Inicio Foros ¿Cómo es la vida de un inmigrante en Australia? 100% aplicable a Venezuela y otros países

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  • #259823
    diablok
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    »NO SE LO DIGAS A NADIE..»

    Los nacionalistas dicen que aman al Perú. Yo no amo al Perú. El Perú son millones de personas. No puedo amar a tanta gente. No me alcanza el amor. Yo amo a mis hijas. No puedo amar a un país entero.

    Yo no soy nacionalista. No quiero más al país en que nací que a otros países que conocí en ejercicio de mi libertad. Se quiere a los países en los que se ha sido feliz, a los países que uno admira. Yo admiro más a otros países que al país en que nací. He sido más feliz en otros países que en el Perú. Pero tampoco creo que sea exacto decir que amo a esos países, a ningún país. Los países son abstracciones colectivas y yo sólo puedo amar a personas.

    Nadie elige a sus padres ni al país en que nació. Son accidentes benignos o perniciosos. Nadie está obligado a amar al territorio en que nació, a encontrarlo bello o sobrecogedor sólo porque allí fue parido. El Perú no me parece un país admirable o glorioso. Me parece un país aturdido, violento, autodestructivo. Tampoco es el país más lindo del mundo. No veo por qué tendría que negarlo sólo porque nací allí.

    Nadie tiene por qué asociar su destino personal al destino del país en que nació. Si ese país es violento, y sus habitantes repudian las formas civilizadas de convivencia, y se condenan a un destino bárbaro, no parece justo convertirse en rehén de esas personas y renunciar al sueño de vivir en libertad. El destino del Perú no es mi destino.

    Quiero que al Perú le vaya bien. No depende de mí, sin embargo. Yo sólo tengo el poder, si acaso, de que a mí me vaya bien o mal. El destino de una persona puede que sea la suma de sus decisiones individuales, el ejercicio –inteligente o estúpido, laborioso o pusilánime– de su libertad. Del mismo modo, el destino de un país puede que sea la suma de las decisiones colectivas de los individuos que lo componen. Si la mayor parte de esas personas deciden mal, y hunden a su país en un destino aciago, sólo caben dos opciones para torcer esa suerte: cambiar el modo en que deciden esas personas o cambiar de país. Lo primero sobrepasa mis fuerzas.

    Espero que al Perú le vaya bien. Pero si le va mal, o si le va peor de lo mal que ya le iba, no estoy dispuesto a que a mí también me vaya mal. Porque los países, a diferencia de las personas, siempre pueden estar peor. Las personas, no: llega un momento en que se mueren. Los países nunca se mueren, siempre pueden prolongar su perpetua agonía.

    Mi patria no es el lugar en que nací. Mi patria son mis hijas, mis amores, los libros que me iluminaron, las películas que me conmovieron, cada lugar en que fui inesperadamente feliz, cada circunstancia que afirmó mi libertad y me hizo ser quien ahora soy. Mi patria son muchas pequeñas patrias y están diseminadas en muchos lugares en los que no me siento un extranjero.

    Yo no soy un patriota ni aspiro a serlo. No soy un nacionalista y odiaría serlo. Soy o quiero ser un hombre libre. Y así quiero vivir y morir, aunque no sea en el Perú.

    Por JAIME BAYLY
    El Nuevo Herald .

    #259824
    Invitado MQI
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    Saludos:

    Llover sobre mojado.

    #259825
    Invitado MQI
    Miembro

    YO NO ELEGI NACER EN MACONDO Y NO QUIERO A MACONDO, LO ODIO!
    NO PUEDO AMAR A UN PAIS PUES IMPLICARIA AMAR A TODOS LOS NARCOTERRORISTAS Y CORRUPTOS QUE SE LO PIFIARON!

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