan quieren ser “canadienses” y no Québécois. Ellos saben que si los inmigrantes siguen llegando inevitablemente los pueblos se mezclaran y el movimiento separatista perderá fuerza.

Ya sabes, si sufres un desaire por ahí en Montreal, muy probablemente fue un separatista que te ve como una amenaza ……así que no te lo tomes personal :-).