En la actualidad, la población autóctona maorí se calcula en poco más de 600 mil personas

Nueva Zelanda En Nueva Zelanda viven 4,5 millones de personas, con una densidad aproximada de 17 habitantes por kilómetro cuadrado. La esperanza de vida se calcula en 81,2 años (para hombres y mujeres combinados). La tasa global de fecundidad en 2012 fue calculada en 2,05 hijos por mujer.

Emigrar a Nueva Zelanda – Población neozelandesa

El saldo neto migratorio fue negativo en 2012. Nueva Zelanda registró 1.200 salidas más que entradas, aunque en los años precedentes el saldo fue positivo. De acuerdo con estimaciones recientes, para que la población llegue a 6 millones de personas en 2061, es necesario que se cumplan las siguientes condiciones:

  • Una tasa global de fecundidad de 1,9 hijos por mujer a largo plazo.
  • Elevar la esperanza de vida a 89,3 años, en 2061
  • Una tasa de migración neta de 12 mil entradas al año a largo plazo.

Más de tres cuartas partes de la población vive en la Isla del Norte, con un tercio de la población total asentada en Auckland, que es, sin duda, la gran ciudad neozelandesa, la más cosmopolita y multicultural del país.

Las otras ciudades principales que albergan la mayor cantidad de población son: Wellington, Christchurch y Hamilton.

Con un origen histórico multiétnico, que combina la población autóctona maorí, la europea, proveniente principalmente de Inglaterra, Irlanda y Escocia, los oriundos de las islas del Pacífico y del continente asiático, Nueva Zelanda se ha convertido en una nación multicultural, pero con algunas características unificadoras, que la hacen única en el mundo.

Actualmente, de la población total de Nueva Zelanda, aproximadamente el 74% es de origen europeo, el 15% son indígenas maoríes, el 11,8% asiáticos y el 7,4% no maoríes de las islas del Pacífico y 2,9% extranjeros de otros orígenes, incluyendo latinoamericanos. (Cifras del Censo 2013).

Los maoríes en Nueva Zelanda

Nueva Zelanda es una de las masas de tierra más recientemente pobladas. Por eso, algunos se refieren a esta nación como la más joven del mundo.

Los primeros pobladores conocidos fueron los polinesios que, de acuerdo con la mayoría de los investigadores, llegaron en canoa entre los años 1250 y 1300 d.C.

Estos primeros pobladores crearon una cultura particular, ahora conocida como maorí. Vivían en pequeños grupos tribales, en los bosques neozelandeses, cultivaban alimentos y poseían una rica cultura fundamentada en deidades asociadas a las fuerzas de la naturaleza, la cual transmitían oralmente. Además, tenían una fuerte tradición de guerra.

Se calcula que había unos 100 mil maoríes en Nueva Zelanda en 1769, cuando llegó el capitán James Cook, el primer europeo en visitar el archipiélago. Para la firma del Tratado de Waitangi, en 1840, se estima que el número de maoríes se había reducido a unos 70 mil, debido a las nuevas enfermedades introducidas por los europeos, para las cuales los autóctonos carecían de inmunidad (sarampión, gripe y tuberculosis, principalmente).

Población autóctona maorí en Nueva Zelanda

En la actualidad, la población autóctona maorí se calcula en poco más de 600 mil personas, según el censo 2013; es decir, el 15% de la población total del país.

La mayoría vive en las ciudades. Los niños asisten a escuelas (llamadas kōhanga reo) donde se imparten clases en lengua maorí. Poseen un canal de televisión, 20 emisoras de radio, 16 parlamentarios maoríes y aportan una gran cantidad de proyectos creativos en el cine, la música y el arte.

La población maorí y su cultura representan una dimensión importante e influyente dentro de la sociedad y la cultura de Nueva Zelanda, formando parte integral de la identidad nacional del país y ocupando un lugar destacado en distintos ámbitos de la vida nacional.

