
Washington D.C. – El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha lanzado una nueva aplicación móvil llamada CBP Home, diseñada para que inmigrantes en situación irregular puedan notificar su intención de salir del país de forma voluntaria. La herramienta, que sustituye a la aplicación CBP One usada previamente para gestionar solicitudes de asilo, ofrece un mecanismo de “autoexpulsión” o “autodeportación” destinado a agilizar las deportaciones y animar a los migrantes indocumentados a abandonar Estados Unidos por voluntad propia.
CBP Home: la herramienta que impulsa la salida voluntaria de inmigrantes indocumentados en EE. UU.
“La aplicación CBP Home da a los extranjeros la opción de salir ahora y autodeportarse, por lo que todavía pueden tener la oportunidad de regresar legalmente en el futuro y vivir el sueño americano” dijo la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, al anunciar la iniciativa; acto seguido advirtió:
“Si no lo hacen, los encontraremos, los deportaremos y no volverán jamás”
La nueva función principal de esta plataforma es “Intención de Salida” (Intent to Depart, en inglés). Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), esta función proporciona a los migrantes un proceso voluntario, ordenado y definido para notificar al Gobierno su plan de abandonar Estados Unidos.
Quienes opten por autodeportarse a través de la app deben proporcionar una foto e información biográfica, además de confirmar si tienen recursos económicos para viajar y un pasaporte válido de su país de origen. No está detallado aún qué ocurre tras enviar la solicitud de salida mediante la aplicación, lo que ha generado preguntas sobre cómo se hará el seguimiento de cada caso.
Pete Flores, comisionado interino de CBP, señaló que con esta vía los inmigrantes irregulares podrían evitar “consecuencias más duras” como la detención o la expulsión forzada. La aplicación es gratuita y actualizará automáticamente a los usuarios que ya tenían instalada la previa CBP One, que quedó desactivada el 20 de enero por orden presidencial.
Gobierno Trump impulsa una estrategia migratoria más dura con CBP Home y campaña de 200 millones de dólares
CBP Home forma parte de una estrategia más amplia del gobierno de Trump para endurecer las políticas migratorias.
Su lanzamiento llegó acompañado de una campaña publicitaria nacional e internacional valorada en 200 millones de dólares, con el lema “Stay Out and Leave Now” (“Quédate fuera y vete ahora”), destinada a disuadir la inmigración irregular y advertir sobre las consecuencias de permanecer ilegalmente en el país. Desde el cierre de CBP One –la aplicación previa lanzada originalmente en 2020 y ampliada en 2023 para ordenar el flujo migratorio– miles de migrantes quedaron varados sin sus citas de asilo programadas, generando incertidumbre en la frontera.
La Administración Trump justificó la clausura alegando que CBP One “facilitó una migración masiva” hacia EE. UU. En consonancia con esa postura, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) afirma que la nueva app “restaurará la integridad del sistema migratorio” al incentivar salidas voluntarias y reducir el costo de las deportaciones.
Además, el gobierno ha dejado claro que si los indocumentados no se acogen a esta salida voluntaria, serán localizados y expulsados por la fuerza, con prohibición de reingreso en el futuro.
Expertos y activistas cuestionan el impacto de CBP Home en la comunidad migrante
El lanzamiento de CBP Home ha provocado inquietud entre organizaciones pro inmigrantes y expertos en migración, que analizan el impacto en la comunidad migrante. Activistas califican la medida como una forma de presionar a los migrantes para que abandonen el país sin ofrecer alternativas legales viables.
“Es difícil calificar si es cinismo o es burla de la Administración”, afirmó Adriana Jasso, del Comité de Amigos Americanos en San Diego, cuestionando la lógica de pedir a los indocumentados que se autodeporten bajo la promesa de un posible retorno legal. Actualmente, las leyes migratorias de EE. UU. imponen vetos de reingreso de 3 años, 10 años o incluso de por vida a quienes hayan residido sin autorización durante cierto tiempo.
Por ello, expertos señalan que la supuesta oportunidad de “regresar legalmente” en el futuro puede resultar engañosa para muchos migrantes, que en la práctica enfrentarían largas prohibiciones de entrada una vez fuera del país.
Defensores de derechos humanos advierten también que la app podría convertirse en un instrumento de temor. Dudan de que muchos inmigrantes vayan a autodenunciar su presencia irregular, ya que proporcionar datos personales al gobierno podría facilitar su localización si luego deciden permanecer.
Esta desconfianza se suma al clima de incertidumbre en la comunidad migrante: ante operativos más agresivos, algunos podrían optar por pasar a la clandestinidad en lugar de utilizar la aplicación. “La amenaza de deportación masiva hará que muchos migrantes eviten registrarse”, señalaron voceros de organizaciones humanitarias preocupadas por el plan de Trump de crear un registro obligatorio de indocumentados.
