Miguelina Pantaleón, diseñadora, desde Albacete, España

Albacete

«Se trata solo de estar segura de lo que se quiere y pagar el precio».

Profesión: Diseñadora de Interiores y Técnico en Mercadotecnia
Edad: 38 años
Ciudad/ País de origen: República Dominicana.
Fecha de salida: 20 de agosto de 2005
Ciudad/ País de destino: Albacete, España.

Testimonial de migración Miguelina Pantaleón desde Albacete, España

¿Por qué te fuiste de República Dominicana?

Bueno, por un lado, fueron más motivos personales que económicos. Llegó un momento en que la vida en mi país no me sabía a nada, en que mi familia, mis hermanos (dos hombres y dos mujeres, todos mayores que yo), que es lo más cercano que tengo, ya que mis padres fallecieron hace mucho, habían hecho su vida, casados y con hijos.

Mis hermanas, con las que tenía más complicidad, se habían ido a vivir a Estados Unidos, nación que he visitado; pero que no me había interesado para emigrar por su estilo de vida tan agitado. Todas mis amigas se habían casado y/o emigrado también a otras tierras.

En fin, me quedé prácticamente sola, por lo que empecé a acariciar la idea de venir a España, que había visitado en dos oportunidades como turista y que me atraía. Tenía amistades españolas en esa nación y en mi propio país con las que me llevaba de maravilla.

Ellas me alentaban a venir, hasta que se abrió una oportunidad y emigré de manera legal.

Claro que lo que me dio el último empujón fue la situación que actualmente se vive en repúblicas como la nuestra: corrupción en la política, devaluación de la moneda, el horrible gobierno que antecedió al actual (2000 -2004) y que provocó la crisis económica más grave que yo recuerde, la cual hizo que perdiera mi trabajo, subió de una manera alarmante los costos de vida y causó que miles de personas pasaran de una clase social media a una clase baja.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

Yo estuve pensando en emigrar por años; pero no me decidía porque en mi país vivía cómoda y dignamente. Tenía un trabajo e ingresos que me permitían pagar mis cuentas, ahorrar algo y viajar al exterior una vez al año.

Sin embargo, cuando llegó el momento de tomar la decisión, lo reconocí perfectamente y lo hice sin mirar atrás. Empecé a vender todas mis pertenencias y entré en un estado de ánimo que asombraba a todos por mi ecuanimidad y tranquilidad, mientras llevaba a cabo todo lo que se tiene que hacer cuando una va a emigrar.

Solo recuerdo que recibí un gran impacto cuando vendí el coche por cuya compra había trabajado tanto.

A pesar de todo, esta experiencia resultó reveladora porque, cuando lo vi partir en manos de su nuevo dueño, derramé una lágrima y me dije: «Ahora sí creo que es cierto que me voy de mi país, porque hasta ese momento no me lo creía.»

¿Por qué seleccionaste el país o ciudad de destino?

Me decidí por España porque mi país fue una colonia española. Por eso, somos muy semejantes en costumbres y poseemos la ventaja del mismo idioma. En la actualidad, estoy en una ciudad pequeña, porque aquí reside una amiga que me invitó a vivir con ella, mientras me establecía y conseguía trabajo.

Les debo mucho a ella y a su esposo, que es español, ya que me han adoptado como un miembro más de su familia. Agradezco las orientaciones que he recibido de las ONG que se encuentran en todas las ciudades de España, y las cuales te aconsejan gratuitamente y te ayudan con paciencia a entender los pasos por seguir para tu inserción en la sociedad como ente laboral. En mi caso, he tenido excelentes asesores.

Describe los primeros tiempos

Bueno, no es mi primera vez en España y, como lo mencioné antes, he mantenido muy buena amistad con españoles, por lo que no me hice falsas expectativas.

Para mi sorpresa, las personas de esta pequeña ciudad son muy amistosas, hasta el punto de que los vecinos de la comunidad donde vivo dan los buenos días, aun cuando no conozcan a la persona. En todas las partes por donde me he movido, no me he sentido discriminada.

De hecho, me consideran como a una persona más, sin importar de dónde vengo y, cuando he requerido servicios o informaciones, no me han tratado para nada diferente a un ciudadano español.

Lo que sí les digo es que en los primeros días se presentan ciertas dificultades porque, aunque hablemos el mismo idioma, hay tantos modismos cuyo significado desconocemos, y algunos hablan muy rápido, que da trabajo entenderlos, pero una aprende y se acostumbra.

Describe tu situación actual

No me hice la falsa ilusión de que trabajaría de inmediato en ventas, que era con lo que me ganaba la vida en mi país. Me desempeño como camarera en el día y, por las noches, cuido a un niño de 7 años dos horas al día, hasta que sus padres llegan del trabajo.

Aspiro a conseguir un empleo como dependienta de una tienda o algo similar, siempre que tenga contacto con la gente, pueda vivir dignamente e integrarme de lleno a la sociedad. Sé que esto sucederá poco a poco.

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

¿Arrepentirme? ¡Para nada! Si he de arrepentirme de algo, sería de no haberlo hecho antes. Si hubiese llegado más joven y con más fuerzas para trabajar más duro de lo que lo hago ahora, ¿quién sabe lo que hubiese conseguido por esta fecha?

No obstante, dicen, y yo lo comparto, que «nunca es tarde si la dicha es buena». Además, tiempo atrás, yo me prometía a mí misma que no emigraría ilegalmente ni a Haití (el país con el que compartimos la isla de la Hispaniola); pero, viendo cómo ha transcurrido la vida de muchos amigos y familiares, que se vinieron sin un papelito y hoy día están regularizados y han progresado, reconozco que mis temores no tenían fundamento.

Se trata solo de estar segura de lo que se quiere y pagar el precio.

¿Piensas volver a República Dominicana?

Creo que es muy pronto para pensar en eso. Sin embargo, espero echar raíces en este país que me ha adoptado y contar con medios suficientes para visitar a la familia que dejé en Santiago de los Caballeros y en Miami.

Si Dios lo permite, iría a pasar mi vejez allá. Espero que para entonces haya comprado una casa en uno de esos lugares.

Testimonio publicado al 27 de junio de 2006

 

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