La Mitty, testimonio desde Sydney, Australia

Sydney, Australia

«Después que entras al mercado laboral y haces tu trabajo, no hay nadie que no quiera tenerte en su empresa»

Edad: 27 años.
Ciudad/ País de origen: Caracas, Venezuela.
Fecha de salida: 26 de agosto de 2001.
Ciudad/ País de destino: Sydney, Australia.

Testimonial de migración La Mitty desde Sydney, Australia

¿Por qué te fuiste de tu Venezuela?

Por trabajar y no poder ahorrar ni un medio.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

No tuve ninguna dificultad (tal vez embalar lo que me quería traer, fue lo más estresante). Estoy acostumbrada a la distancia con mis amigos y familiares.

¿Por qué seleccionaste Sydney como ciudad de destino?

Siempre quise emigrar pero lo más cercano era Estados Unidos y la única vez que fui pude sentir el racismo a flor de piel por ser latina. Canadá es muy fría.

Mi familia política tiene más de un cuarto de siglo aquí (Australia) y siempre nos habían comentado, a mi y a mi esposo, que los latinos somos tan bien tomados en cuenta, venimos de tan lejos y nos ha costado tanto, que la mayoría de los que estamos aquí (no puedo hablar por todos) queremos hacer las cosas bien; poder brindarle a nuestros futuros hijos un lugar seguro.

Tenemos muy buena reputación y somos muy queridos. En Venezuela, cada vez que veía el mapamundi me decía: «la verdad es que es bien lejos, no me podré decir ¡me voy! porque no todos los días salen vuelos para América, así que si te vas es para no volver en mucho tiempo».

Además, podré ser ciudadana en 2 años nada más.

Describe los primeros tiempos

Sydney es una ciudad joven, en pleno apogeo, me sienta como anillo al dedo y estoy orgullosa de ser parte de un país en vías de ser del primer mundo.

No hablo bien el idioma, sin embargo conseguí trabajo al 4to mes de estar aquí; pero si necesitas un intérprete para lo que sea el gobierno te lo facilita y tú no tienes que pagarlo.

Cuando vi mi primer recibo de pago no entendía porque me descontaban unos dólares (TAX), luego me explicaron que eran impuestos (nunca los había pagado en Venezuela por mi sueldo) a lo que una amiga mexicana me dijo:

«¿Acaso el Mercedes Benz (bus) que se para cada medio kilómetro con aire acondicionado y calefacción, que se nivela a la altura de la acera para que la gente mayor no suba un escalón, que tiene espacio para silla de ruedas, ha dejado de pasar a la hora? No.

¿El tren donde viajas, que tiene baño y está custodiado por policías de civil y uniformados las 24 horas, los 365 días del año, está mugriento? No. ¿Los empleados del gobierno te atienden cuando quieren y tienes que hacer colas interminables? No. ¿Los baños públicos están inservibles? No.

¿Has pagado cada vez que has ido al médico? No. ¿Has caído en tremendos huecos en las avenidas o calles que casi te dejan sin parachoques el carro? No.

¿Alguna vez te has quedado en una tranca por horas y horas? No», y así no dejó de preguntarme por muchísimas cosas más, así que cada vez que vuelvo a ver el descuento, me río y me siento tranquila al saber que ya he pagado por el servicio que disfruto.

Por supuesto nada es perfecto, pero los «aussie» lo saben y cada día luchan por buscar soluciones y ponerlas en acción (yo siento que soy parte de ellos y ellos me hacen sentir igual).

Una vez me encontré con una venezolana en un banco y me dijo: «¿te has dado cuenta que es mediodía y no tardamos más de 5 minutos? Imagínate si estuviéramos en el Provincial?» Luego de muchas carcajadas nos fuimos a continuar nuestros trabajos.

Describe tu situación actual

Ahora tengo un trabajo a tiempo completo, nunca dejaron de tomarme en cuenta por no ser profesional o por no desenvolverme muy bien con el idioma: Burger King.

Por medio del gobierno, me dictan un curso de especialista en manejo de máquinas industriales, por tal motivo soy estudiante y disfruto de mi descuento en donde aplique, las 24 horas, los 365 días del año; soy una candidata a Asistente del Gerente (no hablo bien el idioma, pero eso no quiere decir que cuando veo una mesa o baño sucio o un piso lleno de refresco tengo que esperar a que me manden a limpiarla, o que otro la vea y lo haga).

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

Jamás me arrepentiré y no haría nada distinto. Esto me ha hecho crecer como persona y como pareja. Mi esposo es profesional en el área de la computación y esperó 5 meses para conseguir trabajo, hubo momentos tensos, pero estábamos en Australia y eso nos llenaba de orgullo.

La primera oportunidad es la más importante porque solo hay una sola vez para marcar pauta, después que entras al mercado laboral y haces tu trabajo, no hay nadie que no quiera tenerte en su empresa. Mi esposo, ya con casi dos meses de contrato, tiene renovación indefinida cada mes y las ofertas no dejan de llegar.

Conocemos a muchos profesionales que en su primer año trabajaron en limpieza de hoteles en horas nocturnas, como mesoneros en franquicias de comida rápida, pero esa experiencia les valió de mucho porque gracias a que un australiano les sirvió de referencia, hoy por hoy son profesionales intachables y latinos muy respetados.

¿Piensas volver a tu país?

No. He tenido esta oportunidad y no la dejo pasar. El año entrante comienzo a estudiar cocina, tal vez me vuelva chef o tal vez decida hacer carrera en la empresa. Mi gerente valora mi trabajo y yo no tengo palabras de agradecimiento.

También reconozco que me siento muy digna de hacer lo que hago y no importa la edad que tengas, lo importante es que ames lo que haces y te sientas orgullosa de ello. Podemos comprar casa dentro de 5 años y los intereses no son para dejarte sin comer.

El gobierno trabaja para y por la población. Es un país multicultural. Somos el número 1 de los países que más duro trabajan (mi esposo y yo salimos a las 6:00 a.m. y regresamos a las 9:00 p.m.). Hace 3 años fuimos el país per cápita más rico del mundo. El avance en la medicina no tiene comparación.

Todas las organizaciones que luchan por los animales, el planeta, etc. son escuchadas y tomadas en cuenta. A las personas con Síndrome de Down les dan trabajo. Existen semáforos con sonidos para guiar a los ciegos (invento original australiano).

El correo es sagrado y respetado, no necesitas tener un PO BOX para que te lleguen paquetes a tu casa, todo lo contrario a Venezuela, por lo que, con la mayor decepción del mundo, tuve que decirle a mi hermano que pagara por un Apartado Postal privado porque cada vez que les mandaba franelas, gorras, y ropa en general a mi familia, nunca les llegaban y algunas tarjetas llegaban abiertas porque las revisaban a ver si enviaba dinero.

Si metes monedas en máquinas de refresco y no te lo da, pues tomas el número de la máquina, llamas al teléfono de atención al cliente (nunca esperas por más de 30 segundos para ser atendido), cuentas lo que pasó y al día siguiente tienes en tu casa el dinero.

En fin, mil cosas podría seguir describiendo, a lo que mi pregunta sería ¿quién querría volver?

Testimonio publicado al 09 de abril de 2002

 

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