Gabriel Pita, agente de Viajes, desde Madrid, España

Gabriel Pita

«A los 15 días de haber llegado a Madrid, ya estaba trabajando».

Profesión: Agente de Viajes
Edad: 27 años
Ciudad/ País de origen: Valencia, Venezuela.
Fecha de salida: 12 de abril de 2003
Ciudad/ País de destino: Madrid, España.

Testimonial de migración Gabriel Pita desde Madrid, España

¿Por qué te fuiste de Venezuela?

Luego de la huelga general de diciembre del 2002, el estar largas horas para llenar el tanque de combustible en un país petrolero, nos hizo pensar, a mi esposa y a mí, sobre la opción de emigrar en busca de nuevas oportunidades, tanto laborales como para ganar en calidad de vida en una nación desarrollada.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

Sin duda alguna, dejar a los familiares, ya que esto es lo único que no se puede reparar o conseguir cuando emigras. Es muy difícil estar sin ellos y, en realidad, con el paso del tiempo los echas más de menos porque en el momento de emigrar, por tratarse de una experiencia nueva, todo te parece maravilloso.

¿Por qué seleccionaste Madrid como ciudad de destino?

En un principio, España nos gustó por el hecho de tener el mismo idioma que nuestro país. Luego, por el tema del clima en invierno, nos decantamos por Málaga; pero varios conocidos nos dijeron que lo mejor era pensar en las posibilidades de empleo, puesto que en las zonas de turismo no hay trabajo durante los meses de invierno.

Por esta razón, nos decidimos por Madrid y hasta ahora ha sido una buena idea. También, contar con la doble nacionalidad (venezolana y portuguesa), gracias a la ayuda de mi padre que es portugués, te abre muchas puertas, hasta el punto de que a los 15 días de haber llegado a Madrid ya estaba trabajando.

Describe los primeros tiempos

Al principio, te sientes como un turista, todo es nuevo, diferente, poco a poco te acostumbras a que el sistema de transporte funcione y no necesitas carro, ya que el metro, el tren o los autobuses te llevan a todas partes de la ciudad. Eso sí, los españoles son muy diferentes a los venezolanos, aquí la gente es muy seca.

Una anécdota de mi segundo trabajo fue que yo pensaba que mi supervisor me gritaba cada vez que me hablaba; pero, al cabo de unos días, me di cuenta de que hablar fuerte y gritar era su modo natural de comunicarse.

Describe tu situación actual

Actualmente me encuentro con un contrato de trabajo fijo, el cual es muy difícil de conseguir, ya que los suelen hacer por obra y servicio. La remuneración no está mal, ya que recibo un sueldo fijo más incentivos.

Sin embargo, como siempre les digo a los conocidos, aquí, al igual que ganas en euros, gastas en euros, es decir, puedes devengar más de 1.000 euros al mes, pero el alquiler de un apartamento medio se ubica sobre los 700-800 euros mensuales.

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

No me arrepiento y lo volvería a intentar sin problemas. De hecho, me llama muchísimo la atención Australia, la cual, junto a Canadá, se consideran tierras de oportunidades y quién sabe si algún día repita la experiencia de emigrar a una de esas naciones.

Un consejo a los que deseen salir del país: antes de partir, tramiten los papeles para trabajar, ya que sin ellos aquí no hacen nada, solo consiguen empleos mal pagados y sin beneficios.

¿Piensas volver a Venezuela?

Sí, de vacaciones. Para vivir allá otra vez, lo veo a muy largo plazo (pero muy lejos), especialmente después de ver cómo funcionan las cosas en este país: calidad de vida, seguridad de caminar por las calles, de dejar el carro afuera… Eso no tiene precio. Ahora bien, recuerdo el dicho «nunca digas nunca».

Testimonio publicado al 23 de agosto de 2006

 

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