Cristina Fernández, técnica en Turismo, desde Madrid, España

Madrid

«¿La gente? ¡Ay la gente! En esta tierra hay de todo».

Profesión: TSU en Administración de Turismo
Edad: 29 años
Ciudad/ País de origen: Caracas, Venezuela.
Fecha de salida: Agosto de 2003
Ciudad/ País de destino: Madrid, España.

Testimonial de migración Cristina Fernández desde Madrid, España

¿Por qué te fuiste de Venezuela?

Las razones por las que me fui de Venezuela son las ya conocidas por todos: inseguridad económica, política y social. No veía un futuro claro para mi familia ni para mí, sobre todo por la inestabilidad de todo tipo a la que estamos sometidos en mi país y que llega a ser parte de ti sin que te des cuenta.

En dos platos: tratamos de comprar una casa y nos estafaron, mi esposo y yo trabajábamos y ganábamos más o menos bien; pero con eso aún no nos daba para ni siquiera disfrutar de las vacaciones que queríamos, el seguro del carro cada día más caro, el seguro de HCM ni les cuento, a mi papá ya el seguro lo sacó (viejo + trombosis  no asegurable), etc., etc.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

Yo tenía tiempo con la idea rondándome por la cabeza; pero mi esposo no estaba muy convencido que se diga, por eso lo que más me costó fue persuadirlo.

De hecho, durante el paro de diciembre 2002, nos vinimos a dar una vuelta por España para ver la realidad en el propio terreno, aprovechando que teníamos familiares y amigos que ya se habían establecido y nos podían dar información de primera mano.

Lo que vimos nos convenció a ambos y decidimos emigrar en cuanto nos fuera posible. Eso, aunado con la locura en la que se vive en Venezuela, fue determinante para tomar la decisión. Sin embargo, si quieren mi opinión muy personal se las digo: Pros: si voy a trabajar, por lo menos quiero ver los frutos de lo que hago.

Me refiero a que aquí debes pagar unos impuestos altos; no obstante, tienes la seguridad social que funciona 100%, las autopistas sin un solo hueco, las ventanas de tu casa sin rejas, los intereses de préstamos súper bajos, la comida barata y, sobre todo, la seguridad de una vida tranquila.

Contras: odio el clima extremo de Madrid, aunque reconozco que la ciudad es una belleza. Me hace mucha falta la playita cerca, los golfeados con queso y el jugo de parchita. ¿La gente? ¡Ay la gente!

En esta tierra hay de todo, a pesar de que la mayoría de las personas son muy educadas, idiotas encontramos en todos lados. No me acostumbro a que me hablen golpeado, pero es que así se habla aquí. En fin, cada quien tiene que sacar su propia cuenta.

¿Por qué seleccionaste Madrid como ciudad de destino?

Mi esposo y yo somos hijos de españoles (él, canario y yo, asturiana), por lo que ya teníamos la nacionalidad española hace muchos años; sin embargo, vinimos a Madrid como punto medio entre Asturias y Canarias (aunque yo me quiero ir a Canarias; mi esposo, no).

Honestamente, les digo que, habiendo estado ya un año en esta ciudad, si no vivo en mi Caracas preciosa, me da exactamente lo mismo probar suerte en cualquier otro lugar.

Si están planeando venir y no tienen los papeles, piénsenlo bien, pues las oportunidades de trabajo a las que pueden acceder no son las mismas que si emigran totalmente legal.

Ahora bien, si están arreglando los papeles de la nacionalidad española y en Venezuela se hace el proceso lento y burocrático, los pueden tramitar desde aquí. Mi hermana lo hizo y, en menos de 6 meses, tenía pasaporte, DNI, seguro social y todo en regla.

Describe los primeros tiempos

Fueron duros, especialmente porque extrañas todo. Sin embargo, como muchos de los que aquí escriben han dicho, hay que venir con la mente abierta y estar muy claro en lo que se quiere hacer y como se quiere lograr y que no les importe para nada el resto.

Es necesario tratar de adaptarse a esta sociedad, la cual, cuando se ve desde adentro, es súper parecida a la nuestra, la venezolana.

A los españoles les gustan las fiestas, hay gente muy adorable, buscan una palanca o enchufe para conseguir las cosas, son unos borrachitos y, por encima de todo, viven para salir de vacaciones. Por esas características, no resulta tan difícil adaptarse al cambio.

Describe tu situación actual

Sinceramente, no me puedo quejar, ya que el 1° de septiembre de 2003 empecé a buscar trabajo, pateé calle como las buenas; pero, el 28 de ese mismo mes, trabajaba en una empresa de formación para médicos y, a los tres meses, tenía el contrato fijo (lo cual aquí no es muy común).

Mi esposo llegó a finales de diciembre del mismo año, en enero siguiente arregló sus papeles y comenzó a trabajar el 11 de marzo. Su contrato es por seis meses, pero ahora lo dejan fijo.

De verdad les digo que cada día que pasa, personalmente, me esfuerzo por demostrarle, a la gente que me rodea, que los venezolanos valemos nuestro peso en oro y que no somos lo que “nuestros políticos” muestran al mundo (ignorancia, corruptelas y cinismo).

Más bien, resalto nuestros verdaderos valores. Imagínense que mi jefe está buscando a alguien para un comercial de la empresa y me pide que le consiga a un venezolano. ¿Qué tal?

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

No me arrepiento en lo absoluto. Me da mucha tristeza mi país y lo extraño con locura.

Sin embargo, me he dado cuenta (no hace mucho) de que por lo que realmente siento nostalgia es por mi Venezuela de antes, de cuando yo era chiquita y podía salir a la calle a jugar con mis amigos, cuando montábamos un grupo de gaitas o de aguinaldos en diciembre e íbamos tocando de casa en casa por mi urbanización (Los Rosales, La Bandera ) y hasta “contribuciones” nos daban; la de las bicicletas por Los Próceres, de los perros en la calle del hambre, de las graduaciones de bachillerato en el Salón Venezuela o Mata de Coco.

No extraño la zozobra con la que vivía antes de venirme, por la cual, para bajarme a abrir el portón del estacionamiento del edificio, daba una vuelta “de reconocimiento” por la calle antes de pararme, hasta asegurarme de que no había un malandrito por ahí cerca.

Eso no lo echo de menos y mucho menos lo quiero para mis hijos.

¿Piensas volver a Venezuela?

Me encantaría volver algún día, aunque, por el momento, lo veo como el levantamiento del control de cambio: “ni a corto ni a mediano plazo”. No descarto el ir el año que viene a visitar a la familia que, desafortunadamente, no ha podido radicarse aquí, pero, ahora mismo, volver por volver no lo tengo entre mis planes.

Testimonio publicado al 13 de julio de 2005

 

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