Érika Sinning, odontóloga y vloguera, desde Montreal, Canadá

«Infórmense bien acerca del lugar a donde van, sean realistas a la hora de emigrar, prepárense porque los primeros meses serán difíciles; sin embargo, con una buena adaptación, superarán los contratiempos».

Profesión: odontóloga y vloguera* con su propio canal de inmigración
Ciudad/ País de origen: Venezuela
Fecha de salida: 21 de mayo de 2015
Ciudad/ País de destino: Montreal, Canadá

Testimonial de migración Érika Sinning desde Montreal, Canadá

¿Por qué te fuiste de Venezuela?

Numerosos factores me llevaron a tomar esta decisión, aunque les adelanto que emigrar era uno de los planes que tenía en mi vida desde hace mucho tiempo, pensando siempre en evolucionar en el campo profesional.

Sin embargo, en los últimos años, las razones se multiplicaron, pues el estado de Venezuela ha empeorado y sigue declinando. Como muestra de esto, señalo la crisis socioeconómica y su delicada situación política.

Se acrecentaron, entonces, mis ganas de vivir en mejores condiciones, en paz y con una estabilidad económica digna, así tuviera que volver a empezar de cero.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

Les aseguro que los contras de irme al exterior desaparecían cada vez que recordaba que lo que me impulsaba era una vida mejor. Para mí, la desventaja era quedarme en Venezuela por temor a intentarlo y a empezar de cero.

Sabía que al emigrar no podría ejercer mi profesión de inmediato; pero no pensaba desperdiciar mi juventud sin recomenzar. No importaba si debía retomar los estudios o trabajar en otro oficio. Tenía la seguridad de que a donde fuera mi labor iba a ser valorada.

Lo más difícil fue dejar a mis padres y no saber cuándo los volvería a ver. También me costó hacerme la fuerte para que ellos no se preocuparan por su hija en esta etapa de cambios.

Asimismo, fue triste decir adiós a mis verdaderos amigos, que se convirtieron en mi familia, y despedirme de mi prometido, que se quedaba, con la esperanza de que todo saliera bien para reencontrarnos, ya que, por cuestiones de papeleo, salí primero que él.

¿Por qué seleccionaste Montreal como ciudad de destino?

Con el propósito de seleccionar el destino, evalué en profundidad cada país, centrándome en lo que me ofrecía cada uno para que mi adaptación no fuera tan difícil.

De hecho, antes de elegir Canadá, pensé en importantes naciones como Francia. Para allá me mudé, mas me pegó la soledad y opté por retornar a mi tierra, pero con la voluntad de volver a salir.

Usé mi poco dominio del francés como un pro en mi segunda búsqueda. Exploré Latinoamérica, Australia y Nueva Zelanda. No obstante, nada hallé que me llamara la atención.

A través de la experiencia de un familiar, se despertó mi curiosidad por Canadá e inicié mi investigación.

Descubrí la página MeQuieroIr.com, la cual me informó con amplitud acerca de los programas de inmigración canadienses, en particular los de Quebec. Siempre leía los foros de este portal buscando temas de mi interés y absorbiendo como esponja la información que proporcionaban.

Me incentivó bastante la ayuda que Canadá les da a sus residentes y ciudadanos, el sistema gratis de educación y salud, la asistencia social, su seguridad reconocida en el mundo y su bajo índice de desempleo e inflación.

Luego empecé a buscar fotos de los paisajes y ahí sí me enamoré. Dirigí mi atención hacia la provincia de Quebec, donde pensaba desenvolverme con mi base de francés.

Describe los primeros tiempos

Una de las primeras impresiones al llegar fue darme cuenta de la multiculturalidad de Montreal y apreciar la variedad de restaurantes latinos, asiáticos, árabes y de otras regiones, instalados en esta ciudad.

Asimismo, sorprende la gran diversidad de inmigrantes provenientes del mundo entero y la amabilidad de los québécois, a pesar de que se caracterizan por ser muy reservados y de temperamento frío.

En efecto, reconozco la extraordinaria receptividad con la que te dan la bienvenida, siempre y cuando estés dispuesto a adaptarte a la cultura de Quebec.

