Noruega eludio las trampas del petroleo.

No hay en su horizonte rascacielos centellantes.Tampoco multitudes de trabajadores inmigrantes. Contrario a las expectativas, Oslo –la capital de la rica en petróleo Noruega– carece por completo de los signos que caracterizan la nueva riqueza basada en recursos naturales. Esa, según la mayoría de los economistas, es la buena noticia.

La falta de opulencia, dicen, es un claro signo de que Noruega, mediante la aplicación de algunos artificios macroeconómicos muy ingeniosos, ha escapado a los problemas que se han precipitado sobre casi todos los países bendecidos con petróleo. El modelo noruego es el que naciones como Rusia, inundada en el dinero de la actual bonanza petrolera, se esfuerza en seguir.

El sistema incluye un Fondo Petrolero que se nutre de los ingresos petroleros del gobierno, una regla fiscal que estipula cuánto de ese dinero debe ser gastado, y una buena cantidad de educación y debate público, donde los políticos y los economistas argumentan sin cesar que Noruega debe evitar gastar demasiado.

Pero a medida que los precios del petróleo suben, y el torrente de dinero engorda las arcas del gobierno, surgen focos que amenazan este caso digno de manual. Cada vez son más los noruegos que exigen que el dinero de la actividad petrolera se gaste más libremente, si no en rascacielos, al menos en la infraestructura y los servicios que la gente espera cuando vive en uno de los países más ricos en el mundo.

“Para mí es extraño que un país tan rico como Noruega tenga peores carreteras que Suecia”, dice Siv Jensen, el líder parlamentario de Fremskrittspartiet, un partido populista que avanzó bastante en las recientes elecciones generales. “También hay un gran número de problemas irresueltos, en bienestar social y asistencia médica, que muchos países europeos sin petróleo han logrado solucionar”.

RIESGOS DE LA RIQUEZA
En 1969 Noruega halló petróleo en las profundidades del mar del Norte. Hoy es el mayor productor petrolero de Europa occidental y el tercer mayor exportador mundial de crudo, después de Arabia Saudita y Rusia. Su producción promedió 2,95 millones de barriles diarios durante los primeros seis meses de 2005.

Desde sus primeros años como país exportador de petróleo, los círculos políticos noruegos entendieron que esa riqueza suponía tantos riesgos como oportunidades. Incluso uno de los fundadores de la OPEP, el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonso, lo llamó “el excremento del diablo”. “Miren que locura –dijo en 1975.

Gasto, corrupción, consumismo, servicios públicos decadentes.Y deudas, deudas para arrastrar por años”.

Los economistas se refieren a esta situación como “la maldición de los recursos” : los países ricos en recursos naturales son a menudo menos eficientes que sus pares con menores recursos. Venezuela y Nigeria están entre los países cuyo ingreso per cápita ha caído a pesar de la riqueza petrolera.

En algunos casos, la corrupción es la causa principal. En Angola, de acuerdo con Human Rights Watch y Global Witness, más de 4.000 millones de dólares fueron saqueados del gobierno entre 1997 y 2002. Otras veces, los síntomas son más graduales: inflación y creciente dependencia del sector petrolero a expensas de las otras industrias, debido al fenómeno económico conocido como “la enfermedad holandesa”.

Después de que Holanda comenzó a bombear gas natural del mar del Norte en los 60, la afluencia de ingresos elevó el valor del florín holandés, haciendo más caros los artículos fabricados en el país. Las industrias eléctrica, química y de maquinarias se marchitaron. El fenómeno, que preocupa a los economistas, está ocurriendo en países tan diversos como Canadá y Azerbaiyán.

“A algunos nos preocupaba que en el largo plazo el ingreso petrolero del gobierno sería muy grande”, afirma Eivind Reiten, director ejecutivo de Norsk Hydro y ex ministro de Petróleo y Energía.

“Si no se hubiera implementado un mecanismo para separar ese dinero del presupuesto regular, habría sido prácticamente imposible manejar la economía noruega”.

UN PODEROSO EJEMPLO
El sistema que se estableció ha sido reconocido en todo el mundo. “La riqueza petrolera en muchos otros países ha sido usada para financiar las fortunas colosales de unos pocos, o el pan y circo de muchos”, escribió la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en un informe reciente.

“Noruega ha evitado ambas trampas”.

Su sistema es “un poderoso ejemplo de política adecuada para otros países ricos en recursos naturales”, dice la OCDE.

Aun cuando muchos economistas coinciden en que hay elementos que serían difíciles de copiar, como la histórica ausencia de problemas de corrupción y la tradición de políticas consensuadas.

La parte más visible del sistema es el fondo estatal. Todo el ingreso petrolero se guarda allí y, para proteger la economía de la sobreinversión, se coloca fuera del país, explica Jarle Bergo, gobernador del Banco Central noruego (que maneja el fondo).

