Inicio Foros ¿Cómo es la vida de un inmigrante en Australia? ¿Hay más pobres en Venezuela con Hugo Chávez?

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    ¿Hay más pobres en Venezuela con Hugo Chávez?

    Una de las cosas que más extrañan a quienes visitan

    Venezuela o analizan desde fuera su evolución

    política, económica y social es la enorme preocupación

    que los sectores más ricos y privilegiados muestran

    hacia la pobreza que existe en su país.

    Si uno oye hablar a los dirigentes políticos de la

    oposición, si lee u oye los medios de comunicación

    privados, a los dirigentes más reaccionarios de la

    Iglesia católica, en fin, a los opositores del

    Gobierno de Hugo Chávez se encuentra con una prédica

    común: el proceso bolivariano ha aumentado la pobreza

    en Venezuela. Ahora, dicen, hay muchos más pobres que

    antes.

    Este hecho nos parece realmente asombroso y digno de

    análisis por varias razones.

    En primer lugar, porque desgraciadamente no ocurre en

    ningún otro país de América Latina. En otros sitios la

    pobreza es también muy elevada. Algunas estimaciones

    señalan que desde 1980 la cifra de pobres se ha

    doblado en el continente. Y, sin embargo, estas clases dirigentes que ahora y en Venezuela se sienten tan sensibles hacia la pobreza nada dicen, tratan de ocultarla y, como están en el poder, no se les ocurre decir que son las responsables de que haya cientos de millones de pobres. ¿Cómo es que no se levantan contra las políticas neoliberales que han creado mucha más pobreza con la misma bravura que lo hacen contra Chávez? Desde ese punto de vista, la clase política y los grupos sociales que se oponen a Hugo Chávez son verdaderamente singulares. Habría que alabarles su sensibilidad y su preocupación por lo pobres… si no fuera por otras circunstancias así mismo sospechosas.

    En segundo lugar, hay algo que cuesta trabajo entender

    a quien analiza desde fuera la situación venezolana.

    Si esas clases hasta hace poco dirigentes, si esos

    sectores sociales que tienen periódicos, televisiones,

    púlpitos y, por supuesto, muchísimo dinero y poder

    están tan sinceramente preocupados por la pobreza y

    por la miseria de sus compatriotas, ¿cómo dejaron que,

    cuando los suyos estaban en el gobierno, Venezuela se convirtiera en uno de los países más desiguales del mundo?, ¿cómo es que esos políticos, esos periodistas, esos empresarios, esos obispos que ahora claman contra la pobreza que dicen ha creado Chávez no lo hacían cuando gobernando ellos mismos la tasa de pobreza superó, según algunas estimaciones, el 80% de la población?, ¿cómo dejaron que esto ocurriera sin alzar las voces como lo hacen ahora?

    En tercer lugar, es igualmente chocante y singular que

    la «preocupación» que muestran hacia el aumento de la

    pobreza sólo se manifieste contra los pobres que dicen

    ha creado Hugo Chávez. Sorprende, por ejemplo, que

    esos grupos políticos, esos periódicos, esas

    televisiones, esos obispos de derechas o esos

    empresarios huelguistas no clamen y critiquen a quien

    tiene los peores registros de creación de pobreza

    entre las naciones más ricas del mundo: George W.

    Bush. Ni siquiera los estudios más críticos contra el

    gobierno bolivariano estiman que sus resultados en

    relación con la pobreza sean peores que los de Bush,

    que en los tres años últimos ha aumentado la pobreza a

    una tasa superior al 12% anual y que sólo en 2003 hizo

    aumentar en 1.400.000 los pobres que hay en Estados

    Unidos. Es chocante, desde luego, que quienes critican

    a Chávez porque dicen que con él aumenta la pobreza

    (algo que como veremos no está demostrado) se refugien

    en Estados Unidos y pongan a su gobierno como ejemplo,

    cuando está indiscutiblemente constatado que es el

    mayor productor mundial de pobres.

    Finalmente, y ya en otro orden de cosas, lo que más sorprendente resulta al observador extranjero es que el gobierno de Chávez tenga un apoyo electoral tan inmenso (que para sí quisieran los gobernantes de otras naciones) si lo hace todo tan mal. Y, más concretamente, es realmente increíble que pueda seguir teniendo el apoyo electoral precisamente de los más pobres de Venezuela si es verdad lo que dice la oposición, es decir, si todas esas personas son pobres, o más pobres que antes, por culpa de Chávez.