Dicho registro, anunciado a finales de febrero, obligaría a todas las personas sin estatus legal (mayores de 14 años y con más de 30 días en el país) a inscribirse ante las autoridades y proporcionar huellas dactilares y domicilio, so pena de multas o cargos penales. Para muchos migrantes, estas medidas combinadas equivalen a ponerlos entre la espada y la pared: o se autoexpulsan dejando atrás sus vidas en EE. UU., o se exponen a una deportación forzada más adelante, posiblemente con sanciones más severas.
Los impactos humanitarios de esta política pueden ser significativos.
Familias inmigrantes con hijos ciudadanos estadounidenses enfrentan decisiones dolorosas, y comunidades enteras podrían verse afectadas si numerosos miembros optan (o se ven forzados) a irse. Organizaciones comunitarias temen un aumento de la separación familiar y la ruptura de lazos sociales y económicos en vecindarios con alta población inmigrante.
También se alerta sobre posibles abusos o estafas: en el pasado, iniciativas migratorias complejas han dado lugar a individuos inescrupulosos que se aprovechan del miedo de la gente. Especialistas en migración insisten en que, más allá de las apps y campañas, se requieren vías legales viables –como reformas a las leyes de asilo o de visados de trabajo– para reducir la inmigración irregular de manera sostenible.
De Romney a Trump: la evolución de la autodeportación y sus efectos en relaciones internacionales
Analistas políticos destacan que la introducción de CBP Home refleja una estrategia dura característica de la agenda migratoria de Trump.
La idea de fomentar la “autodeportación” no es del todo nueva en el debate estadounidense: ya en 2012, el entonces candidato Mitt Romney propuso que los indocumentados se “auto-deportaran” voluntariamente, una postura que generó controversia en su momento.
Ahora, Trump lleva ese concepto a la práctica a través de una herramienta tecnológica respaldada por la autoridad del Estado. Esta política de mano dura busca demostrar resultados rápidos en la reducción de la inmigración ilegal, algo que Trump podría utilizar políticamente para cumplir promesas electorales y consolidar el apoyo de su base conservadora.
De acuerdo con informes de Reuters, el gobierno planea complementar la app con regulaciones adicionales en abril, incluyendo la prohibición de vuelos domésticos para indocumentados (salvo para deportación) y penalizaciones a quienes no se registren ante las autoridades. Estas medidas integrales envían un mensaje inequívoco de cero tolerancia a la inmigración irregular.
En el plano de las relaciones internacionales, la medida tiene ramificaciones importantes.
México, por ejemplo, se ve directamente impactado: con la cancelación de CBP One y la reactivación del programa “Quédate en México” (que obliga a solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano), miles de migrantes permanecen en la frontera norte de México a la espera de resolver su situación. Las autoridades mexicanas han debido coordinar con EE. UU. la logística para atender a estas personas varadas y ahora podrían enfrentar además un aumento de retornados voluntarios.
Países centroamericanos y caribeños, como Guatemala, Honduras, Haití o Venezuela, también podrían experimentar una llegada repentina de ciudadanos que decidan volver ante el temor de deportación inminente. Algunos gobiernos podrían ver con preocupación la posible disminución de remesas si muchos de sus nacionales salen de Estados Unidos, así como las dificultades de reintegrar a retornados en sus economías locales.
Funcionarios y críticos debaten si la salida voluntaria ordenará la migración en EE. UU.
No obstante, funcionarios estadounidenses argumentan que incentivar la salida voluntaria facilitará una migración “ordenada” y reducirá la fricción diplomática que generan las deportaciones forzosas masivas.
Al invitar a los migrantes a irse por su propia cuenta, la Administración Trump busca esquivar en parte las críticas internacionales sobre el trato a los indocumentados, presentando la opción como un acto de elección personal. Aun así, grupos de derechos humanos en la región califican la campaña “Stay Out and Leave Now” de disuasoria y coercitiva, afirmando que no aborda las causas de raíz de la migración (violencia, pobreza y persecución en los países de origen) y simplemente externaliza la crisis migratoria.
Organismos internacionales y socios regionales estarán observando de cerca cómo evoluciona esta iniciativa: un éxodo voluntario incentivado desde Washington podría reconfigurar flujos migratorios en el hemisferio y marcar un precedente en la colaboración (o tensión) bilateral en materia migratoria.
En síntesis, la aplicación CBP Home representa un giro innovador pero controvertido en la política migratoria de Estados Unidos.
Desde la perspectiva de expertos en migración, se trata de una táctica riesgosa que coloca la carga sobre los propios migrantes, potencialmente vulnerando sus derechos y generando temor en la comunidad. Para los estrategas políticos, en cambio, es una jugada calculada que busca reforzar el control fronterizo, cumplir promesas de campaña y proyectar un mensaje de firmeza tanto a nivel doméstico como internacional.
El impacto real de esta medida –en la reducción de la población indocumentada, en la vida de las familias migrantes y en la relación de Estados Unidos con sus vecinos– comenzará a evaluarse en los próximos meses, a medida que la polémica app de autodeportación entre en funcionamiento y se midan los resultados de esta apuesta sin precedentes.
Publicado el 11 de marzo de 2025.