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  • #316839
    Invitado MQI
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    Para tener en cuenta, España por ejemplo es un país con diferencias «gentilicias» muy marcadas en su interior, claro que no todos profesan ni comulgan por ende con esto, no es mi intención generalizar per sé, pero coexiste dentro de esa aparente armonía una manía quisquillosa entre catalanes, vascos, canarios, gallegos, andaluces; cuando soy testigo de esto, miro al cielo y digo: qué le vamos a pedir si incluso entre ellos mismos son susceptibles de segregarse aunque sólo sea en la intimidad, cuando creen que nadie los escucha ni los ve…y ya para cerrar el tema, decir que aquí no hay tradición de acogida, que ven muy lejos aquellos tiempos en que españoles se dispersaron por el mundo y no sienten que nada tenga que ver con estos nuevos, que España ha sido literalmente invadida y han reaccionado como quien de repente encuentra en la sala de su casa, 50 personas desconocidas, de todos colores, hablando cada uno su lengua, variopintamente vestidas…ha sido presa del pánico y de la lentitud con la que se están generando regulaciones e infraestructuras para normalizar lo que ya es inevitable y la cuerda revienta por la parte más floja, la que es palpable, esa gente, nosotros, porque si pudieran conseguirse con el Ministro del Interior en la calle, no quiero ni imaginarme que le dirían dada la turbación, perplejidad, resistencia al cambio, inadaptación, miedo, saturación que hay. Hay que decir que no se trata de España como un todo, hay regiones en las cuales más que una visitante me he sentido como una princesa por su carisma, su sencillez, su curiosidad por quienes somos, de dónde venimos, gracias a ellos no podemos generalizar, gracias a ellos, el camino hacia la integración podrá ser posible más tarde o más temprano, pero ocurrirá. Mientras he de decir que he sido testigo de su más cruel sinceridad, están hasta el moño unos cuantos, piensan que ocupamos preciosos y escasos espacios en sus instituciones, en su sistema -centros de salud, escuelas públicas, empresas, procesos de homologación de títulos de estudio, etc.- , ya de por sí sumamente colapsados. He visto encuestas dónde se opina que el afluente de inmigrantes no traerá de ninguna manera beneficio alguno a la economía -aún cuando salta a la vista que esta gente come, nace, se muere, se enferma, se bautiza, se casa, se educa como cualquier otra y eso es consumo señores, euros a la calle que impulsan la maquinaria económica, pero visto lo visto para ellos no es tan obvio-, foros de opinión dónde madres exigen se les de prioridad a sus hijos que de a poco se van convirtiendo en los únicos pocos españoles en las escuelas o se empienzan a sentir forasteros en el barrio en que han vivido toda la vida. Eso he visto y quiero pensar que es normal, natural y que con el tiempo remitirá. Que es un mal necesario porque la verdad es que resulta cuesta arriba hacer de tripas corazón y salir adelante con todo lo que se ha dejado atrás -familia, costumbres, amigos, paisajes, olores, sabores…- si de paso te miran raro, se hacen los que no entienden cuando hablas, te gritan ya que al menos en esta capitalísima Madrid hablan fuerte y golpeado, te hacen trampas «imperceptibles» y sin saberlo y como por arte de magia las cosas no te marchan bien. Deberían saber que uno no llega pistola en mano al aeropuerto para que lo dejen pasar y que dejar la vida tal cual como la conocías hasta ese día que te plantastes en este país, en ese país, cualquiera que sea, ha sido por fuerza mayor, que haces lo que haría cualquiera, buscarte la vida y que el mundo es el límite cuando se trata de la supervivencia. Eso sí demos a cambio y para ganarnos ese respeto lo mejor de nosotros en talento, valores, actitud, sentido ecológico para no merecernos estos tratos.

    Un saludo.

    #316840
    Invitado MQI
    Miembro

    Me ha gustado mucho tu reflexión y me parece que has dado en el clavo.
    Esa sensación de que lo que era tuyo es invadido por otras personas que parece no tener nada en común con tu forma de vivir, se siente en muchos barrios y eso crea resentimiento. Pero ese resentimiento es debido a la falta de comunicación entre ambos.
    Cuando llega un grupo de emigrantes, hacen su propio getto y quieren seguir teniendo su mundo aquí, sin pensar que lo interesante para unos y para otros, sería hacer un nuevo mundo que recogiera lo bueno de ambas culturas.
    De un tiempo a esta parte pienso mucho en ello y tengo sentimientos contradictorios.
    Un ejemplo, conozco unos niños que en su colegio la mayoría son emigrantes. Cuando hay algun problema no se enfrentan los de un bando con sus ideas con otro bando, son los árabes, contra los españoles, y ninguno se para a pensar quien es el que está de acuedo con sus pensamientos, solo domina la raza, con independencia de la razón.
    El otro dia en el ambulatorio, una mujer árabe se quería colar y cuando le dijeron que esperar su turno, se puso como una histerica a decir que eso era racismo.
    Pequeñas cosas como estas son las que envenenan la vida diaria y tendremos que aprender a vivir juntos, si no queremos que el conflicto estalle.
    Desde aqui, mi abrazo afectuoso a todos los inmigrantes que hayan llegado a ESpaña con el corazón, luchando por su vida, y pretendiendo mejorar, pero tambien os digo, que no menosprecieis al pais donde habeis llegado, que lo respeteis, que intenteis acomodaros a sus costumbres y si estas se pueden mejorar, lo hagais, poco a poco. A nadie nos gustan las imposiciones.

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