    Lo que está ocurriendo en Venezuela es de gran interés

    para todo el planeta y, especialmente, para quienes

    estamos convencidos de que, a pesar de todas las

    dificultades, un mundo en el que no predomine la

    desigualdad y la miseria es tan posible como

    necesario. Por eso vale la pena reflexionar con

    algunos elementos objetivos sobre este asunto.

    ¿Es verdad que hay más pobres en Venezuela?

    La medición de la pobreza es un asunto complicado por

    muchas razones.

    La pobreza es una situación compleja. No es sólo un

    estado que se mida en términos cuantitativos o

    monetarios.

    El problema es que la pobreza es multidimensional,

    tiene que ver con lo que se tiene pero también con las posibilidades de hacer. Un pobre podría tener un ingreso considerado suficiente para sobrevivir y, a pesar de ello, seguir siendo pobre en la medida en que no tuviera la posibilidad de mejorar, de integrarse, de realizarse como persona y como ser social, de decidir y participar en la vida que hay a su alrededor. Se puede no ser pobre desde un punto de vista económico y, al mismo tiempo, ser una persona sin capacidad de influencia, alienada y servil. Y, por el contrario, se puede carecer de ingresos monetarios pero formar parte de redes, de grupos, de vínculos de solidaridad que enriquezcan más a los seres humanos que todo el oro del mundo.

    Por eso, el registro efectivo de los pobres que

    existen en un lugar y en un momento determinado

    debería hacerse a través de variables complejas,

    capaces de detectar tanto la situación cuantitativa

    como los rasgos cualitativos del fenómeno. Pero eso es desgraciadamente muy difícil de conseguir, sobre todo, en países donde los registros estadísticos están más atrasados y que, además, suelen ser en los que hay mayor número de pobres.

    Por otro lado, la pobreza es una situación relativa.

    Un pobre en un país donde haya servicios públicos

    universales y gratuitos es «menos pobre» que otro que

    viva en un país sin servicios públicos, aunque puede

    que sea extraordinariamente pobre en relación con los

    ricos de su país.

    Ser pobre no es sólo tener menos de una determinada

    cantidad de dinero, aunque seguramente decir que hay

    un determinado número de personas con menos de un

    dólar diario para vivir sea suficientemente indicativo

    de cómo puede sobrevivir esa población.

    En definitiva, todas estas consideraciones vienen a

    indicar que «medir» la pobreza es siempre una cuestión

    muy discutible. Cualquier dato sobre el número de

    pobres es más que cuestionable. Hay que conocer la

    metodología para su obtención y, sobre todo, el

    concepto de pobreza que se ha utilizado.

    Pero a pesar de esas dificultades y limitaciones,

    creemos que es útil que se proporcionen datos de

    pobreza porque, de esa manera, se puede reflejar, por

    muy inexactamente que sea, una realidad siempre

    dolorosa y demasiadas veces criminal. Aunque,

    naturalmente, hay que aprender a depurar los datos, a

    leer las estadísticas y a saber distinguir las que se

    hacen para alumbrar de las que tratan, por el

    contrario, de echar un velo de oscuridad sobre los

    fenómenos.

    Sobre Venezuela, como ocurre en casi todos los países

    del mundo, no se dispone de datos que sean

    incuestionables, que se puedan aceptar sin más como definitivos, pero sí se conocen algunas aproximaciones y estimaciones que, aunque con diferente metodología, permiten saber los grandes rasgos del problema. Y sería deseable, por cierto, que el actual gobierno bolivariano profundizase en el conocimiento de la realidad social, que no la oculte nunca y que base en su estudio riguroso la lucha contra la pobreza y la miseria. Sin conocer con la mayor exactitud un fenómeno es muy difícil que se pueda resolver.

    Veamos entonces lo que dicen algunas estimaciones que

    se han realizado para Venezuela por académicos u

    organismos internacionales.

    El último informe del Programa de las Naciones Unidas

    para el Desarrollo (PNUD) se refirió a la situación de

    la pobreza en Venezuela. El informe señala que

    Venezuela no sólo no empeoró su índice de desarrollo

    humano sino que incluso mejoró un puesto en la

    clasificación por países. Es verdad que eso puede ser consecuencia de que otros países vayan aún peor, pero lo cierto es que, en términos relativos y según este programa de las Naciones Unidas, Venezuela no ha empeorado.