Desde su creación en 1996, el crecimiento del fondo ha sido impresionante:
según algunas estimaciones, recientemente alcanzó los 190.000 millones de dólares.

Hoy, el modelo noruego es estudiado por los economistas de los gobiernos de todo el mundo. O al menos en Rusia, que coloca su ingreso petrolero en un fondo de estabilización que alcanzó los 38.000 millones de dólares el 1º de noviembre y que se espera que cierre el año por encima de los 50.000 millones de dólares.

“Muchos países han tenido ingresos tan grandes de los recursos naturales que han devastado sus economías”, afirma el primer ministro noruego Jens Stoltenberg. “Nuestro objetivo es seguir manejando estos ingresos de forma que mantengan la fortaleza de la economía noruega”.

Sus palabras tienen algún peso, pues en la actualidad Noruega es el país segundo más rico en Europa, después de Luxemburgo, con 40.000 dólares de producto nacional bruto per cápita el año pasado. Más importante aún es que las exportaciones de los sectores no petroleros de la economía noruega siguen robustas y se estima que crezcan casi 4% en 2005.

Para proteger su economía de las amenazas gemelas de “la maldición del recurso” y “la enfermedad holandesa”, los noruegos comenzaron a usar el ingreso petrolero para pagar la deuda.

En 1995 los estados financieros de Noruega se equilibraron y desde entonces han permanecido así.

El sistema se ha perfeccionado con el pasar de los años.

En 2001 el gobierno de Stoltenberg instituyó una seudo regla fiscal diciendo que los gastos gubernamentales no deberían ser superiores al promedio de retorno del fondo, calculado en 4% . Esta regla tiene el doble propósito de prevenir que el gobierno gaste demasiado y ahorrar capital para futuras necesidades.

PRESIÓN PARA GASTAR
Pero como la riqueza petrolera del país sube con el precio del crudo, la presión para gastar más es creciente. Muchos noruegos están diciendo que el sistema de salud no está a la altura, con largos tiempos de espera para ciertos procedimientos médicos y muy pocas clínicas. También se oyen quejas sobre la infraestructura.

Otro asunto es el precio de la gasolina: aunque Noruega es uno de los mayores exportadores de petróleo, la gasolina sin plomo cuesta 6,23 dólares por galón, uno de los precios más altos del mundo. El descontento se está generalizando, a pesar de que el estado de bienestar noruego es uno de los más generosos.

“Las ruedas se están moviendo rápido” señala Bernt Pardal, director del Instituto para la Investigación Social en Oslo, quien se refiere a este fenómeno como “el descontento de expectativas crecientes”. “Siempre hay problemas irresueltos en una sociedad y cuando el dinero crece, la tolerancia por vivir con estos problemas se hace más pequeña”, agrega.

El signo más claro fueron las elecciones generales del 12 de septiembre. El populista Fremskrittspartiet, el único partido que desafía abiertamente la regla para manejar el ingreso petrolero, obtuvo 22% de los sufragios y se convirtió en la segunda fuerza del Parlamento.

En gran parte, dicen los analistas políticos, gracias a su posición en torno al tema de la riqueza petrolera. “Lo que ellos usan para perfilarse políticamente es el cuidado de los ancianos y los hospitales”, indica Aardal. “Y como de todas formas los otros partidos dicen que están preparados para gastar, Fremskrittspartiet dice que gastará más”.

Por los momentos, el Fremskrittspartiet sigue fuera del gobierno y los otros partidos han apoyado la regla fiscal. De todos modos, el resultado de la elección es visto como un signo de que se avecina un conflicto más profundo sobre los recursos que se obtienen por la venta de crudo.

Los creados y partidarios del sistema de manejo de los ingresos petroleros dicen que este tiene la fortaleza suficiente para resistir los ataques. Y la psicología de masas que ha funcionado tan bien hasta ahora, está siendo aplicada otra vez.

Una propuesta que se abre paso en el Parlamento cambiaría el nombre del Fondo de Petróleo por Fondo de Pensión, no porque el dinero necesariamente vaya a ser destinado para el pago de pensiones sino debido a que los partidarios sostienen que será más difícil gastar el dinero de la pensión que el dinero del petróleo.

Incluso quienes manejan la imparable caja de los ingresos petroleros aseguran que es demasiado temprano para saber si Noruega y sus políticos resistirán el canto de sirena del dinero en efectivo.

“Estamos todavía muy tempranos en este experimento”, dice el gobernador del Banco Central. “Sería ideal si pudiéramos mirar hacia atrás en 2050 y ver que seguimos manejando esto del mismo modo. Esperemos que podamos hacerlo”.

Fuente: International Herald Tribune