Uruguay, conocido por su estabilidad y calidad de vida, está experimentando un cambio demográfico significativo. Por primera vez en un siglo, desde las grandes olas migratorias europeas, el país sudamericano ve un incremento notable en su población de residentes extranjeros. Este fenómeno, impulsado principalmente por migrantes venezolanos y cubanos, marca un nuevo capítulo en la historia de Uruguay.
La creciente comunidad venezolana y cubana en Uruguay: un fenómeno social
Según el último censo, los extranjeros ahora representan el 3% de los 3.4 millones de habitantes de Uruguay, aumentando desde un 2% hace una década.
Este incremento, el primero desde 1908, refleja las turbulentas condiciones políticas y económicas en Venezuela y Cuba, que han empujado a muchos a buscar refugio en el sur del continente y hacia el norte, en los Estados Unidos.
Un faro de estabilidad en el Sur
Uruguay destaca en la región por su estabilidad económica, salarios relativamente altos, seguridad laboral y un sistema de educación pública de alta calidad. Estos factores, combinados con un alto costo de vida, hacen que el país sea un destino atractivo para los migrantes. En Montevideo, la capital, se observan signos visibles de esta creciente diversidad cultural.
Durante la reciente celebración navideña, en el Museo de Migración de Montevideo, para la comunidad venezolana, un evento anual vio cómo voluntarios empaquetaban un número récord de regalos para distribuir entre los niños de un aforo de alrededor 4 mil personas.
La expansión de la comunidad venezolana y cubana
Existen varias organizaciones sin fines de lucro que apoyan a los migrantes venezolanos en su asentamiento en Uruguay. El gobierno uruguayo ha desempeñado un papel clave en este proceso, buscando activamente dar la bienvenida a trabajadores extranjeros para revitalizar su población en declive.
La comunidad venezolana, en particular, ha experimentado un crecimiento notable, triplicando su tamaño a 33 mil en solo cinco años. Por su parte, casi 30 mil cubanos han llegado durante el mismo período, aunque muchos utilizan Uruguay como un trampolín hacia destinos como Estados Unidos y Europa.
Especialista en la demografía contrastan la situación uruguaya con la de otros países latinoamericanos. En muchos lugares, el aumento de la población migrante se percibe como una carga para los servicios públicos. Sin embargo, en Uruguay, la tendencia es vista positivamente, ya que contribuye a contrarrestar la baja tasa de natalidad, la más baja de Sudamérica.
Un sistema de inmigración ejemplar
La eficacia del sistema de inmigración uruguayo es un factor clave en esta transición demográfica. Un venezolano de 55 años de edad, originario de Maracaibo señala que necesitó tres meses para obtener todos los documentos y encontrar trabajo. Muchos señalan ser tratados con igualdad y de sentirse bienvenidos.
Este enfoque inclusivo y eficiente hace que muchos migrantes vean a Uruguay no solo como un refugio, sino como un lugar para echar raíces y construir un futuro.
Modelo de integración migratoria
El caso de Uruguay ofrece una lección valiosa en la gestión de la migración. A través de políticas inclusivas y un enfoque en la integración, Uruguay no solo ha ofrecido un nuevo hogar a miles de latinoamericanos, sino que también ha enriquecido su propia sociedad.
Este pequeño país demuestra que, incluso frente a desafíos globales complejos, la compasión y la cooperación pueden guiar el camino hacia un futuro más prometedor y diverso.
Publicado el 21 de diciembre de 2023