    El informe de las Naciones Unidas dice expresamente

    que el índice de pobreza tampoco ha empeorado sino

    que, aunque mínimamente, incluso ha bajado.

    Se trata de un dato relevante porque, en el periodo

    analizado por el PNUD, Venezuela vivió un sabotaje

    económico por parte de las clases adineradas como

    seguramente no haya padecido nunca en la historia otra

    nación. El sabotaje dio lugar a una caída del 5% en el

    PIB per capita y es significativo, sin embargo, que

    esa caída no se manifestara en una pérdida de

    posiciones de Venezuela en el ranking mundial del

    PNUD.

    Tampoco se ha agravado ni el porcentaje de personas

    que viven con menos de un dólar diario (15%) ni el de

    las personas que viven con menos de dos dólares al día

    (32%).

    Y lo que sí es realmente significativo –aunque no

    parece que sea tenido en cuenta por la oposición al

    gobierno de Chávez- es que el porcentaje de personas

    en estas condiciones sí que era mucho mayor en la

    etapa política anterior. Así, el porcentaje medio de

    personas que vivían con menos de un dólar entre 1982 y

    2000 fue del 23% (ocho puntos más que ahora) y con

    menos de dos dólares el 47% (quince puntos más que

    ahora).

    Otro indicativo indirecto de pobreza es el ingreso per

    capita y resulta que, a pesar del referido sabotaje,

    tampoco ha bajado en Venezuela, al menos, según los

    datos de la CEPAL.

    Según este organismo, en 1997 el porcentaje de

    personas con ingreso per capita menor que el ingreso

    medio nacional era del 70,8% y el de personas con un

    ingreso menor a la mitad de ese ingreso medio era del

    40,7%.

    Pues bien, según la CEPAL, en 2002 esos porcentajes

    habían bajado al 68,7% y al 38,8%.

    Además, la CEPAL indica que, aunque levemente, también

    ha mejorado la distribución del ingreso en Venezuela.

    En 1997 el porcentaje del ingreso nacional que recibía

    el 70% de los hogares más pobres era del 38,7%,

    mientras que el 30% más rico disfrutaba del 61,3% de

    la riqueza.

    En 2002, esos porcentajes habían pasado a ser del

    39,2% para el 70% más pobre y del 60,8% para el 30%

    más rico.

    Desde luego, se trata de una mejora en la distribución

    muy leve, demasiado escasa como para que las clases

    adineradas se quejen de ella, pero al menos lo

    suficientemente significativa para que las más pobres comprueben que se avanza hacia una menor desigualdad, como propugna el presidente Chávez.

    ¿Quién creó los pobres en Venezuela?

    Si estos datos permiten indicar que Chávez no ha

    creado más pobreza de la que había, la pregunta que

    uno tiene que hacerse entonces es evidente, ¿quién

    creó la pobreza en ese país?

    Pues bien, los datos disponibles permiten comprobar

    que la pobreza masiva se generó en Venezuela a lo

    largo de los años ochenta.

    No es algo que pueda sorprender. En casi todos los

    lugares del mundo ocurrió lo mismo porque fue a partir

    de esa década cuando se comenzaron a aplicar las

    políticas neoliberales que, de una manera

    absolutamente indiscutible, son las que han traído

    consigo un aumento de la desigualdad y la pobreza sin

    igual en todo el planeta.

    Así, según datos que hizo públicos en su día el Banco

    Central de Venezuela y que fueron obtenidos siguiendo

    la metodología de cálculo de la pobreza desarrollada

    por el premio Nobel Amartya Sen, en el primer semestre

    de 1990 la pobreza extrema afectaba al 29,45% de la

    población y a finales de 1996 había subido al 65,32%

    de la misma. La tasa de pobreza total pasó entre esos

    años del 70,36% al 85,78% (José Ignacio Silva y

    Reinier Schliesser. «La evolución de la pobreza en

    Venezuela». Banco Central de Venezuela. Caracas,

    1998).

    El índice de privación absoluta normalizado que

    igualmente refleja, desde otro punto de vista, la

    situación de pobreza aumentó del 32,98% en 1990 al

    54,86% en 1996.

    No cabe duda, pues, de que los pobres estaban ya antes

    de que Chávez fuera elegido presidente y comenzase a

    gobernar.

    Otros estudios elaborados por el doctor Matías Riutort

    también muestran el lejano origen de la pobreza en

    Venezuela, donde señala que la tasa de pobreza creció

    desde casi el 25% en 1970 al 75% en 1997.