En cuanto al idioma, como ya dije, mis conocimientos eran básicos. Sin embargo, hay que tener algo claro y eso es que el francés de Francia es completamente diferente del usado acá.

En Quebec se habla más rápido y se me dificultó retomarlo. A eso se suma que – antes de establecerme en esta provincia- habían transcurrido casi dos años sin emplear el francés. ¡Tan solo comunicación en español caraqueño!

Mientras vivía en casa de un familiar en Montreal, me ocupé de buscar un apartamento y de las diligencias de inmigración. Gracias a Dios, conté con organizaciones dedicadas a la protección de los emigrantes y eso me facilitó la tramitación.

Entre ellas, nombro a la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), al Ejército de Salvación (Armée du Salut) y al Programa Regional de Acogida e Integración de los Solicitantes de Asilo (Praida), siempre al servicio de los recién llegados.

Al cumplir dos meses en Montreal y marcada por toda la cooperación que me prestaron, decidí devolverla, de una u otra forma, ofreciéndosela a los que pasaban por idénticas circunstancias.

Inicié mi voluntariado en la YMCA, facilitando el proceso migratorio y de adaptación de los nuevos inmigrantes (rellenando sus formularios para saber cuáles eran sus necesidades o requerimientos de orden social y, a veces, dando charlas sobre salud dental y temas similares).

Debido a la crisis económica venezolana, siempre me sentí inclinada a colaborar con los demás, en especial con los más afectados por la mala situación, aportando, por ejemplo, medicinas y alimentos a niños con cáncer y dictando charlas educativas en las zonas pobres de Caracas.

Estando ahora aquí en Montreal y con la oportunidad de actuar como voluntaria (bénévole), se despertó mi inclinación por orientar a aquellos que piensan en emigrar y no saben cómo hacerlo o tienen miedo.

Esa era, precisamente, la experiencia que yo había vivido y, por eso, aparte de darles un contenido sobre inmigración, deseaba motivarlos a alcanzar esa meta que puede resultar difícil.

Con base en lo expuesto, resolví abrir un canal en YouTube, cuyo comienzo fue difícil, dada mi timidez de principiante. No obstante, con el respaldo de mi esposo, arrancó el proyecto.

Respecto al nombre, me pareció que, si el contenido era bueno, ese detalle era irrelevante. Así que lo llamé como yo: Érika Sinning.

Describe tu situación actual

Hoy en día no trabajo en mi campo profesional. Sigo con mis estudios de francés (a nivel superior) en la Universidad de Montreal, para obtener un diploma. Eso sí, sin olvidar mis proyectos de voluntariado.

Con las facilidades que abundan en esta nación, me gustaría estudiar alguna disciplina relacionada con la asistencia social.

Creo que aún está consolidándose mi incorporación a la comunidad. A fin de cuentas, apenas cumpliré un año acá, pero me siento bien y me sobran las razones para ello.

Como voluntaria en un sitio donde hablo francés, he mejorado el manejo del idioma y cultivado amistades francófonas. De modo que ambos elementos se han compaginado para ampliar mi conocimiento sobre la cultura de Quebec.

En este momento, planeo dedicarme con mayor tesón a mi canal, crear más contenido, discutir los mitos y las realidades que existen en torno a la índole del emigrante.

En síntesis, pretendo hacerles ver a los demás, de una forma real, cómo es el proceso de inmigrar, lo que se debe hacer y lo que hay que evitar.

Tal como lo afirmé, todo lo que sea para ayudar me inspira. He recibido comentarios y correos de personas que me impulsan a apoyarlas, porque quieren emigrar y no se atreven, por miedo o por deficiente información.

En verdad, constituyen retos y satisfacciones personales el demostrar que sí se puede y que hay numerosas alternativas, así como poder desmentir los mitos que encontramos en Internet que detienen nuestro avance.

Además, uno de los mensajes que transmito a los que desean emigrar tiene que ver con concentrarse más en los puntos positivos que en los negativos.

