Inicio Foros La ola migratoria venezolana El dolor de llevar cosas a Venezuela

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    alexguzman32
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    Ya ahora con todos los que han emigrado del país, no duele tanto que se vayan como las condiciones en que están las personas amadas que se quedan en Venezuela. Antes todos los recuerditos y souvenirs eran camisas, chocolates, cholas y adornitos, ahora todo el mundo que va desde el exterior a Venezuela tiene que llevar edulcorantes, enjuague bucal, artículos de aseo personal y sin mencionar las medicinas. En verdad que duele esta situación de desabastecimiento y la impotencia que muchos venezolanos sienten. Espero que más pronto que tarde esa situación cambie y que de nuevo los recuerditos que llegan a Venezuela sean camisas que digan Aruba o chocolates extranjeros.

    #325586
    alexguzman32
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    Es importante leer este artículo del Mercurio de Chile para entender lo que vive la gente dentro y fuera de Venezuela: http://www.el-nacional.com/gda/insulina-envian-venezolanos-Chile-familiares_0_197380267.html

    #325588
    alexguzman32
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    Copia del artículo en caso de que lo quiten:

    EL MERCURIO/CHILE/GDA
    26 DE MAYO 2013 – 07:46 AM

    «Cuando uno habla con ellos intentan transmitir calma, pero para uno es muy asombroso que todo el mundo te cuente que vas al supermercado y no hay harina, y la gente se pelea por un kilo de ella. Y que no encuentran papel confort y compran servilletas, porque no hay papel higiénico en el supermercado».

    De esta forma describe Ammalie Ibarra la situación que se vive en estos momentos en Venezuela, donde reside gran parte de su familia. La escasez de alimentos y productos de higiene, así como fármacos, ha obligado a los habitantes de ese país a diseñar diversas maniobras para poder abastecerse.

    Ammalie tiene 26 años y reside en Chile desde octubre de 2008. Admite que la afecta la distancia y la realidad que viven sus seres queridos, y por eso cada vez que puede envía provisiones para que puedan satisfacer sus necesidades más básicas.

    Los productos más requeridos son leche y harina.

    Una situación similar vive Yolimar Plaza, quien reside en nuestro país con su marido. «La leche es uno de los productos que más escasea. El azúcar y el café también escasean, y ahorita lo que más falta es el papel higiénico y también el pollo, pero eso no se puede enviar», declara.

    Así como ellas, son varios los venezolanos que en el último tiempo han aprovechado de mandar productos a sus familiares. A veces son ellos mismos los que viajan con una maleta cargada de provisiones, o bien las envían con amigos.

    Uno de ellas es Andrea Betancourt (20), estudiante de Periodismo de origen venezolano quien vive hace 3 años en Chile junto a sus padres y su hermana. «Mi papá viajó hace unos días a Venezuela, y mi familia que está allá le pidió principalmente que llevara té y azúcar», explica.

    «Además, tuvo que llevarles café instantáneo, porque no hay y en el mercado negro vale como unos 15 mil pesos chilenos, así que se llevó como 10 latas», sostiene.

    «Mi abuelo tiene diabetes y mi papá le tiene que comprar aquí la insulina que necesita y llevársela, además de las jeringas, porque no se consiguen en Venezuela, y agujas para la máquina que mide el nivel de azúcar. También le lleva endulzante, que allá no hay», añade la joven.

    En la misma línea, José Noguera, profesor universitario que lleva 4 años viviendo en Chile y que hace dos décadas dejó su natal Venezuela, relata que ha remitido «medicinas para la diabetes y para el corazón».

    «Una cosa es que no haya azúcar, pero si te falta la medicina, es más grave», advierte.

    La inseguridad crece

    Todas los entrevistados aseguran que la situación en su país de origen es cada vez peor, y que aumenta la sensación de que se alejan las posibilidades de encontrar una solución.

    «Mis familiares lo ven bastante mal y creen que puede ser peor. Me contaba mi tía que tuvo que hacer una fila de 150 personas para que le vendieran dos pollos, y cuando llegó a la caja, ya se había acabado. Y eso pasa repetidas veces», dice Andrea Betancourt.

    «Se puede estar dos o tres horas haciendo una fila, y después te puedes ir con las manos vacías», relata.

    También se han visto escenas dramáticas que van más allá de la escasez, como lo grafica José Noguera. «Mi suegro estaba mal. Entonces, llamaron a la ambulancia, llegó el paramédico y decidieron dejarlo morir en la casa en vez de trasladarlo, porque en la ambulancia no estaban los equipos necesarios para ser rescatado», expone.

    «Había unos equipos que necesitaban mantenimiento, estaban sin uso, y el paramédico decidió no llevarlo en la ambulancia porque consideró que era mejor tratarlo en casa», asevera.

    Sin duda, lo que más preocupa a los venezolanos residentes en Chile es la sensación de inseguridad que se vive en el país. «Cuando mis papás salen de noche tengo que estar comunicándome constantemente con ellos por chat o whatssap para saber si están bien», dice Yolimar Plaza.

    «La inseguridad está al mil por ciento. Tú no puedes salir a la calle tranquilo. La gente a las 6 de la tarde ya está volviendo a su casa para que no le roben porque se va a hacer de noche. Se vive con miedo», sostiene Ammalie Ibarra.

    Las ganas de emigrar crecen

    Es por eso que, sin dudarlo, todos coinciden en que si pudieran traerían a Chile a sus familiares. De hecho Andrea Betancourt cuenta que uno de los motivos por los que su papá fue a Venezuela es convencer a su hermana para que mande a sus dos hijas.

    «Mi prima sale del colegio en dos años más y quieren que se venga a estudiar a Chile, igual que su hermana, que ya está estudiando en la universidad», señala.

    «Chile está sonando mucho en Venezuela. Porque se ha venido tanta gente y como gracias a Dios nos va bien y se pasa bien con los chilenos, encuentras pega y puedes vivir tranquilo. Pero se viene más que todo gente joven, porque para los adultos es más complicado», agrega Ibarra.

    Respecto a encontrar una salida a la crisis, los consultados tienen una respuesta unánime: una solución a corto plazo es prácticamente imposible.

    «Los precios van a subir. La escasez te indica que hay mucha demanda y los productos no están. El problema no es si tiene solución: a corto plazo no hay solución», sentencia José Noguera.

    Similar opinión tiene Yolimar Plaza: «En el corto plazo, no veo una solución viable (…) Ahorita se está viendo que el Gobierno está empezando a hablar con algunos empresarios para tratar de ayudarlos a que ellos produzcan más. El tema es que el gobierno venezolano está tomando políticas que no contribuyen a que los empresarios produzcan».

    Así como están las cosas, estos venezolanos ven muy difícil volver a su país aunque no pierden la esperanza, como Ammalie Ibarra. «Mi sueño es volver a Venezuela alguna vez, porque igual extraño a mi familia, las playas», admite.

    «Si Venezuela se llegase a acomodar y vuelve a ser un país seguro, donde se encuentren las cosas, puedas vivir, alquilar un departamento y que no sea imposible, lo pensaría», sostiene.

    #326216
    alexguzman32
    Miembro

    Las cosas en vez de mejorar, parecen empeorar…

    http://www.ntn24.com/videos/venezolanos-en-miami-envian-95073

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