José Ortega, biólogo, desde Nueva York, Estados Unidos

New York

«Casi ningún inmigrante hace lo que solía hacer en su país de origen».

Profesión: Biólogo
Edad: 33 años
Ciudad/ País de origen: Caracas, Venezuela.
Fecha de salida: 18 de septiembre de 2000
Ciudad/ País de destino: Nueva York, Estados Unidos.

Testimonial de migración José Ortega desde Nueva York, Estados Unidos

¿Por qué te fuiste de Venezuela?

Me fui, principalmente, por el desempleo existente en Venezuela para la época en que me gradué (1998) y debido a que, en los cargos que tuve, era muy mal pagado y explotado, pese a ser un profesional egresado de una de las mejores universidades venezolanas.

A lo anterior se sumaba la condición política de mi país y la inseguridad.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

La incertidumbre acerca de lo que conseguiría en Estados Unidos, de tener que hablar otro idioma y de mi condición legal, pues me fui como turista, sin una visa de residente. Por supuesto, también resultó difícil dejar a mi familia y mi país, en el cual viví durante 28 años.

¿Por qué seleccionaste Nueva York como ciudad de destino?

Mi mejor amigo vivía en Nueva York y ofreció ayudarme a comenzar, lo que en realidad cumplió.

Describe los primeros tiempos

Creo que todo inmigrante pasa, más o menos, por las mismas circunstancias cuando llega: te sientes turista, lo diferente te emociona y quieres conocer todo, solo que después, a medida que el tiempo pasa, deseas regresar a lo que es conocido para ti: tu país, tu familia, tu comida, etc.

Sin embargo, al mismo tiempo, recuerdas por qué te viniste, que no has logrado tus objetivos y que, para alcanzarlos, tendrás que hacer un sacrificio de años. Ahí debes decidir si sigues aquí o te regresas. Yo decidí quedarme y ya tengo más de cinco años por estas tierras.

Creo que, si no existiese internet, me hubiese regresado, porque a través de ella veía las noticias sobre Venezuela y me enteraba de lo mal que estaba la situación (o todavía está) por allá. Esto fortaleció mi determinación de permanecer en este país, ya que la depresión, la añoranza y la soledad son muy fuertes.

Sin contar que, si te vienes sin papeles, no encontrarás un empleo bonito de oficina y bien pagado, sino que muchas veces debes aceptar lo que te ofrezcan, porque estás solo y tienes que pagar renta y todo lo demás; sin olvidar que necesitas aprender otro idioma, entender lo que te dicen y hacer todo lo posible para que te entiendan.

Aun hoy, después de cinco años, todavía estoy aprendiendo, puesto que el inglés es difícil: se pronuncia diferente a como se escribe y los americanos tienen mucha jerga y numerosas contracciones.

He desempeñado muchos oficios: desde cargar camiones con frutas y vegetales para vender en los mercados hasta lavar platos por ciertos días. Finalmente, conseguí lo que me ha resultado mejor para sustentarme en estos últimos años: mesero.

Describe tu situación actual

Indiscutiblemente que, después de cinco años, mi inglés ha mejorado. Asimismo, he decidido seguir de mesero para pagar las facturas y mantenerme, aunque esto para un profesional signifique un descenso, pero ¿qué se le va a hacer? Todo requiere un sacrificio y más en mi condición legal.

De hecho, casi ningún inmigrante hace lo que solía hacer en su país de origen. Pienso que por siempre me sentiré extranjero en esta tierra, porque las costumbres son muy diferentes. Ahora vivo cerca de Boston, y los americanos por estos lados son bastante fríos, al igual que el clima.

No he podido ver a mi familia en ese periodo de tiempo, dada mi situación legal. En ciertas ocasiones, quiero regresar; pero sé que tendré que enfrentar todos los problemas de Venezuela: desempleo, inseguridad, inestabilidad política, etc.

Ante ese triste panorama, decido, con más fuerza, seguir luchando aquí. He hecho varios amigos brasileros que me han ayudado mucho. Incluso tuve una novia de Brasil. En verdad, somos culturalmente muy parecidos: cálidos y nos gusta divertirnos.

Además, ellos entienden mi situación porque son inmigrantes igual que yo. Continúo en Estados Unidos por las ventajas: empleo, se gana dinero para vivir con decencia, aunque no fácilmente; puedes salir sin temor a que te roben o maten y los servicios funcionan, aunque no perfectamente.

Sin embargo, después de los ataques terroristas, el gobierno norteamericano ve a los inmigrantes como una amenaza y vuelve todo muy complicado para nosotros.

Es una lástima que esta nación no reflexione sobre las acciones que lleva a cabo en muchas regiones del mundo y cómo se aprovecha de su poder para conseguir lo que quiere, en lugar de manipular a la gente y hacer creer al público que los ataques ocurrieron porque los árabes envidian su estilo de vida.

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

No me arrepiento, a pesar de que ha sido muy difícil enfrentar muchos problemas sin el apoyo de la familia o los amigos. Ciertamente, resulta superdifícil porque muchos vivimos en este país con gran carencia emocional.

Si pudiese hacer algo distinto, tal vez no me hubiese venido solo, ya que es más fácil luchar con alguien a tu lado.

¿Piensas volver a Venezuela?

Es una pregunta que muchas veces ronda por mi cabeza y, a pesar de que me provoca, la repuesta lógica es no, por todo lo que está pasando en este momento en Venezuela.

Confieso que me encantaría que todo mejorase para regresar y experimentar, una vez más, el calor humano del venezolano, que por estas tierras está difícil de conseguir.

Testimonio publicado al 27 de junio de 2006

 

¿Quieres enviar tu testimonial?
Sigue las siguientes instrucciones, aquí>>