    Sin embargo, sus estimaciones son algo más negativos

    para el gobierno de Chávez pues indica que en 1998

    había en Venezuela un 57,6% de hogares por debajo de

    la línea de pobreza y que en 2001 habrían llegado al

    62%.

    Sin embargo, ese mismo estudio reconoce que mejoró

    tanto la distribución como la pobreza extrema (Matías

    Riutort. La Pobreza en el Trienio 1999 – 2001. En http://www.pnud.org.ve/email/Contenidos/ boletin_02/Pobreza%2099-2001.pdf).

    Incluso si se aceptaran como buenos estos datos más

    negativos, y no los positivos que han mostrado los

    organismos internacionales, nos parece que se pueden

    obtener tres conclusiones claras.

    1. La generación abundante de la pobreza en Venezuela

    se produce antes de que llegara Chávez al poder.

    2. Incluso aceptando como buenas las estimaciones más negativas, el aumento en la cifra de pobreza no es tan sustantivo como afirman los opositores al proceso revolucionario.

    3. Ha mejorado la distribución de la renta y la

    pobreza extrema, lo que significa dos cosas. Primero,

    que ha habido políticas efectivas contra la pobreza. Y

    segundo, que la causa de la pobreza, y de su aumento,

    es estructural y requiere medidas que van mucho más

    allá de la simple redistribución de recursos. Dicho de

    otra manera, que ésta no es suficiente.

    La pobreza estructural del neoliberalismo

    Para entender el proceso de generación de pobreza en

    Venezuela, en realidad muy parecido al que se ha

    producido en otros países de América Latina, hay que

    atender a los rasgos estructurales de su economía. Los

    más destacables, entre ellos, son el enorme

    crecimiento demográfico (de 5 millones en 1950 a 27,1

    millones en 2000) que no ha ido acompañado de creación

    paralela de puestos de trabajo (desde 1990 se han

    incorporado más de 4 millones de personas a la oferta

    laboral y sólo se han creado 470.000 puestos de

    trabajo), la fuga de capitales (que debe haber

    alcanzado un total de 100.000 millones de dólares) y

    la consolidación en los últimos decenios de una

    economía rentista que destruía la base agraria e

    industrial y dilapidaba al mismo tiempo los siempre

    mal distribuidos ingresos petroleros. A eso se añadió

    el debilitamiento de las ya de por sí escasas

    políticas sociales que llevó directamente a la miseria

    a las clases desfavorecidas que traía consigo el

    enorme crecimiento demográfico.

    La pobreza que se fue acumulando durante los años

    ochenta y noventa creo una sociedad dual, con una masa gigantesca de excluidos sin acceso no sólo al mundo del trabajo sino a la educación o a los servicios sociales.

    Es por eso que para salir de la pobreza no hace falta

    solamente poner la máquina económica a mayor

    velocidad, es decir, crecer más. Desgraciadamente, la

    economía que dejó la etapa neoliberal de Venezuela,

    como en otros países del mundo, es un organismo

    enfermo que cuando crece hace crecer también su

    enfermedad. Hay que cambiar las bases estructurales,

    modificar los rasgos básicos, reorientar las líneas de

    avance… y eso es algo que llevará mucho tiempo. El

    problema de la pobreza es que crea empobrecimiento, un

    círculo fatídico que no se resuelve solamente

    proporcionando más ingreso monetario a los pobres. Hay

    que educarlos, darles salud, ubicarlos socialmente,

    incluirlos de donde fueron expulsados nada más nacer:

    de las relaciones sociales, de la cultura, de la

    socialización compartida, de la participación

    política.

    Las políticas neoliberales dejaron fuera de la vida

    social, económica y política a tres cuartas partes de

    la población y ahora sus defensores piden que quienes

    van en otra dirección resuelvan en unos pocos años la

    miseria gigantesca que crearon a lo largo de decenios.

    Sería risible si no fuera por lo dramático que es.

    Los que se callan ante un país gigante como Estados

    Unidos que crea un 12% de pobreza anual gritan como

    energúmenos ante un país que ellos empobrecieron y que

    ahora trata de avanzar por un camino diferente.

    ¿Por qué se ven entonces ahora tantos pobres?

    A pesar de que la realidad de las cosas es otra, como

    acabamos de señalar, los opositores a Chávez están

    convencidos de que ahora hay más pobres y nosotros

    creemos que se trata en realidad de una singular

    confusión.