Los Pākehā en Nueva Zelanda

El primer europeo en descubrir el archipiélago de Nueva Zelanda fue el explorador holandés Abel Tasman, en 1642, quien se encontraba a cargo de una expedición para hallar “un gran continente meridional rico en minerales y otras riquezas”. Sin embargo, Tasman nunca tocó tierra neozelandesa y su viaje se consideró un fracaso.

En 1769, el explorador inglés James Cook, se convirtió en el primer europeo en visitar el archipiélago. De hecho, recorrió toda la costa en tres expediciones que dirigió, antes de ser asesinado en Hawaii en 1779.

Después de Cook, el territorio neozelandés fue visitado por numerosos europeos: cazadores de ballenas y focas, comerciantes y misioneros.

Estos colonos tenían mucho contacto con los maoríes, especialmente en las zonas costeras. Maoríes y pākehā (nombre que los autóctonos daban a los blancos europeos) negocian ampliamente, comercian e intercambian alimentos, metales y artefactos, entre ellos, armas de fuego, que junto con las enfermedades europeas contribuyen con el descenso de la población indígena.

Para 1840, los ingleses se habían apoderado del territorio, reclamándolo para la corona británica. Con la firma del Tratado de Waitangi entre los representantes de la reina Victoria de Inglaterra y más de 500 jefes maoríes, se puso fin a los conflictos intertribales y se sentó la base constitucional para el establecimiento de la ley británica y del gobierno de Nueva Zelanda.

Con el paso del tiempo los europeos asentados en el archipiélago comenzaron a asumirse como neozelandeses, ciudadanos distintos a los de la “madre patria británica”.

Para finales del siglo XIX, existía ya una distinción entre el europeo nacido o criado en Nueva Zelanda, un colono experimentado (“old chum”), cuya fortaleza de espíritu y capacidad de adaptación ya estaba claramente demostrada, y el europeo recién llegado (“new chum”), aún impregnado de los hábitos y de las pretensiones de la «civilización británica”.

Un estereotipo comenzó, entonces, a emerger, el del neozelandés (hombre o mujer) de origen blanco europeo, adaptable y físicamente fuerte, pero carente de intereses culturales. El supuesto era que un nuevo pueblo estaba siendo moldeado por el ambiente, el paisaje y el clima de Nueva Zelanda.

En la actualidad, los neozelandeses de origen europeo (ingleses, irlandeses y escoceses, principalmente) constituyen casi el 75% de la población total del país.

Los extranjeros en Nueva Zelanda

De acuerdo con las cifras del censo poblacional realizado en 2013, al menos el 15% de la población en Nueva Zelanda son extranjeros de diferentes orígenes. Entre ellos, las tres naciones con mayor número de habitantes en Nueva Zelanda son: Inglaterra, China e India.

Las estimaciones de Estadísticas de Nueva Zelanda se registran en la siguiente lista de las diez naciones con mayor número de habitantes en el país:

  • Inglaterra: 21,5%
  • China: 8,9%
  • India: 6,7%
  • Australia: 6,3%
  • África del Sur: 5,4%
  • Islas Fiji: 5,3%
  • Samoa: 5,1%
  • Filipinas: 3,7%
  • Corea: 2,7%
  • Escocia: 2,6%

En general, los extranjeros provenientes del Asia son 11,8%, los provenientes del Pacífico (no maoríes) se calculan en 7,4%, los que provienen de Europa del Este, de América Latina y África con el 1,2% y provenientes de otro origen constituyen el 1,7%.

Censo de 2013

Un cuadro resumen de la población total de Nueva Zelanda, de acuerdo con el Censo de 2013, es el siguiente:

Población de Nueva Zelanda según grupos étnicos
Grupo étnico

Número

Porcentaje

Europeos

2,969,391

74.0

Maoríes

598,605

14.9

Área del Pacífico

295,944

7.4

Asia

471,711

11.8

Europa del Este, América Latina, África

46,953

1.2

Otros orígenes

67,752

1.7

Nota: Los encuestados podían identificarse como pertenecientes a más de un origen étnico, por eso los resultados no suman 100%

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Fuente consultada: Statistics New Zealand