Creo que mi canal, en su corta vida en el aire, ha tenido buena acogida dentro de la comunidad latina y ha impresionado a los que desean emigrar. Así lo prueban los correos enviados desde Colombia, México, Argentina y Venezuela.

Sin duda, esas reacciones me llenan de regocijo y me incentivan a continuar con mi labor.

Sé, también, que habrá comentarios negativos. No obstante, pienso que, si estoy ayudando a alguien con los videos, estoy haciendo bien el trabajo.

Termino agregando que, en ellos, hablo de cómo llegar a ser un buen inmigrante. De modo que les doy varios consejos a los ya establecidos que enfrentan dificultades para insertarse en la sociedad, a fin de que superen esa situación.

¿Qué consejos les darías a otros que quieren emigrar y realizar un emprendimiento?

Mi recomendación para ellos es que escuchen las experiencias de los demás e investiguen en los sitios oficiales de cada país (como páginas web de inmigración y embajadas).

Advierto que no se trata de quedarse solo con las vivencias ajenas, puesto que debemos entender que cada caso es único y nuestras metas no son iguales a las de otros.

Enfatizo que conviene concentrarse en lo que en verdad queremos y en la nación que ofrece lo que queremos o en la que se asemeje más al propio perfil. Por ejemplo, el invierno en Canadá es una de las razones por las cuales numerosas personas lo descartan como destino para inmigrar.

Mi opinión es que, si les gusta el frío y se preparan con mente positiva, podrán superar ese obstáculo que, en mi parecer, mucha gente muestra de una manera exagerada.

La pregunta que pudiéramos hacernos ante ese fenómeno natural sería la siguiente: si Canadá ofrece beneficios y la posibilidad de llevar a cabo mis sueños, ¿por qué dejarlos opacar por el factor frío?

Empecé mi canal de YouTube porque deseaba, de cierta forma, contar mis experiencias (malas o buenas) y dar ese empujoncito que algunos necesitan para vencer el temor a emigrar.

A veces, nos toca emigrar y desenvolvernos en nuestro campo profesional resulta cuesta arriba por las leyes del sitio elegido o por papeleos demasiado engorrosos que nos impiden ejercer.

En esas circunstancias, recomiendo que no se desalienten, pues si resolvieron irse a un país determinado es porque en él vieron miles de oportunidades.

Por consiguiente, no se nieguen a estudiar materias distintas de las que cursaron o a trabajar en una ocupación diferente de la que desempeñaron. Hay que salir de la zona de confort, quién sabe si descubren algo que los anima y terminan abriendo un canal en YouTube.

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

No me arrepiento, pues este sacrificio de dejar a mi familia y sentirme en el aire por varios meses (lo que es normal al mudarse al extranjero) ha valido la pena.

Al igual que me ha hecho crecer como ser humano, valorar aún más las cosas y sacar fuerzas, con la creencia firme de que Dios no nos pone pruebas que no podamos vencer.

Reitero esta recomendación: infórmense bien acerca del lugar a donde se van, sean realistas a la hora de emigrar, prepárense porque los primeros meses serán difíciles; sin embargo, con una buena adaptación, superarán los contratiempos a satisfacción.

Un consejo adicional que me gustaría darles consiste en olvidarse, al emigrar, de los malos hábitos que deterioran una sociedad, como volarse el semáforo, colearse en el banco, no pagar una multa o beber mientras conducimos.

En suma, me refiero a actos que solo nos dan una mala reputación como inmigrantes.

¿Piensas volver a Venezuela?

Claro que pienso en hacerlo, como todo el que sale de su patria soñando con regresar, aunque no para establecerme allá, pues las razones que me hicieron salir siguen latentes.

El día que regrese lo haré para visitar a mi familia y saludar al país que me vio nacer y crecer.

Pueden acceder al canal de YouTube de Érika Sinning aquí >>

Video del canal de YouTube de Erika Sinning, venezolana vloguera* inmigrante en Montreal, Canadá.

(*) El término técnico “vloguero o vloguera” viene de “video-blog”, persona que se dedica a crear contenido que es publicado mediante vídeos.

Testimonio publicado el 25 de abril de 2016.

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