    En realidad, no es que haya más pobres sino que ahora

    los ven.

    Lo que ha sucedido es que la pobreza se ha hecho

    visible en Venezuela, entre otras cosas, porque ahora

    los pobres votan y eligen al gobierno que mejor les

    parece.

    El Presidente Chávez ha dicho muchas veces que los

    problemas económicos venezolanos no se pueden resolver

    en pocos años. Y ha señalado lo largo que será el

    camino para combatir la pobreza en lo que ésta tiene

    de insatisfacción material pero también de exclusión y

    de carencia espiritual y humana. Pero afirma con razón

    que para salir de ella hay que dar un paso previo: dar

    el poder a los pobres. No es la condición suficiente

    pero es absolutamente necesaria.

    Eso es lo que ha hecho y eso es lo que ha producido la perturbación psicológica que parece afectar a tantos opositores al Presidente Chávez. Una perturbación derivada de haber vivido tantos años de espaldas a millones de sus compatriotas que en lugar de convivir con ellos en sus lujosas colinas comenzaron a ocupar sin orden los cerros. Cerraron sus ojos para disfrutar ellos solos de la opulencia y el bienestar y al abrirlos se encontraron de frente con millones de desheredados que un día decidieron que ellos también tenían derecho a elegir su destino.

    Quienes no quisieron reconocer que el egoísmo de años

    atrás había generado esa legión de pobres no tienen

    más remedio que echarle la culpa a Chávez. Pero no

    llevan razón. La prueba es que los pobres, aunque

    sepan que seguirán siéndolo mucho tiempo –porque fue

    mucho lo que le robaron- ya se empiezan a sentir

    ricos, solamente, porque alguien en el antaño lejano

    Palacio de Miraflores ahora les presta su voz, porque

    les llevan médicos a sus barrios, porque les empiezan

    a curar sus dientes para que puedan sonreír sin

    vergüenza, porque los enseñan a leer, porque comienzan

    a darles viviendas, o simplemente agua, algo tan

    sencillo como eso.

    Los ricos ven más pobres y los pobres se sienten más

    ricos aunque no lo sean monetariamente porque son más

    personas, más ciudadanos, más democráticamente

    poderosos. Eso es todo.

    Por eso están con el Presidente Chávez. La oposición

    que vivió de espaldas a su propia sociedad no lo

    entiende pero en realidad es bastante fácil de

    entender: Lo que sucede es que los pobres son eso,

    pobres, pero no tontos.

    (*) Juan Torres López (www.juantorreslopez.com) y

    Alberto Montero Soler

    son profesores de Economía Aplicada en la Universidad

    de Málaga (España).

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    reservados.comentarios al webmaster

    #255175
    Invitado MQI
    Miembro

    Que sabroso es ser Chavista estando en España!!!!!. Vaya pa Venezuela seis meses y me cuenta que le parece…

    La situacion de mi pais no se puede entender desde el exterior. Hay que vivir alla para entender lo que esta pasando.

    #255176
    Invitado MQI
    Miembro

    No se si las estadisticas dicen que hay mas o menos pobres en Venezuela pero lo que si estoy completamente seguro es que hay MAS DESEMPLEADOS que en los 40 a#os que se vivio en democracia. La relacion entre las variables POBRE y DESEMPLEO debe estar muy cerca segun mi analisis. Considerando que las personas desempleadas no tienen suficientes ingresos para tener una vida decente y tienen que conseguir algo que les permitan sobrevivir. Cualquiera que vive o ha vivido en Venezuela en los ultimos seis a#os, seguro que revisa en su familia y SEGURO que encuentra una cantidad importante de familiares que NO tienen trabajo o estan en lo que se llama el REBUSQUE. Saludos JACK.

    #255177
    Invitado MQI
    Miembro

    Hay ciertas cosas que se dicen son ciertas, por ejmplo que la dirigencia anterior olvido a los mas pobres esos es cierto, pero la gran mentira es que aqui el Sr. que esta en Miraflores goze de una populidad como la que reflejo en el referendun del 15 de agosto. Yo les aseguro que si hubieran hecho ese RR de manera manual y no con las maquinitas de smartmatic, de verdad que les aseguro que ya tendiamos otro presidente en Venezuela, porque hacer lo que se hizo el 15 agosto hasta con el software mas o menos complejo se hubiera logrado.
    Mas vien haganse esta pregunta ? Poque no contaron las papeletas en todas las mesas de votacion?? ahi les dejo eso.

    OV

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