Alexis Delgado, abogado, desde Madrid, España

Madrid, España

«Me adapté fácilmente a las costumbres de aquí, a sus habitantes, a su manera de hablar, a su modo de divertirse».

Profesión: Abogado
Edad: 34 años
Ciudad/ País de origen: Venezuela.
Fecha de salida: 15 de febrero de 2003
Ciudad/ País de destino: Madrid, España.

Testimonial de migración Alexis Delgado desde Madrid, España

¿Por qué te fuiste de Venezuela?

Me gradué de abogado en 1998 y fue muy triste ver la realidad del mercado laboral. Sin embargo, comencé a litigar por mi cuenta y relativamente me empezó a ir bien. A la par, ese mismo año había ganado el señor que malgobierna nuestro país y todo comenzó a venirse abajo y a encarecerse.

Mis clientes, entonces, fueron desechando la idea de usar abogados para ciertos asuntos.

En el año 2002, durante el paro cívico, decidí largarme del país, ya que la vida era demasiado dura para mí, incluso muchas veces tuve que caminar y caminar por no tener dinero para pagar ni 200 bolívares de pasaje.

Además de la precaria situación económica, socialmente nuestra Venezuela estaba asechada por la delincuencia (incluyendo los círculos bolivarianos), hasta tal punto que había un miedo terrible de salir, ya no se podía ni pasear ni hablar sobre política.

¿Qué fue lo más difícil de la decisión?

Mi decisión era muy clara: partir en cualquier momento. Como pro tenía el presentimiento de que me iba a ir muchísimo mejor que en Venezuela, puesto que, de mesonero o sirviente, podría vivir dignamente; como contra no había ninguno.

Afortunadamente, conté con el apoyo de mi padre, hermano y todos mis amigos (nadie se opuso a que saliera del país). Yo estaba dispuesto – si era necesario – a dormir en albergues de la ciudad. Me negaba a sentir de nuevo el terror de lo que significaba vivir en Venezuela para aquel entonces (y ahora sé que es peor).

¿Por qué seleccionaste Madrid como ciudad de destino?

Realmente mi sueño era radicarme en los Estados Unidos de Norteamérica (New York) y estaba decidido a irme con todas las consecuencias de vivir de manera ilegal; pero mi visado de turista para ese país se vencía en noviembre del 2002 y, por mis limitadas condiciones económicas, estaba muy seguro de que me rechazarían la renovación.

Para ese entonces, un amigo que había estado de vacaciones en España, me dijo que emigraría de Venezuela y me invitó a venirme a España (Madrid) y llegar a su casa, una vez que él estuviese establecido.

No tenía ni la menor idea de lo que representaba España, no me podía imaginar qué había y qué no había, mas estaba resuelto a no seguir viviendo en Venezuela.

Así que con otro amigo al que entusiasmé con mi plan (dándonos mutuo apoyo, ya que él tenía una hija y carecía de fondos para mantenerla y pagarle el colegio), decidimos echarle ganas y cada uno de nosotros llegó a España con 1.000 dólares, que fue lo único que pudimos reunir.

Describe los primeros tiempos

Todo resultó genial. Desde que salí del avión respiré un aire de mucho positivismo, encontré una ciudad muy limpia, gente muy alegre y parlanchina y edificios con arquitectura antigua.

Solo tardé en acostumbrarme a los horarios para comer, ya que lo demás fue muy tranquilo y me adapté fácilmente a las costumbres de aquí, a sus habitantes, a su manera de hablar, a su modo de divertirse.

Describe tu situación actual

En la actualidad soy recepcionista de un hostal, donde apenas tengo dos meses. Antes, trabajé, durante tres años, como encargado de una pensión. Allí me correspondía desde la limpieza hasta la atención al público.

Ahora mismo estoy comenzando a dar clases de spinning en diferentes gimnasios de la ciudad y me encuentro haciendo la reválida de mi título de abogado. Tengo que revalidar 10 materias, de las cuales llevo tres aprobadas.

En verdad, todo lo conduzco con mucha calma para no impacientarme, aunque debo reconocer que me costó mucho. Hoy, después de tres años y medio viviendo en Madrid, cuento con un grupo de amigos españoles que son excelentes, han sabido ser solidarios y por lo menos en mi caso, por ser extranjero, no he enfrentado problemas de racismo.

Olvidé comentar que, desde hace un año y gracias a la verdadera democracia que se vive fuera de Venezuela, soy residente español y en este momento me hallo en el proceso de renovación y ya cotizo en la seguridad social para mi vejez.

¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?

Soy una persona que se arrepiente muy poco de las cosas que ha hecho en su vida. Así que no me arrepiento en lo absoluto de esta decisión, que ha sido la mejor en toda mi existencia.

¿Alguna recomendación al que resuelva irse de Venezuela? «¡Qué lo haga!», que piense que al salir tiene muchas oportunidades, que se deje de temores y se arriesgue porque vale la pena. En efecto, cuando en la vida se quiere un crecimiento, hay que luchar y luchar hasta conseguir lo deseado.

Hoy vivo feliz, tranquilo, salgo a la calle a cualquier hora sin miedo, prendo la televisión y veo programas divertidos. ¡Ah! y aquí no existen las cadenas de televisión. ¡Vivimos en una democracia!

Si pudiera hacer algo distinto de lo que he llevado a cabo, intentaría venirme con residencia para no pasar por ilegal nuevamente (no se puede salir del país hasta ser residente, pues te arriesgas a no volver a entrar).

¿Piensas volver a Venezuela?

No voy a decir que de esa agua no beberé, pero, lamentablemente, ni de vacaciones deseo volver. En enero pasado, tuve la oportunidad de ir a visitar a mi familia y amigos y noté que se vive con un gran miedo, más que cuando dejé Venezuela hace tres años y medio, un país que tiene muchísimo dinero y una ciudad (Caracas) que muestra un deterioro terrible.

El gobierno prefiere gastar nuestro dinero en armas para la guerra que arreglar una nación como Venezuela, que padece de tantos problemas. Cuando me regresaba a España, me robaron mis abrigos en el aeropuerto de Maiquetía.

Allí fui objeto de una persecución e interrogatorios como si fuera un delincuente, nos tomaron a tres venezolanos y a un joven español y nos llevaron a un hospital (después de quitarnos 25.000 bolívares a cada uno para, supuestamente, pagar las radiografías), con la intención de revisar si cargábamos droga en el estómago.

En verdad, un incidente muy desagradable, lleno de humillación e intimidación.

Testimonio publicado al 08 de enero de 2007

 

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